Capítulo 22

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DISCLAIMER. Antes de empezar quiero dejar en claro que los personajes no me pertenecen, ellos son enteramente propiedad del MCU y de la mitología nórdica, yo sólo los uso para dar rienda suelta a mi imaginación.

N/A. ¡Regrese! *inserte risa macabra*. La verdad había olvidado lo hermoso que es escribir un capítulo sin compañeras de cuarto que te molesten (créanme, lo intenté). Pero antes de que empecemos no puedo omitir el decirles cuanto l@s quiero y aprecio por seguir aquí, sean fantasmitas o no. Ahora sí, lo prometido es deuda.

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Fue como quedarse sin aliento.

No escuchó nada después de que le dijera que dentro de un par de días tendría que partir rumbo a Liverpool, como una vez antes había sido planeado, para trabajar y vivir allá.

Las razones que le fue enumerando para que entendiera por qué estaba sucediendo aquello le parecieron un montón de ruido sin coherencia, sin lógica. Ya había escuchado todos esos argumentos antes, sí, pero esta vez cargaban un sentimiento de fatalidad y resignación en la voz de Thor que le supo amargo y definitivo.

"Si Thor decide por su propia cuenta enviarte lejos, te irás sin rechistar y sin provocar escándalos innecesarios. Si después de hablar conmigo no lo hace, entonces aceptaré que te quedes a vivir bajo este techo".

De la nada, se echó a reír, interrumpiendo a Thor en su discurso planeado y elaborado con una noche de anticipación. La única que Lady Sif le había dicho que necesitaba para convencer a su esposo de quedarse a su lado y demostrarle que en realidad, el rubio no lo amaba.

Su risa sonó hueca y desesperada, como si se estuviera esforzando por realizarla y de pronto, las cuatro extensas paredes de la mansión Stardust que hace unas horas le parecían tan altas y anchas, le parecieron una jaula para pájaros.

¡Qué ciego había sido! Todo aquel tiempo sólo había sido encerrado en aquel lugar para ser un entretenimiento más. ¿Cuánto creyó que iba a durar aquello? Había pensado que para siempre y que si en dado caso los descubrieran, Thor y él morirían juntos. Así ninguno tendría que pasar por el trago amargo de una separación.

Y otra vez ahí estaba, solo. Pero no podía quejarse de nada, porque lo sabía, sabía que nadie podría llegar a amarlo de verdad y que aquello sólo era un engaño más, pero quiso hacerse el desentendido. Tener ilusiones, esperanzas.

—Loki basta, por favor.

No se había dado cuenta que se había echado a llorar, acuclillado en una esquina de la habitación, una en la que siempre había telarañas. Se le antojo irónico que fuera precisamente en el lugar en que su amorío comenzara, donde también se terminara.

Porque aquellas lágrimas que el rubio trataba desesperadamente de evitarle al inclinarse junto a él y abrazarle, serían las últimas que él derramara en nombre de su autoengaño.

Le quedaba tan siquiera el consuelo de nunca haber revelado sus sentimientos por Thor.

Empujó al mayor, moviéndolo hasta que retrocediera un gran tramo, cosa que más que por efecto de su fuerza, radicaba en la nula resistencia que el rubio ejerciera para impedirlo. Porque entendía que Loki no lo quería cerca; ya se había enterado al intentar tocarlo y que este saltara como conejo apaleado.

Y sí que tenía razón en ello.

Loki se secó el rostro y se permitió ver su futuro fríamente. Aquello no era solamente su derrota y exilio total, sino también la puerta que le cerraría el paso a una vida mejor, la vida con la que por un momento se había permitido soñar.

Todo y nada (Thorki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora