Capítulo 9: Lo que el corazón quiere

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Steve no podía poner en orden sus sentimientos

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Steve no podía poner en orden sus sentimientos. Por un lado estaba enojado, no, está furico, aquel alíen estaba muy cómodo abrazando a Tony; por otro lado, el castaño no parecía estar incómodo en los brazos de aquel problemático sujeto, y triste porque muy en el fondo le dolía ver a Tony con otro hombre y realmente no sabía porque se sentía traicionado.

Lo que sí sabía es que ese sujeto debería estar en la cárcel y no disfrutando de los privilegios de su hogar. ¿Quién había dado tal autorización? Porque si de él dependiera aquellas personas jamás pondrían un pie en  su casa.

-Stark- exclamó disgustado, al ver que su presencia no era detectada por ninguno de los individuos

Clark notó la presencia del rubio, desde antes de que entrara en la habitación, a penas tres horas que Tony se había quedado dormido en sus brazos y no quería causar una escena con el rubio, por lo que fingió dormir mientras se aferraba a su pareja. No podía negar que sentía tremenda rabia contra el rubio, acaso no se daba cuenta que estaban en un momento íntimo con Tony. Uno que Clark no sabía cuando se iba a repetir. Sentío que Tony se estremecía.

-¿Steve?- cuestionó el castaño mirando un tanto sorprendido al rubio ¿No se suponía qué el rubio aún debía estar de Luna de miel?

Tony no comprendía el enojo de Steve, el rubio lucía furioso y su mirada azulada lo miraba llena de decepción, rabia y traición. Y sinceramente, por primera vez, Tony no entendía qué es lo que había hecho mal.

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Los niños Stark reaccionaron de mala manera. Los tres se habían levantado como si tuvieran un resorte en sus piernas, y como si fueran una unidad con una sola mente, los tres se colocaron frente a la rubia, quien los miraba molesta y un tanto fastidiada.

-¿Qué haces aquí?- preguntó entre dientes apretado Peter. Jason lo miraba sorprendido, nunca había escuchado a su castaño hablarle así a nadie

-Esta es mi casa niño. Soy la esposa del Capitán América. Son ustedes los que no deberían estar aquí. Ustedes no son nada más que proyectos de lastima de Stark- declaró la rubia acomodándose el cabello y con una mirada prepotente- ni siquiera son sus hijos.

Raven sonrió - Ahí es donde te equivocas. Desde hace un año todos firmamos los papeles de adopción. Legalmente somos los hijos de Tony- dijo con cierta superioridad

-Por lo tanto tenemos todo el derecho de estar en NUESTRA propiedad. A diferencia de ti- declaró Harley imitando el movimiento de la rubia con su cabello de forma exagerada

Sharon gruño antes de intentar abofetear al más pequeño de los Stark. Lamentablemente para ella una mano la detuvo a mitad de camino. Los ojos azules eléctricos y fríos la miraban sumamente enojados.

-Ni se te ocurra tocarlo. No se cual es el problema entre ustedes ni me interesa pero no te atrevas a tocarlo-

Dick elevo una de sus cejas mientras Jason se había levantado dispuesto a detener a la rubia. Raven era detenida por Peter, mientras que Harley era protegido por Connor, quien no había duda en proteger al menor con su cuerpo. Harley lo observaba un tanto sorprendido ¿En qué momento se había movido Connor?

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