- ¿Ves este sombrero? Soy la señorita nesbit. -interpreto la voz de un juguete mientras lo movía de un lado a otro.
El payaso estaba sentado en el suelo de su habitación, jugando con unos juguetes que el Ender le había entregado. En ese día se supone que debe llegar Jill, por eso mismo quiere que el menor se quedara en su habitación por un rato, hasta que él diga que baje para que así la conozca.
Permaneció jugando así por unos cantos minutos, hasta que escucho un sonido, unos golpesitos. Miro a su alrededor para ver que fue aquello que lo provocó y de donde provino, pero no encontró nada fuera de lo común. Volvió su vista a los juguetes, y notó que le faltaba uno.
- ¿Eh? ¿donde...? -ve a sus lados un poco confundido, ya que lo había dejado alado de los otros. Poco después puso distinguir que esta debajo de na cama.
Arqueo una ceja y se supo de rodillas para gatear hasta el juguete. Cuando la sostuvo en su mano, la miro por un momento para después ver por debajo de la cama, así notando una pequeña figura que estaba escondiéndose detrás de una caja.
- ¿Hola? -hablo mientras se recostaba en el suelo y seguía mirando lo que se asomaba en ciertas ocasiones.
- Umm... ho-hola -asomo la cabeza mientras ponía una mano contra la caja para no caer.
- ¿Quien eres? -inclina na cabeza hacia un lado, mostrando curiosidad.
- Bueno... mi nombre es Daisy, la muñeca de trapo. -dijo después de unos segundos, su tono sonó un poco nervioso.
Era la misma muñeca la cual había aparecido con Sally mientras cuidaba del payaso, desde encontré no había salido o aparecido con nadie mas. Ella es la única que se pude mover, ya que así se le fe permitido, los otros muñecos de trapo son sólo eso, muñecos. Hasta que su creador quiera darles viva por un rato.
Siempre permaneció mirando al payaso, estando atenta de lo que le ocurría, y descubrió lo que le pasaba en ese momento, y como su creador termino siendo un niño. Quería presentarse, era algo necesario, pero en ningún momento pudo encontrarlo solo, ya que siempre había alguien mas cuidándolo, hasta ahora.- Que lindo nombre, yo soy Laughing Jack. -pronunció con una sonrisa. De cierta manera, no le parecía raro ver a un muñeco con vida, pasan cosas extrañas en esa casa, por eso mismo no esta tan sorprendido, además, de que sentía cierta conexión con aquella muñequita.
- Gracias... -se encogió en su lugar por el cumplido, nunca antes le habían dicho eso.
Jack le hizo una seña con la mano para que se acercara. Dudando un poco, se acerco lentamente, ya no le era tan difícil caminar, aunque en ocasiones se tambaleaba. Antes de llegar a donde estaba el menor, esta se cayo pero la sostuvo antes de que pegara contra el suelo. La sostuvo en sus manos y se sentó para mirarla.
- Eres muy bonita. -dijo con una sonrisa cuando la muñeca ya estaba sentada en su mano. Ella sólo dio unas pequenas risas.- ¿puedo preguntar... cómo es que tienes vida?
- Pues... -quedo por unos momentos en silencio, pensando en que debería responder.- una persona me dices o vida, con magia y eso.
- Oh, ¿por qué estás aquí y no con él? -pregunto un poco curioso.
- Si lo estoy... -baja un poco la mirada.- pero aveces él de va, y en estos momentos está... ocupado
- Umm ya veo. -no sabía el porqué, pero sintió un poco de tristeza en su interior, el cual no era suyo.- ¿Quieres jugar un rato conmigo?
Dijo con una sonrisa, Daisy alzó la mirada, parecía que abría emocionado con eso, y asintió varias veces.
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~Primera Infancia~ °Todos Quieren Al Child°
AcakLaughing Jack se encontraba en el laboratorio de Slenderman, ayudándole como parte de su castigo. El Ender salio por un momento del laboratorio para buscar algo. Jack continuo haciendo una pócima que le indicaron. Seguía las instrucciones de la hoja...