Puerto de Ciudad Vermillion...
Ash Ketchum comenzaba a impacientarse. Mirando el dispositivo en su mano, un video-transmisor azul y plateado último modelo, el cual le habían regalado en su último cumpleaños, tuvo que resistirse a la tentación de pulsar el botón de llamada. Excelente como un teléfono móvil, reproductor de música y otras infinitas aplicaciones, pero en aquel momento, solo estaba viendo la hora en el reloj digital. Después de todo, lo habían citado en ese lugar, y por una vez en su vida quiso llegar media hora antes de lo planeado para impresionar... solo para que lo dejasen esperando noventa minutos después de la hora estipulada.
- El barco saldrá en media hora, ¿dónde se supone que están esas dos? – se preguntó, mirando a su alrededor.
- Pika. – respondió el roedor eléctrico amarillo en su hombro, con una expresión similar de aburrimiento.
Cansado de estar esperando de pie, Ash fue a sentarse en una banca cercana, estiró los brazos y se reclinó hacia atrás, mientras esperaba a que sus dos amigas llegaran a la cita acordada. Dado que en los últimos dos años había ido ganando cierto prestigio y de cierto modo un estatus de celebridad en la región Kanto, al salir al puerto de Ciudad Vermillion decidió irse a un área relativamente vacía.
En aquel momento, traía puesto un chaleco de cierre, sin mangas y con capucha, y ocultaba sus ojos cafés tras unas gafas de sol alargadas y triangulares (muy parecidas a las de su Squirtle) y su pelo negro alborotado debajo una de sus tantas gorras que siempre se había acostumbrado a usar. El chaleco era azul oscuro con unas rayas blancas semicirculares en la parte inferior. Llevaba unos pantalones de tipo bermuda negros con el borde rojo y zapatillas deportivas rojas. Llevaba también sus guantes sin dedos, de los cuales el derecho tenía una placa metálica en el dorso, con una gema púrpura incrustada en ella, y en la muñeca izquierda un brazalete blanco y negro con un cristal amarillo en forma de rombo.
Uno pensaría que estando de vacaciones cualquiera dejaría de lado su entrenamiento, pero ese no era el caso para Ash. Si por casualidad encontraba quién lo retara o a quién retar, quería estar lo mejor posible, así que por eso llevaba consigo su Guantelete de Mega Onda y su Anillo-Z. El resto de cristales de este último los había empacado en su maleta, junto con el resto de sus cosas.
- Es increíble. Lo que hice por venir aquí, espero que no se les ocurra dejarme plantado. – murmuró con fastidio, quitándose por un rato las gafas, al ver que había poca gente por allí.
Pero en aquel instante, como respondiendo a su pensamiento, un par de manos suaves y delicadas le vinieron desde atrás y le taparon los ojos.
- ¿Adivina quién? – preguntaron dos voces femeninas al unísono.
Por supuesto, él ya sabía perfectamente de quienes se trataba, y que cada una de las dos manos era de una chica distinta. Él solo exhaló una pequeña risita y poniéndose de pie se dio la vuelta para encararlas.
Allí estaban las dos. Sus "mejores amigas", si se les pudiera considerar de ese modo, y las compañeras de viaje con quienes sin duda se había sentido más cercano durante sus aventuras. Misty Waterflower, la líder del Gimnasio Cerulean, y Serena Yvonne Gabena, artista y coordinadora Pokémon de la región Kalos. Los años habían hecho lo suyo en Ash, pues el muchacho se tomó su tiempo para admirar a las dos bellezas que estaban frente a él.
Misty era la más alta de las dos (casi tanto como él) y tenía una figura digna de una nadadora olímpica, esbelta pero atlética y con curvas, que se podían notar en aquel momento ya que su ropa consistía en una blusa corta de color amarillo con tirantes verde agua que exponía su ombligo, dos marcas en forma de X en el pecho, pantalones cortos y botas hasta la rodilla también a juego. Su pelo rojo naranja era un solo un poco más largo que como él lo recordaba, y se lo había peinado en su característica coleta de lado sujeta con un broche con una flor. Sus ojos aguamarina brillaban con algo de coquetería en aquel momento.
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Encrucijadas: Entre una Sirena y una Princesa
FanfictionBuscando relajarse un poco, Ash se ha ido en unas pequeñas vacaciones con sus dos mejores amigas en un crucero con rumbo a la región de Alola. Sin embargo, Misty y Serena quieren aprovechar este tiempo no solo para divertirse, sino para que Ash tome...