Día 7: Un encuentro doloroso del destino

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Aviso: AU Universitario sin quirk; leve mención a SeroJirou

En donde Kaminari y Jirou no pueden huir del destino cruel...

En donde Kaminari y Jirou no pueden huir del destino cruel

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—¡No volveré a salir con chicas! ¡Nunca más, he dicho!

En cuanto el rubio pronunció esto, una risita burlona se escuchó en frente de él, intentando ser opacada con un sorbo de café. Kaminari miró con los ojos entrecerrados a Sero, uno de sus mejores amigos.

—¿Qué? ¿Te estás burlando de mí? —preguntó Denki, haciendo un mohín con los labios para luego chasquear la lengua—. Hablo en serio, no más chicas por ahora. Son muy problemáticas, joder.

—Hey, que no todas son iguales. Solo que por algún motivo tienes poca suerte con las relaciones —mencionó Sero, encogiéndose de hombros y cerrando el libro que intentaba leer sobre la mesa.

Se hallaban en una cafetería cerca a su universidad, aprovechando el rato que les quedaba libre para tomar algo y luego regresar a clases. Pero Kaminari había ignorado por completo el frappuccino que había pedido y se concentró en liberar toda su frustración en Sero.

—Es que es demasiado extraño que sea la cuarta chica a la que invite salir y también me invente una excusa poco creíble. La primera dijo que su gato se había muerto y debía asistir al funeral. La segunda dijo que su abuelo estaba en cuidados intensivos y no podía ir. Pero la excusa de la tercera fue que le había entregado su cuerpo y alma al Señor y no podía caer en el pecado. —Aquello provocó otra carcajada ahogada en Sero, quien esta vez no se contuvo y se rio en la cara del rubio enfurruñado—. No es gracioso, es una situación muy triste para mí.

—¿Y cuál fue la excusa de la de hoy? —preguntó Sero, riendo.

Kaminari finalmente se atrevió a darle un sorbo a su bebida fría, haciendo luego una mueca porque sabía más a agua que a café.

—Su canario estaba enfermo —murmuró Denki, ocultando su boca con la palma de la mano.

—¿Canario? —repitió Sero, con una expresión de no saber si reír o lucir sorprendido.

—Sí, canario. El ave, ya sabes, la que vuela. Solo que esta no podía volar y... ¡Vamos, no te rías! —exclamó Kaminari, empezando a sonrojarse después de tanta burla.

—L-lo siento, es que es demasiado —farfulló Sero, limpiándose los labios con una servilleta e intentando reprimir la risa, pero le resultó difícil—. ¿Qué será la próxima? ¿Su pez no puede nadar?

—¡Hey! —dijo Kaminari, recostándose en la silla con los brazos cruzados y dirigiéndole una mala mirada a su supuesto amigo—. No te rías, no sabes cuándo te puede pasar algo así.

—Oh, no creo que me suceda —contestó Sero, los hombros delgados del pelinegro se sacudían por la risa y ondeó una mano hacia el rubio—. Pero eso no quiere decir que debas rendirte en tu búsqueda de la chica ideal. ¡La universidad es grande! En el momento menos esperado te chocarás con la chica que te hará sentir de todo, ya verás.

Nuestro cielo estrellado |KamiJirou Week 2018|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora