NOTA: ¡Hola! Quería agradecerte a ti, quien quiera que esté leyendo esto, por hacerlo y también quería pedir disculpas por las correcciones que estoy haciendo, y sobre todo porque en el capítulo anterior tuve un tropiezo al decir que Amanda era una hermana menor de Loki, es una de sus hermanas mayores, en realidad. Ahora sí, al capítulo.
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Tan pronto puso un pie dentro de su hogar y le dijeron que Sif había salido a ver una obra de teatro, Thor redirigió sus pasos hasta la sala de juegos de sus hijos. Ni siquiera se aseguró de ver si sus empleados estaban descargando el equipaje. Moría de ganas de ver a sus vástagos después de casi dos meses de estar en Liverpool.
Escuchó risas dentro de la habitación y se paró en seco, había una que no reconocía. Pese a esto, rápido decidió que si Fiorella estaba dentro con ellos, entonces era alguien de confianza, por lo que abrió la puerta y sonrió.
—¿Aquí viven los niños más consentidos del universo?
—¡Papá!
La pequeña Thrud salió corriendo y sin más, se lanzó a los brazos de su padre que ya estaba listo para atraparla y darle un par de vueltas en el aire. La niña rio mientras su progenitor le daba un montón de besos en la cara. El pequeño Magni con pasos torpes también había corrido a abrazar los pies de su padre, quien al darse cuenta lo levantó con el otro brazo y le dio el mismo trato que a su hermana.
Fiorella los miraba enternecida, acostumbrada a las muestras de cariño que le propinaba el señor de la casa a sus hijos. Loki era otra historia, jamás en la vida había visto a un padre, ni burgués ni obrero, hacer lo que ese hombre estaba haciendo con sus hijos, aunque claro que también su poca experiencia no ayudaba.
—¿Por qué tardaste tanto en regresar papá?
—¿Recuerdas que te expliqué que hay hombres en la fábrica que son malos con los empleados? —La niña asintió—, pues papá fue a darles una patada en el trasero para que nunca vuelvan ahí a hacer de las suyas.
La niña rio y su padre bajó a ambos de sus brazos, mientras dejaba que Magni le contara algunos de sus pequeños descubrimientos. De repente Thrud recordó que ella también tenía que decirle algo a su padre.
—Papá —le dijo tomándolo de la mano y guiándolo hacia Loki—, él es Loki, mi amigo. ¿Lo recuerdas?
Fue entonces cuando Thor levantó la vista de su hija, a Loki.
Por supuesto que recordaba esos ojos, pero le era extraño ese hermoso rostro con piel de porcelana, nariz recta pero pequeña y largas pestañas. Aquella noche previa a partir, no había sido ese el chico al que había recogido de la calle, sino a uno con la faz llena de golpes y demacrada. Era imposible que hubiera cambiado tanto en un lapso de tiempo tan corto. Bueno tampoco es que hubiera sido tan poco tiempo, se reprendió.
—Que nombre tan bonito tienes pequeño —le dijo rompiendo el encanto que los había mantenido contemplándose—. ¿Cuántos años tienes?
—Do-doce señor —tartamudeó, sin entender por qué lo ponía tan nervioso el estar bajo el escrutinio de esas pupilas azules.
Thor se sorprendió en sobremanera por tal hecho, no sólo debido a que la cara de Loki no tenía ni un pelo de pre-adolescente en ella, sino porque su cuerpo era mucho más pequeño y delgado que el de un niño de esa edad. Había creído que tenía 10.
— ¿Y usted? —Fiorella lo quedó mirando con cara de espanto, pero él la ignoró y siguió viendo fijamente a Thor, esperando una respuesta.
La pregunta y los ojos atentos del muchacho lo descolocaron aún más si se podía. Nunca nadie le había preguntado su edad, bueno, a decir verdad, nadie le hacía preguntas en esa casa más que su hija, después de todo, él era el amo y señor.
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Todo y nada (Thorki)
FanfictionLondres, 1831. En una época donde la división de clases y los prejuicios son el pan de cada día, de alguna manera un burgués llamado Thor acabará encontrándose con un muchacho de hermosos ojos verdes. Este hecho traerá como consecuencia una maravil...