capítulo 18.

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—Como sabrás, para un hombre el orgullo es sagrado... Y tú me diste ahí, en mi orgullo y en mi corazón. —contó Chris—

—Chris yo...

—En mi momento de debilidad, tenía a la peor compañía de todas; Jess empezó a llenarme la mente de patrañas y mentiras, que yo por sentirme herido y engañado creí. —siguió sin hacer caso a mí intento de pedir perdón— y me propuso acostarme con ella, que iba a ser lo más ruidosa posible para que Joel y tú nos escucharán... —suspiró— el resto de la historia ya la sabes...

—Te acostaste con ella... ¿Para vengarte de mí? —lo miré incrédula—

—Si...—dijo acompañado de leves asentimientos—

—¿Te... Te gustó? —me atreví a preguntar—

—Te mentiría si dijera que no —respondió mirando hacia otro lado—

—Entiendo.

Y como si actuará en automático emepece a caminar en dirección opuesta a la de él. Lo quería lejos de mi y de mi vida, Christopher Vélez queda permanentemente fuera de mi vida.
Creí que me dolería más todo lo que me dijó.. porque ¡Vamos! Dijo que le gustó follarse a mi hermana, ¿A quien no le dolería eso?

Pues a mí.

Mientras caminaba con la vista pérdida en la nada, sentí como alguien me agarró de la mano.

—¿Que hacias hablando con Vélez? ¿Ya te lleno la cabeza de mentiras? —dijó con el ceño fruncido—

—Joel, tranquilo... El... El me contó porque lo hizo —conté—

—¿Y le vas a creer? ¡Vamos ____, el solo se la quería follar! ¡Nada más. Tú no fuiste lo suficiente como para no hacer semejante idiotez...!

—Chris sabe lo nuestro... —solté de golpe. Joel parpadeo un par de veces y me miro incrédulo—

—¿Que?

—Que Christopher sabe lo nuestro... Bueno, lo que teníamos. Jess le mostró un vídeo de nosotros besándonos...

—¿Hablas enserio? —me miró serio—

—¿Tengo cara de estar jugando Joel? —respondí seca—

—¡Maldita Jessica! —murmuró antes de empezar a caminar—

—¡Joel! ¡¿Para dónde se supone que vas?! —grité—

—¡Ten la llaves! —me tira las llaves las cuales atrapó— ¡Espérame en el auto, tengo que arreglar un problema con tu hermana!

Y a zancadas se fué, dejándome extremamente confundida. En cualquier caso, no quiero ser Jess en este momento, Joel puede ser lo tierno, comprensivo y lindo que se pueda, pero cuando algo lo cabrea estar cerca es de alto peligro.

Solté un suspiro pesado y emprendí marcha a la salida.

Casi llegando al auto de Joel, ví a Paola discutir con un tipo. Ella le gritaba cosas y el le gritaba de vuelta, no comprendí muy bien del todo pero en el momento que el tipo la tomó con fuerza del brazo y empezó a agitarla, me acerqué.

—¡Ey! —grité hacercandome a ellos— ¡Suéltala!

—¿Perdona? —dijo el tipo— ¿Quien carajos eres tú niña?

—Soy amiga de Paola. Es todo lo que necesita saber... —lo recorrí con la mirada— señor...

—Mira niña, esto es entré Paola y yo... Usted no tiene nada que hacer aquí, así que de media vuelta y pierdase... —gruñó—

—¿Pao? —la miré. Esta tenía los ojos cristalizados y me miraba suplicante— creo que mi amiga no quiere que me valla... ¿Porque no mejor de va usted?

—¡Mira mocosa usted no sabe quién soy yo...!

—¡Me vale mierda quien sea usted, pero a mí no me grita y mucho menos viene a tratar así a Paola! ¡Sea inteligente y vallase, estamos en un colegio muy bien puedo gritar y pedir ayuda! —grite interrumpiendolo—

solo mía (joel pimentel y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora