La luz del sol de dio directo en el rostro, al parecer ya había amanecido pero estaba tan cómodo y tranquilo que no quería despertar. Enredo sus brazos aun más en la cintura del castaño, disfrutando despertar acompañado después de más de un año de despertar en una cama solitaria y fría.
Tony se removió inquieto entre sus brazos y no pudo evitar tensarse, por alguna razón temía la reacción del millonario. Estaba consiente de que la noche anterior el castaño había bebido demasiado y que quizás no recordara nada de lo ocurrido, o tal vez, se arrepintiera de lo sucedido y huyera de su lado.
Su pecho se sentía incomodo ante tal pensamiento. Pero se sintió aún peor porque durante el tiempo que había estado con el castaño, no había pensado en Lois.
Su dulce y valiente Lois. ¿Qué diría si pudiera verlo en esta situación? ¿Era egoísta de su parte querer dejar atrás el dolor? Sí, lo era. No obstante, cuando Tony lo había mirado con aquella mirada tan similar a la suya, no pudo ni quiso ignorar aquel llamado desesperado.
¿Cómo ignorar una mirada tan parecida a la suya?
No pudo. Pero tampoco podía evitar sentirse culpable.
-“Lo siento Lois”- pensó con algo de remordimiento, con cuidado se separo del millonario, busco su ropa de forma apresurada y con esa misma velocidad se cambio. No quería dejar al castaño pero tampoco quería enfrentarlo, tomo papel y lápiz para dejarle una nota –“Lo siento Tony”-
Tony sintió aquellos tibios y fuertes brazos abandonar su cuerpo, pero prefirió fingir dormir un poco más. Recordaba cada detalle de su pequeña aventura y por algunas horas había podido olvidar a su rubio, olvidar su dolor, pero cuando aquellos brazos lo abandonaron el dolor y el arrepentimiento volvieron con fuerza.
No solo había traicionado la memoria de su Steve sino que también había persuadido a Superman a dormir con él. Era de lo peor.
Amargas y silenciosas lagrimas recorrieron sus mejillas, mientras se aferraba a la simple nota del hombre de acero y al anillo que le pertenecía a Steve.
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Bruce sabía que algo no andaba bien. No había que ser un genio para saber que algo había sucedido con sus dos amigos. Tanto Clark como Tony se evitaban. Sí bien jamás se habían llevado bien, solían ser cortes con el otro.
Alfred le había dicho que en un momento tanto Clark como Tony habían desaparecido de la fiesta y que el castaño no había vuelto a su habitación hasta hoy en la madrugada. Sí. No se necesitaba ser un genio para deducir lo que había ocurrido.
Diana tomo con suavidad su mano observando a Clark. Era obvio que su nueva esposa también notara el extraño comportamiento de su amigo. Mirando a la pelirroja de arnas tomar, notó lo preocupada que estaba por Tony.
Esos dos le causaban más dolor de cabeza que sus hijos adolescentes. Trataría de hablar con ambos pero con lo terco que eran ambos dudaba que lo fueran a escuchar.
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The Vow
FanficLuego de renunciar a Steve. Tony vuelve a encontrar el amor en Clark Kent.