¡SIN MI PERMISO!

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Siempre pensé en el hecho de casarme, era algo que veía muy poco probable pero no imposible, había contemplado en caso de que en algún momento sucediera como quería que fuera todo, un cuento de hadas ridículamente cursi pero al mismo tiempo shadowhunter, ahora mismo veo a mi alrededor y comprendo que las cosas en este mundo nunca salen como las planeas, ya no se si tengo control sobre mi misma, ya no tendré vida. No se como sobrellevar esto, soy una chica fuerte y dura pero creo que una gran parte de mi sigue en shock.

—Blair... Blair... BLAIR— Escuchó mi nombre sacándome de mis pensamientos.

—¿Que sucede?—Contestó, al parecer es una de las encargadas de los preparativos.

—¿Cómo te gustaría el vestido?

Me permito pensar bien, si no puedo estar con quien quiero mínimo podría tener la boda que quiero.

—Corte sirena

—Vaya, buena elección... pero la inquisidora dejó en claro que estaría más a gusto con un corte princesa, te mostrare los diseños y te apuesto a que te fascinarán.— Se marcha alegre.

Ni el novio que quiero, ni la boda, genial, ya comprendo como serán las cosas, sin voz ni voto en este tema.

Hablando del novio, no he siquiera hablado con Alec, hemos cruzado miradas pero nunca hablado directamente sobre el asunto, sospecho que me está evitando, tampoco he hablado con Raphael, 100% lo estoy evitando.

¿Cómo le dices a tu pareja que te vas a casar con otro tipo? Después de pasar por tanto para admitir mi sentimientos, para que se diera algo y ahora ni yo misma tengo libertad.

Iba tan perdida en mis pensamientos que cuando menos me di cuenta estaba cerca de mi dormitorio, y frente a la puerta el mayor de los Lightwood como piedra.

—¿Y bien?—Digo acercándome —¿Vas a tocar mi puerta o pretendes seguir como piedra tapando el paso?

—Aaah—Me ve algo nervioso— Yo solo estaba de paso... quería saber, o bueno mejor dicho, quería hablar, ya sabes, discutir algunas...—Puse mi mano frente a él para que callara.

—Alexander, deja de divagar y solo pasa para poder hablar con calma.

De cierta forma lo entendía, el era el modelo perfecto de hijo, todos esperaban grandes cosas de él, y sabía  cómo se sentía eso, el miedo a fallarles a todos, a ti mismo.

Una vez dentro se prolongó un silencio ciertamente incómodo, no sabía si esperar a que él comenzara o yo iniciar.

—¿Y biennnn?

—Sobre la boda, se que es incómodo pero ya que lo haremos creo que debemos acostumbrarnos a la idea de estar juntos ¿No te parece?

—Pensándolo bien puede que tengas razón...

—También quería hablarte sobre otra cosa, entiendo que la situación no es la mejor, y que tú tienes algo con el chupa sangre, pero... aunque no nos casemos por amor no permitiré que sigas con eso.

Esperen, ¡¿Queeeee?! ¿Está insinuando que a pesar de estar casados yo sería capaz de andar con otro? No lo quiero pero tampoco soy tan cínica.

—¡Wo! alto ahí Lightwood, para tu tren, si ciertamente no me atraes de esa forma pero tampoco voy a ser una cualquiera si a la vista de todos estamos juntos.

—¿Ni un poco?

—¿Que cosa?

—¿No te atraigo ni un poco?—Dice acercándose.

Okey, creo que nos desviamos un poco.

—Sabes perfectamente que mis sentimientos son hacia...—No pude continuar, Alexander Lightwood me acaba de callar con un beso, ¡Me está besando! ¡Y SIN MI PERMISO!

NUESTRO ETERNO || Raphael Santiago || ShadowhuntersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora