Familia Kaiba

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España
Mikaela y Gozaburo Kaiba tenian cuatro hijos el mayor y su máximo orgullo Rafael, a el le seguian los gemelos Alister y Seto. Y años mas tarde nacio Manná.
Rafael era el consentido por ser la viva imagen de Gozaburo cuando joven, Alister y Seto eran los menos importantes ya que la atención de los tres mayores estaba en un bultito pequeño que no paraba de llorar.
Gozaburo era un padre muy exigente y golpeador, sus tres hijos le tenian miedo pero Seto hartó de los gritos de sus padres, no pudo más y compro un boleto de avión usando el apellido Kaiba para poder tomar ventaja siempre que podia. No fue facil pero tampoco imposible para un niño de apenas 6 años aquello era una proesa, pues se habia enfrentado a las posibilidades de un rapto, secuestro y sabran los dioses de que otros peligros salio bien librado. Los ojos de Seto se llenaron de panico al llegar a una nueva ciudad con el fin de ver a su abuela materna, ella era la bondad encarnada seguramente comprenderia y no lo mandaria de vuelta al infierno que era estar en España de nuevo. Al llegar a México se dedico a buscar a su abuela, teniendo la suerte de toparse con una buena mujer taxista que lo llevo al lugar indicado. Seto pago con euros y se dirigió a la puerta principal de aquella hermosa casa, las rodillas le temblaban durante todo el camino pensó la forma de decirle las cosas. Al abrirse la puerta y ver a su abuelita sus palabras se las llevo el viento, y solo lloraba en el hombro de su abuela, al entrar a casa y explicarle lo que paso, llamo a sus padres quienes no sabian que Seto habia escapado. Importandole poco los reclamos y amenazas de Kozaguro crio a Seto ella sola. Educando en casa los primeros meses, y despues entrando a la escuela publica, donde le hacian burla compañeros y profesores por su acento español, pero como negar que Seto era un encanto de muchacho de hermoso rostro blanco y fino de ojos azules, cabellos rubios cual rayos de sol. Y sin embargo remataba con su gran inteligencia, acabando la primaria con solo nueve años. Su abuela estaba muy orgullosa de el entrando a la secundaria poco despues. Los años escolares para el eran como agua entre las manos, mientras buscaba algo interesante y poco conocido en la biblioteca, para su próxima exposición se topo con un ángel disfrazado de mortal un niño pequeño y delgado, de hermosos ojos violetas bañados en lágrimas. Seto sintio la necesidad de aunque fuera por un instante tocar esa carita llorosa, pero el pequeño de ojos hermosos cejas delineadas y pestañas largas que le daban ese toque romántico, con una voz suave y entre cortada dijo
-Yo lo vi primero.- Y sin decir más acabo con el ensueño de Seto. Sus mejillas estaban rojas, no dejaba de ver al pequeño que se metio entre los pasillos con el libro entre sus menuditos brazos, matando de ternura a Seto, quien lo siguio con la mirada, el chico estaba sentado leyendo rodeado de varios libros, muchos sobre leyendas, criaturas mágicas, cuentos infantiles entre otros que no alcanzaba a ver de que eran. El pequeño al sentirse observado levanto la vista pero no habia nadie, y volvio a posar sus ojos sobre el libro, esa imagen quedo tan grabada en la mente de Seto que volvia todos los dias a esa vieja biblioteca con la esperanza de volverlo a ver y asi era todos los dias a la misma hora iba a aquel lugar. Sin embargo habia un problema, una barrera invisible y esa era la timidez de Seto. Nunca habia sido sociable, de hecho cuando resivia a sus primos y tios de visita el simplemente se escondia. Asi que se puso a practicar hablar frente al espejo primero sintiéndose muy estúpido por ello, pero después se fue acostumbrando. Asi que cuando lo volvio a ver el inicio la conversación, pero habia algo en esa mirada ademas de ser cautivadora siempre estaba triste, y no era para menos. Días antes habia perdido a su mamá, y el se sentia culpable, no lo era pero asi se sentia...

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