JACKSONMadison se pasea por las diferentes secciones cogiendo lo que necesitamos mientras la sigo empujando un pequeño carro. Baila y tararea al ritmo de cada hilo musical que conoce.
—¿Escuchas eso? — señala al techo abriendo la boca.
—Si... Otra canción, maravilloso.
—No, es Rihanna. Recuerdo escuchar esta canción cuando era una niña — deja la botella de cava dentro del carro.
—Ah, pero que... ¿No sigues siendo una niña? — me fulmina con la mirada antes de centrarse de nuevo en seguir buscando —Ya que estamos con verdades, que sepas que Rihanna es mi musa. Mi prototipo de mujer.
—No vas a molestarme, Jackson — hace mover su trasero leyendo la etiqueta de un paquete de fresas mientras canta: — Cariño te diré todos los secretos que estoy ocultando, puedes entrar en mi interior y al entrar... — coincide sus ojos con los míos, mirándome por encima del hombro —Serás mi prisionero esta noche.
Sonrío de lado apoyando los brazos en el manillar a la vez que contemplo todos sus movimientos.
—Porque soy la única que sabe cómo hacerte sentir como un hombre — deja las fresas en el carro y se acerca a mí. Sus dedos acarician la tela de mi abrigo y baja mi cremallera poco a poco —Quiero que me hagas sentir como si fuera la única chica en el mundo, como si fuera la única que siempre amaras, como si fuera la única que conociera tu corazón... — sonríe y poniéndose que puntillas consigue besarme el cuello mientras la música sigue envolviéndonos —La única.
Vuelve a subirme la cremallera antes de mirar a un lado. Se aparta cuando se da cuenta que una pareja de personas mayores nos está mirando. Aprovecho que siente vergüenza para impactar mi mano contra su trasero provocándola un grito que vuelve a atraer la atención, de esta vez, más personas. Entrecierro los ojos empujando el carro cuando leo de sus labios un idiota.
Me agacho para coger de una de las estanterías un batido proteico sabor a vainilla. Antes de incorporarme, tengo a Madison agachada justo a mi lado.
—¿Qué te pasa? — pregunto haciendo amago de levantarme.
Ella lo impide y señala con disimulo a mi lado derecho. Miro a dónde indica y alzo las cejas al ver que se trata de mi amigo.
—¡Ja! Solo es Mark, vamos.
—Pues por eso, si me ve aquí contigo es capaz de atacarme por estar a tu lado. Lo último fue un bombón, ¿qué será lo próximo? ¿Un plátano de marihuana? — ironiza volviendo la cabeza. Mark se acerca hasta la sección dónde nos encontramos.
Los ojos negros de mi amigo coinciden con los míos y sonríe ampliamente.
—¡Pero bueno! ¿Qué haces por aquí, tío? — choca mi mano una vez me incorporo.
—Comprando algunas cosas.
—¿Cuándo os largáis? — pregunta esta vez dándose cuenta que estoy acompañado.
—Mañana por la tarde sale nuestro vuelo.
Siento cómo a mi lado se pone Madison y sin intención de saludar a Mark, coge el batido que tengo entre las manos.
—¿Lo vas a comprar, cariño? — pregunta con dulzura sorprendiéndome que se refiera a mí de esa manera. Asiento a la vez que deja un suave beso en mi mandíbula —Voy pagando.
Mark la mira por unos segundos antes de volverse.
—Confirmado, no le gusto — admite encogiéndose de hombros.
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Time Out © ✔️ [COMPLETA]
Ficção AdolescenteJackson Williams no conocía la imperfección. Su mundo se basaba en unas sencillas reglas: Concentración, juego, ganar. En su frío corazón no dejaba entrar a nadie, mucho menos a eso que llaman sentimientos. Nunca he sabido qué tenía de especial el l...