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La habitación se encontraba únicamente iluminada por la luz de la calle que entraba por la ventana entreabierta. En su interior, sólo se escuchaban gemidos acompañados de respiraciones aceleradas y fuertes jadeos.

Jun, tumbado con la espalda sobre en el colchón, sujetaba las caderas de Wonwoo, quien se movía despacio hacia adelante y atrás, sentado a horcajadas sobre él.

—Dios, Wonwoo, muévete más rápido -suplicó Jun entre jadeos.

Jun llevó una de sus manos hacia la erección que se alzaba frente a él, apretando ligeramente la base y provocando un grave gemido en el menor, quien cerró los ojos con fuerza y echó la cabeza hacia atrás.
Wonwoo inclinó su cuerpo hacia atrás, apoyando sus manos en el colchón detrás de él, y comenzó a saltar sobre el regazo del mayor, gimiendo con fuerza cada vez que su miembro tocaba ese punto que lo hacía enloquecer.

Minutos más tarde, los movimientos de Wonwoo cada vez se hacían más lentos debido al cansancio, pero Jun llegó al orgasmo, haciéndole sentir el caliente líquido en su interior y dejando salir un largo gemido.

Wonwoo clavó la mirada en la expresión del mayor mientras era recorrido por una oleada de placer y dirigió su propia mano a su erección, que había quedado desatendida. Comenzó a acariciar su miembro con desesperación y, tras varios saltos más sobre el miembro de Jun, llegó a su propio orgasmo, manchando el abdomen del mayor.

El menor se dejó caer hacia delante totalmente agotado, hundiendo su rostro en el cuello Jun, sintiendo su respiración agitada en su oreja y el miembro aún palpitante en su interior.

Pasaron varios minutos hasta que el pulso de ambos recuperó un ritmo normal. Wonwoo se levantó, sacando lentamente el miembro ya flácido de su interior, dejando salir un jadeo y sintiendo el semen escurrir por sus muslos. Dejó un corto beso en los labios de Jun y se dirigió al baño.

—¿Por qué no te quedas un ratito más? —preguntó Jun cuando Wonwoo salió del baño, después de darse una ducha.

Wonwoo, quien había comenzado a vestirse, se acercó a él y se sentó sobre sus piernas, que ya estaban cubiertas por un pantalón de pijama. Pasó los brazos por encima de los hombros del mayor y juntó sus frentes. Jun dejó descansar sus manos en la cintura ajena.

—Sabes que no puedo —susurró Wonwoo sobre sus labios para después juntar sus labios en profundo beso—. Nos vemos mañana, ¿vale? —preguntó al terminar el beso.
Jun asintió con los ojos cerrados y besó suavemente sus labios.

Wonwoo se levantó con una sonrisa y terminó de vestirse antes de salir de la habitación.

—¡Wonwoo! —gritó Jun aún desde la cama.

El menor asomó la cabeza por el marco de la puerta.

—Te quiero —dijo el mayor.

—Yo también te quiero —contestó Wonwoo y ambos sonrieron.

You are not the only one [Meanie/Wonhui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora