capitulo 1

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Cabello verde como un pepino de mar, un gruñón que sólo es capaz de fijar su vista en únicamente sus entrenamientos. Ni siquiera nunca fué amable con alguna señoritas siquiera de fuera o dentro del barco.

Por no ser suficiente los defectos, podía seguir una lista entera con un y mil páginas más.
Si tenía tantos defectos que no podía ni aguantar, ¿Porqué seguía mirándolo a escondidas? En aquella esquina oculta mientras lo veía hacer sus duros entrenamientos, con las grandes pesas que levantaba

Esa pregunta dentro de su cabeza le rondaba una y otra vez.

La tarde había llegado y era necesario hacer la cena como antes ya que estaba anocheciendo, tenía que salir de ahí o Luffy no pararía de quejarse, pero esa no era la razón, tenía que dejar de mirarlo.

Empezaba a notar su impulsos a pesar de no parar de negarlo, ponía cualquier escusa para no aceptar lo que pasaba. Pero a pesar de odiarlo, no podía evitar aquellos sonrojos que no podía ocultar si no fuera por sus brazos, que escondía su rostro cada vez que sentía su cara arder.

Siguió mirándolo de nuevo, tenía que irse pero no lo hacía, lo miraba aún levantando esas enormes pesas, donde el rubio no podía evitar sentir una pequeña chispa de celos, ¿Cómo podía ser eso su única y gran atención del día?

"Quizás si yo también me volviera más y más fuerte también sería su principal atención" pensó el de ojos azules con una pequeña sonrisa en sus ojos, pero rápidamente retractó sus pensamientos de nuevo, reaccionó y volvió a negar lamentando todo aquello y repitiendo volver a la cocina de la que juró no volver a salir por el resto del día.

"¡Ese maldito peli verde!" decidió maldecirlo durante todo su camino de ahí, echándole la culpas por sus erróneos y vergonzosos pensamientos.

Llegó la noche y toda la tripulación ya estaban en la mesa, esperando a que el cocinero de la tripulación acabase de traer la comida.
Todo ya estaba listo y la tripulación comenzó su salvaje cena. Sin embargo el cocinero fijó su vista al asiento vacío de aquella persona en especial.
Empezó a dudar si preguntar donde estaba. ¿Podría ser extraño viniendo de él esas palabras?
Se sentó y empezó a cortar la carne que había en su plato. Sin embargo quería preguntar, no se sentía seguro pensar que 'él' no estaba comiendo, y cuando estaba por levantar su boca y preguntar...

— ¿Oye, y Zoro?

Un renito con un gran sombrero y una nariz azul se adelantó provocando un suspiro de alivio al cocinero, entonces levanto la cabeza un poco esperando oír la respuesta e ir a buscale, pero antes se topó con la mirada sonriente del animalito, demostrando que le había visto o que sabía algo.

— ¡¿Es verdad, y Zoro?! — grito con comida en la boca el capitán.

— Conociéndolo, seguro que está durmiendo el muy idiota — habló la peli naranja estirando la mejilla de un cierto chico que le había robado la comida.

— Bueno, habrá que ir a por ese pelo de musgo, si nadie se ofrece voy a ir yo a darle una buena. Nadie se pierde mi comida. — Dijo el rubio fingiendo una vena en la frente. Cuando salió de la cocina lo primero que pensó fué a ese renito de nombre Chopper que le miraba como si supiera lo que estaba pensando, o lo que pensaba hacer.

Decidió ignorar eso e irse a buscar al hombre que odiaba tanto, pero sin embargo en quién no paraba de pensar.

Pensó en ir a buscarlo en el cuarto donde guardaba la mayoría de sus herramientas de entreno y hacía sus ejercicios, en la torre de vigilancia pero justo cuando dió los siguientes pasos se escuchó como alguien salía del baño, encontrándose así el uno al otro.
Este tan solo llevaba una toalla debajo, causando que el pecho estuviese completamente desnudo. El rubio sorprendido por la aparición en tal forma no pudo hacer otra cosa que girarse de inmediato con un gran sonrojo y avergonzado en su cara.

— ¡¿P-pero se puede saber que haces desnudo maldito marimo?!

— ¿Eh? — soltó con molestia — No estoy desnudo, llevo una toalla — respondió de forma obvia, irritando así a nuestro cocinero. — Eh, que es ese ruido?¿Habéis empezado a cenar sin mi? ¡Se puede saber porque no me has avisado cocinero de pacotilla!

— ¡Que! ¿¡Como me has llamado? maldito marimo inútil, cabeza de musgo! -

La batalla continuó, sin embargo a pesar de ser una pelea, el rubio no podía evitar sentirse feliz por el hecho de compartir tiempo con el.
Después de todo las peleas eran lo que les unía, y era lo que el quería mantener por siempre.

Porque es Amor (ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora