Capítulo 53 - A solas

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MADISON

Echo la pasta en el agua hirviendo y escucho la puerta trasera de la cocina abrirse. Sonrío rodeando la isla de la cocina cuando Jackson cierra la puerta con cuidado manteniendo su móvil con la pantalla encendida en la mano. Su rostro coge un aire travieso que consigue el efecto de que no pueda apartar mis ojos de él.

—Ven a mi casa, entra por la puerta de atrás y no dejes la moto aparcada frente la puerta — lee hasta que llega a la isla, poniéndose justo en frente mía —Qué misteriosa... ¿Me echabas de menos?

—La verdad que sí, mucho — enfatizo la última palabra terminando de acortar la distancia que nos separa y le abrazo pasando mis brazos por su cuello, atrayéndolo hacia mí haciendo que se ponga a mi altura —Mis tíos han salido a cenar fuera y como estoy castigada hasta nuevo aviso...

—Me parece cojonudo — besa castamente mis labios antes de mirar el contenido de la olla —Umm... Pero si has pensado en mí y todo.

Camina hasta el otro lado de la encimera y revisa el condimento que he preparado para acompañar a la pasta.

—¿Cómo está Bill? — pregunto sentándome en el taburete.

—Sigue enfermo. Tiene de esos resfriados raros, nada que un buen antibiótico no cure.

—Espero que no te lo haya pegado por ir a visitarle — digo apoyando la barbilla en la palma de mi mano.

Miro cómo remueve con una cuchara de madera la pasta. Y pone el temporizador para que en minutos nos avise que es hora de sacarlos.

—Soy inmune a los catarros. Llevo años sin coger uno.

—No hables muy alto, cualquier día podría pasar — me lanza una mirada matadora que me hace reír.

—¿Últimamente has notado algo raro? — frunzo el ceño no entendiendo su pregunta —Algo fuera de lo normal.

—No, creo que no. Ahora mismo me has descolocado. ¿Por qué me preguntas esto?

—Simple curiosidad. Si sientes algo extraño, que te preocupa... Quiero que me lo digas.

—Claro — le respondo intentando descifrarle.

Tras un minuto en silencio. De la nada, Jackson me levanta del taburete y tras quitarse la chaqueta se planta frente a mí.

—Si fueras por la calle y te encontrarás a alguien que te da insegutidad, ¿qué haces?

Frunzo el ceño cruzando los brazos.

—Sacar el teléfono y llamar a alguien.

—¿Y si no tuvieras teléfono?

—Jackson...

—¿Qué harías? — pregunta sin un ápice de broma.

—Meterme a alguna tienda que esté abierta.

—No está mal, pero las tiendas no siempre están abiertas — asiento haciendo una mueca —Imagínate que soy yo quién te sigue y me acerco demasiado, ¿qué harías?

—¿De verdad lo quieres saber? — asiente.

Doy un paso al frente y poniéndome en situación, impacto mi rodilla contra su entrepierna con cuidado de no hacerle daño. Se supone que es un simulacro, sabía hasta dónde llegar.

—Me gusta, pero... — me coge la pierna que sigue en su entrepierna y en menos de un segundo me da la vuelta. Mi espalda choca contra su pecho y mis muñecas ahora son prisioneras de su agarre.

—No es suficiente — susurra en mi oído —¿Ahora qué haces?

Intento deshacerme de su agarre fallando una y otra vez. Suspiro rindiéndome cuando su agarre se afloja tan solo un poco, ocasión que aprovecho para mover mi mano con brusquedad. Me deshago de su agarre y entonces dirijo mi codo a su costado para terminar en su cara. Me doy la vuelta, e impacto el pie en su pierna con una patada. Sonrío al separarme de él quién actuando, se deja caer al suelo.

Time Out © ✔️ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora