Capítulo 13

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La muñeca echa de tela, permanecía debajo de la cama. Anteriormente vagaba por la habitación en todo momento que quisiera, el único que entraba al cuarto era el payaso y rara vez alguien mas entraba pero solo cuando el anterior mencionado quería, le advertía cuando eso pasaba. Pero últimamente, desde que tuvo el accidente, permanecía debajo de la cama, ya que mas personas de los que viven en esa casa entraban a la habitación, buscando a Jack, porque este los invitaba para juegos, para cuidarlo o hacer que se durmiera.

Nadie debía saber de ella, o de los demás muñecos que podieran tomar vida. Eso le demandaba Jack, hasta que quisiera. Pero la niña castaña de ojos verdes la vio, se mostró ante ella, soló por necesidad de saber lo ocurrido. Pero parece que la niña se olvido de ese momento, ya que no volvió a buscarla a ella o a los otros muñecos. Ciertamente eso era bueno.

Laughing podía darle vida a los objetos que quisiera, y la mayoría de las veces lo hacia con muñecos, ya que obviamente estos son los que le atraen mas a los niños.

Desde hace años que el payaso la creo, él mismo hizo sus extremidades con las telas y las coció. La relleno con paja y otros pedazos de trapos que ya no le servían. Poco después le dio vida, y una mentalidad para que entendiera las cosas, no como otros, que sólo seguían ordenes.

En muchas ocasiones se lograba lastimar con algún objeto, y así romper su tela. Ella misma se tenia que reparar, ya que su creador le dijo que él no lo aria, sólo si se dañaba gravemente. La única manera en la que dejaría de tener vida, es si se destruye completamente, o si Jack deshace la magia que la mantiene así.

Y así la dejo, a comparación de otros, a ella la dejo que tuviera vida. Le divertía tenerla así, aveces le constaba sus payasadas que hacia, o la llevaba a asesinar. Tienen una unión, así saben que puede sentir el contrario.

Y en esos momentos siente que Jack esta emocionado. Tal vez un poco mas de lo normal. Había un sentimiento extraño, ya que minutos antes presintió los nervios y levemente asustado que estaba su dueño. No le agradaba que eso pasara repentinamente.

Estando echa bolita alado de una caja de cartón, se trataba de abrazar a si misma. Escuchó fuera de la habitación unos pasos apresurados, y como después la puerta se abre para volverse a cerrar. Era evidente que es Jack, así que con un poco de dificultad se levanta, y camina para asomarse un poco y mirar hacia la parte superior de la cama.

- ¿J-Jack? -llamo con cierta timidez. Siempre se mostraba respetuosa y tímida con el payaso, ante los demás amable, pero no mostraba miedo, en ciertos momentos cambiaba por la diversión, o cuando realmente fuera un momento serio. Pero aunque ahora este convertido en niño y no la recuerde, no podía evitar hacer lo mismo que siempre.

- ¿Eh?... -el payaso que estaba sentado sobre la cama, alzo la mirada, viendo a su alrededor quien lo llamo. Luego puso su vista al suelo, notando a la muñeca de trapo que estaba a un lado.- Oh Daisy.

Sonrió, le agradaba la presencia de la muñeca, siempre lo acompañaba cuando no había nadie mas en la habitación, no sabia aun del porque sólo aparecía cuando estaba él. Se levantó de la cama para bajarse. Se agacho para así sostenerla con cuidado, y subirla a la cama.

- ¿Cómo estas? -pregunto el peli negro, mientras se volvía a sentar en la cama y sonreía.

- Ah... e-estoy bien. -se encogió de hombros, mientras dio unas leves risas.- ¿Qué tal tú?

- Genial, estoy muy feliz. -contesto sonriendo mas, sosteniendo por un momento su pecho, donde estaba aquel collar oculto bajo su ropa.- Aprendí lo que es hacer una promesa e hice una.

- Oh ¿de... de verdad? -ladeó la cabeza con curiosidad.- ¿que fue lo que prometiste?

Jack abrió la boca para responder, pero no salio palabras. Sentía emoción por decirle, pero recordó lo anterior dicho del demonio, igual prometió no decirle a nadie, y tenia que cumplirlo... ¿no?

~Primera Infancia~ °Todos Quieren Al Child°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora