Capitulo 7: Heart of stone.

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Desperté cuando apenas unos débiles rayos de sol se colaban entre las cortinas. El bullir de los sevillanos por las calles anunciaba un día más en la capital de la alegría. Restregué mis ojos para quitar los últimos coletazos de sueño y el recuerdo de mi conversación con Joel  hizo que sacara la primera sonrisa del día. El móvil sonó sacándome de mi recordatorio y pronto me apresuré a mirar quien era el destinatario de ese mensaje a tan tempranas horas de la mañana.

De Sofi:

Estas invitada a comer a casa. Te recojeré a las 10 en la puerta del hotel. No pongas escusas, se que no tienes nada que hacer.

Para Sofi:

Acepto! Pero solo si me llevas al centro a comprar ropa. ¡Por fin cobre mi sueldo! ^.^

De Sofi:

Eso esta echo señorita condiciones. Se puntual

Para Sofi:

¡No dudes que no lo seré! xD 


Admiraba las maravillosas vistas de Sevilla subida en el que ya parecía mi coche, mi amiga mientras tanto intentaba buscar una canción entre su lista de reproducción que estaba convencida que me gustaría. En el fondo de mi lo dudaba, el reggaeton no era mi estilo.

La cuidad tenía un encanto especial, por más que la miraba nunca llegaba a cansarme de ella. El río se erguía imponente llenándola de vida y dándole una serenidad especial. Sus calles engalanadas de monumentos históricos no le daban sino un aire señorial digno de encanto y su gente siempre tan alegre y llena de vida motivaba tus que aceres diarios. En cada esquina el folclore andaluz estaba presente, con sus guitarras flamencas y sus palmas a compas y ese acento tan particular de los sevillanos al hablar  hacia que te enamorases de ellos al instante. Dejamos el coche en un parking y nos dirigimos andando hasta el centro donde se concentraba el comercio y paramos en cada una de las tiendas hasta que ambas cargamos tantas bolsas que parecíamos Carrie en Sexo en Nueva York

- O dejamos de comprar ya o no llego a fin de mes. Dijo Sofi histérica

- Tienes razón. Pasamos al super para comprar algo de comer y nos vamos. Le hemos dejado medio sueldo a Amancio Ortega. Comenté riendo

- Tengo comida en casa. Sino no te habría invitado. Replicó la morena con mala cara

- Me imagino, pero quiero comprar una cosita

-¿Que cosita es? 

- Empienza por la letrita V 

- V de Vendetta. Respondió Sofi muy seria. Las dos soltamos una risotada al unísono mientras los viandantes que pasaban por nuestro lado nos miraban alucinados. 

- Definitivamente no tenemos sentido del ridículo. Apostillé

Tras pasar por una decena de supermercados y pelear con Sofi para que me parase en alguno por fin accedió y compre una botella de vino blanco para amenizar la merienda, algo que ella acepto con mucho gusto. Enseguida saco dos copas y comenzamos a catar el vino. Mientras mi amiga cambiaba su ropa observé con detenimiento su espacioso apartamento. Sofi vivía sola desde muy pequeña, siempre deseó independizarse y cuando tuvo oportunidad compro un piso en uno de los barrios con mas historia de la ciudad "Triana". 

La sala de estar era pequeña pero  acogedora, una mesa baja en el centro y un sofá muy grande de un color amarillo mostaza contrastaban con los tonos morados del resto de la decoración. Los adornos de la sala eran étnicos y la gama de color pasaba desde los morados intensos, dorados hasta el azul celeste, pero todo guardaba una perfecta armonía que combinaba a la perfección con la personalidad y el buen gusto de la morena.  De las ventanas emanaba una luz natural intensa y junto con un aroma a vainilla y canela hacían del apartamento un lugar muy agradable. Preparó algunas cosas para picar y las dos nos sentamos en el gran sofá . 

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