1. Caos fuera de Pridelands

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La vida de un león está llena de peligros. Cuando son cachorros ignoran los duros obstáculos que deberán enfrentar para sobrevivir. Y para poder tener un lugar en la vida deberán crear alianzas entre los más fuertes, oprimir a los que intenten revelarse, mantener cerca a los amigos y aún más a los enemigos.

Esta historia comienza lejos de Pridelands. En un reino ubicado al oeste.

Próspero, con comida y habitada por una manada con un buen número de leones.

En un día cálido y tranquilo, dos leones patrullaban su territorio.

Estaban alerta con ojos, oídos y olfato hasta que escucharon a lo lejos un rugido que no era reconocible.

—Hay forasteros invadiendo el reino-dijo un león.

—¿Kazineanos?

—Tal vez—hablo el otro—Es la tercera coalición del mes.

—Hay que avisarle al rey

Los dos leones corrieron en dirección a su manada.

Las leonas descansaban pacíficamente en la pradera mientras observaban a sus cachorros jugar.

Un cachorro color arena y uno color canela caminaron en círculos hasta que uno brincó sobre otro.

Un tercer cachorro café los observaba desde las patas de una leona—¡Tómale la cola, Noa!—gritó.

Los dos cachorros se encimaban el uno al otro y se mordían las patas y las orejas.

Él cachorro arena terminó encima del otro—¡Te gane!

—No es cierto—dijo empujándolo hacia atrás.

Se rieron mientras daban pequeños golpes con sus inofensivas patitas.

El cachorro arena comenzó a morderle la oreja al otro—¡Peleas sucio, Noa!—este entonces le mordió una pata trasera.

—¡Auch!—lo soltó—¡Tafari!

El otro cachorro rio.

—Lo hiciste bien, hijo-dijo un león macho de ojos color ámbar caminando hacia ellos.

El cachorro ganador sacó una sonrisa y corrió hacia el león—¡Papá!—dijo frotándose en su pata.

El león dio una lamida sobre su cabeza, lo tomó de la piel y lo llevó junto a su madre-Se está poniendo más fuerte.

—Al igual que tú—le respondió la leona con cariño frotándose en su melena. Se volteo a su cachorro y comenzó ha limpiarle la tierra de su pelaje.

Otro león color arena llegó y la manada volteo a verlo con respeto.

El cachorro de su mismo color camino hacia él con tranquilidad—Padre—el león lo recibió con una pata.

El león arena saludó con la cabeza a las leonas—Leonas—Ellas hicieron una pequeña reverencia con la cabeza pero la mirada del león cayó en una leona en particular, Gasira, la leona con el cachorro canela.

Una voz llamó al león—¡Jahan!

Una leona apareció por detrás.

—¿Qué sucede, Aidah?—dijo volteándose.

—Barack y Thabo me dijeron que una coalición se acerca—Camino y tomó al cachorro color arena—Debemos poner a los cachorros a salvo.

Entonces de entre la hierva surgieron los otros dos leones—¡Son tres, señor!

Las leonas se levantaron, tomaron a sus cachorros y se dirigieron a entrar a su cueva.

—¿Quieres que vayamos contigo?—le preguntó Aidah a su pareja.

El Rey León: La Reina AdiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora