Capítulo 7: Cielo estrellado

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[Orion]
Me siento como una completa extraña, cada día abracé a quienes se hicieron llamar mis padres. Todas las noches miraba las estrellas y me preguntaba si realmente pertenecía a ese mundo.

A mis quince años, no me siento parte de nada, no tengo muchos amigos... ¡Qué digo! Sólo tengo un amigo; es difícil socializar con el resto de las personas, más cuando extrañamente tengo cierta curiosidad por las dimensiones alternas. ¿En alguna de ellas será diferente mi suerte?

Mamá, papá, no los siento del todo cercanos a mí, pero aún así los amo. Me tocó vivir sin lujos, sin amigos, rodeada de las lágrimas de aquellas personas quienes quisieran una pieza de pan. Desde que papá perdió su empleo, he intentado apoyar a esta familia; tengo una beca en la Universidad AIE (Apoyo para Inteligencias Extrañas), aseguran que mi IQ se encuentra fuera de este planeta, ya que razono de diferente manera. Después de atender mis estudios, tengo un cansado y estresante trabajo en una franquicia 24/7... Mi turno es el nocturno. ¿Quién querría golosinas a las tres de la mañana?

Al finalizar todo el drama que conlleva mi vida, me siento en la entrada de mi casa y miro al cielo nocturno, como si hubiese algo más detrás de aquel manto oscuro; esas brillantes estrellas me recuerdan a una persona, siempre que las veo, mi mente viaja a un rostro familiar... Uno de cabellos rubios y... Termino con una gran jaqueca.

Nunca entenderé por qué siempre lloro después de verlas...

[ Un día como cualquiera ]

Era una mañana como todas las anteriores. La adolescente de cabellos marrones y ojos celestes, tenía que levantarse temprano para iniciar su estresante día en la Universidad.

La alarma sonó intensamente; con ese tono irritante de siempre, su canción favorita se había ido al demonio.

Orion:
-Lección aprendida, nunca pongas tu canción favorita para despertarte a las 6:00 am.

Se levantó con el rostro cansado, los cabellos alborotados y una enorme aura de estrés. Como todas las mañanas, se cepilló los dientes, y después peinó sus cabellos desordenados; cambió su pijama por ropas del día, olvidando darse un toque de maquillaje como era de costumbre.

Su madre tocó la puerta, ofreciendo el desayuno; algo simple pero sustancioso.

Orion:
«A veces me pregunto, ¿por qué mis padres biológicos me dejaron en un orfanato? ¿Qué vida llevaría si ellos estuvieran conmigo? Intento odiarlos, sacar todo ese coraje reprimido... Pero sólo termino agradecida, por haberme permitido tener una madre adoptiva tan dulce »

La pequeña castaña salió de casa con una gran sonrisa en sus comisuras, emprendiendo un nuevo día, con una falsa actitud positiva. No podía mirarse triste o confundida en casa, necesitaba contagiar los ánimos que carecía.

Al llegar a clases, tomó el asiento de costumbre en la tercera fila, donde nadie le hablaba ni hacía contacto con ella; bueno, casi nadie... Su único amigo llamado Nathan, tomaba asiento de su lado. Un joven de dieciocho años con una inteligencia sobresaliente; cabellos ondulados y marrones, ojos verdes esmeralda, y de tez morena; con padre inglés, y madre colombiana.

La Universidad AIE, se dedicaba a buscar las inteligencias sobresaliente en todo América latina; no era raro encontrar gente de diferentes países; Argentina, Chile, Colombia, Perú, Uruguay... Entre otros. La media de edad estaba entre los diecisiete y dieciocho años, siendo Orion la más pequeña de todo el lugar.

Existía mucha rivalidad y una enorme tensión entre compañeros, ya que habían toda clases de pensamientos y debates, siempre estaban compitiendo por la mejor nota o el ensayo con más palabras y argumentos; Orion, siempre ganaba con las mejores puntuaciones, sin hacer esfuerzo o pensar demasiado; por esa razón no tenía amigos.

Parte II: Tú Eres Mi Pequeña Constelación [STARCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora