El destino te puso en mi camino...

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Años despues en México...

Eran las visperas de Navidad... Todos se apresuraban a hacer sus compras, también cierto rubio ojiazul. Quien habia logrado su meta, de convertirse en abogado, para vengar a su pequeña hermana y asi evitar que a otros les pasará lo mismo, Seto hacia compras tranquilamente cuando de pronto... Seis tipos armados con navajas y pistolas lo persiguieron y lo acorralaron en un callejón. Yami estaba coqueteando con una chica, cuando vio a sus ex camaradas correr, pensando que veria algo interesante, los siguio desde las alturas. Viendo al pobre chico contra la pared, se lanzo hacia la pelea, con una marometa poniéndose delante de el.
Los ojos de los agresores se abrieron como platos.
Seto estaba embelasado, no podia creer lo que sus ojos veian. Ese chico delgado parecia un hermoso y peligroso gatito salvaje. Cuando salio de su asombro, vio sangre a su alrededor, armas regadas donde quiera varios casquillos de bala... Y el chico seguia ahi de pie, con una sonrisa burlona.

-Quil... Quién eres?-
-Mi nombre es Yami...-

Seto se congelo al ver esos ojos de nuevo, no habia duda ese chico era su amado Atem, pero como habia crecido era un chico bajito, delgado y super atractivo, ademas ese delineador negro se le veia tan bien. Atem sonrio de lado y se retiraba a paso lento poniendo su chaqueta a manera de capa.

-Espera... Como pago me dejarias invitarte a comer?-

Atem no lo queria aceptar pero su estomago eataba en huelga, demandando alimento.

-Esta bien...-
Dijo regalando una sonrisa encantadora. Ambos se fueron, a un restaurante cercano, donde durante la platica, el tiempo que habia pasado desde ese "Adios" nunca hubiera pasado. Las risas las bromas todo era como antes, despues de comer ambos caminaron hasta el auto de Seto, Atem estaba dispuesto a irse pero Seto no se lo permitiria, lo habia recuperado no queria volver a perderlo, como era Navidad lo invito a la casa de su abuela, los tres convivieron esa noche tranquilamente, Atem estaba realmente agotado quedándose dormido en un sofa, Seto sonrio ante tal escena lleno de ternura tomo a Atem en sus brazos y lo acostó en la cama, pero al verlo detenidamente y quedar extasiado por el hipnotico subir y bajar del pecho del pequeño, sintio la necesidad de besarlo, se acerco a el lentamente y bajo sus labios hasta los del menor, juntandolos en un calido y humedo beso.
Atem solo solto un ligero suspiro estaba muy feliz, sonrio levemente.
Al dia siguiente, al despertar Carlos vio la cama hecha Yami no estaba se habia ido muy temprano por la mañana.
Seto se quedo recargado en la puerta con los ojos llorosos, de verdad lo extrañaba y queria estar con el, más tarde fue a visitar aquella vieja biblioteca la cual ya no existia.

-Desde que te fuiste... Esta ciudad a cambiado bastante.-
Dijo una voz familiar y ahi estaba Atem con un traje de cuero negro adornado con estoperoles mirando con indiferencia a Seto.

-Que fue lo que paso... Tu no eras asi Atem...-
-Solo me adapte al cambio... Mientras tu te elevas yo me hundo en un abismo de perdición y soledad si sabes lo que te conviene... Alejate de mi...-
-No... No lo haré pequeño gatito tu tienes mucho que explicarme.-
-No me digas gatito...-
Seto jalo a Atem subiendolo a su Ferrari blanco con luces azules, llevandolo a un lugar tranquilo y lejos de toda la gente...

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