Sept

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Mingyu se encontraba en la puerta de la casa que aún compartía con Wonwoo, sin ser capaz de introducir la llave en la cerradura.

Hacía una semana desde que Mingyu había salido por esa misma puerta. Una semana que había estado sin ir a su trabajo y que se había estado quedando en casa de sus padres. Una semana desde que confirmó sus sospechas de que su novio le estaba siendo infiel. Y, aunque ya estaba casi seguro, sintió como si algo le oprimiese el pecho cuando Wonwoo comenzó a llorar.

Pero no quería seguir huyendo de los problemas. Si su relación con Wonwoo había acabado, tendría que aceptarlo y seguir adelante para poder pasar página.

Tras varios minutos dando vueltas en la puerta, finalmente se armó de valor. Respiró hondo, dejó salir el aire en un largo suspiro e introdujo la llave en la cerradura.

Al empujar la puerta y ver que todas las luces estaban apagadas miró la hora en su móvil, cayendo en la cuenta de que Wonwoo debía seguir en el trabajo. Pero al instante recordó que era miércoles, y una sonrisa amarga adornó sus labios.

Con un nudo en la garganta se dirigió hasta su habitación, con la intención de hacer la maleta mientras que esperaba a que Wonwoo llegase para dar por terminada la relación. Sacó las maletas del armario y decidió empezar por la ropa de la cómoda intentando ignorar, sin éxito, los múltiples marcos con fotos que se encontraban sobre ella.

Su mirada rápidamente se clavó sobre su foto favorita, que se encontraba en el centro, y tomó el marco entre sus manos. Esa foto la habían hecho minutos más tarde de que Mingyu le pidiese a Wonwoo ser su novio. En la imagen aparecían los dos, Mingyu abrazando a Wonwoo por la espalda mientras besaba su mejilla. Wonwoo, quien sostenía la cámara, sonreía tímidamente al objetivo, con las mejillas ligeramente sonrojadas.
Mingyu se sentó en el filo de la cama, aún con la foto entre sus manos y sintió como el nudo en su garganta se hacía mayor, sin poder evitar que las lágrimas empezasen a rodar por sus mejillas. De pronto, se percató de la presencia de alguien en el marco de la puerta, encontrando a Wonwoo cuando se giró. Rápidamente volvió su rostro hacia el otro lado, secando las lágrimas con brusquedad, aun sabiendo que el mayor ya las había visto.

—Termino de recoger mis cosas y me voy —dijo en la misma posición, intentando recomponerse.

Mingyu dejó el marco a un lado de la cama y se levantó, volviendo hacia la cómoda y empezando a sacar sus cosas.

—Por favor, no te vayas —pidió Wonwoo aún desde la puerta.

Mingyu dejó un par de camisetas bien dobladas en una de las maletas y se giró hacia el mayor, quien lo observaba mientras se abrazaba a sí mismo.

—¿Por qué deberá quedarme? —preguntó con tono seco.

—Porque te quiero —susurró Wonwoo con la mirada clavada sobre los ojos de MIngyu, quien soltó un bufido.

—No me hagas reír, por favor —contestó y se volvió a girar hacia la cómoda.

Wonwoo dio un par de pasos hacia el interior de la habitación, deteniéndose en el centro de esta.

—Es la verdad, Mingyu —habló de nuevo, después de observar durante unos segundos al menor—. Te quiero más que a nada —dijo con los ojos llorosos.

Aunque Wonwoo estaba seguro de que estaba enamorado de Jun, también sabía que, lo que una vez sintió por Mingyu, aún seguía ahí.

—Déjalo ya, ¿vale? —habló Mingyu, tirando con rabia algunas prendas más sobre la maleta antes de girarse de nuevo frente al mayor—. Si tanto me quieres, ¿por qué te buscaste a otro? —preguntó, acercándose rápidamente hacia él.

—No lo sé —susurró, bajando la cabeza—. Lo siento mucho.

—¿Y ya está? —preguntó Mingyu, y Wonwoo lo miró con expresión interrogante—. Me engañas con otro y piensas que con un "lo siento" lo arreglas todo y que yo me voy a lanzar a tus brazos como si nada, ¿es eso? —Wonwoo volvió a desviar la mirada—. Pues déjame decirte que estás muy equivocado. Y créeme que esto me duele más a mí que a ti, porque yo sí que te quiero, y muchísimo —dijo, intentando contener las lágrimas.

El menor pasó junto a Wonwoo, quien se quedó inmóvil en el sitio, dirigiéndose hacia la salida. Pero se detuvo en la puerta

—Mañana por la mañana volveré a por mis cosas —habló de espaldas, limpiando una lágrima traicionera que resbalaba por su mejilla—. Agradecería que no estuvieses aquí.

You are not the only one [Meanie/Wonhui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora