Parte #1

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Entré en el avión bailando al ritmo de la música que sonaba por mis cascos. Había ahorrado durante un año entero para aquel viaje. Caminé por los estrechos pasillos hasta Business. Dos chicos estaban ya sentados en sus asientos en frente del mío. Me acomodé y esperé.

-¿A quién hay que pedirle la Wi-Fi en este avión?

No habíamos despegado de JFK y aun nos esperaban seis largas horas de vuelo hasta Los Ángeles. El de los ojos azules ya estaba necesitando internet en vena para sobrevivir...

¿Quién serán este par de frikis? me pregunté mientras visualizaba mi trágica e hipotética muerte. A esto se le llama miedo a volar...

-Espero que el piloto sepa lo que hace... -esto último lo pensé en alto por lo visto, ya que el moreno se asomó de detrás de su movil y dijo:

-¿Perdón?

Puse los ojos en blanco y él miró a su amigo y repitió más alto:

-Perdón, ¿Que te firme qué?

Como no quería parecer una esquizofrénica hablando sola, le extendí mi billete de avión para que lo firmara por detrás.

-¿Cómo te llamas preciosa?- preguntó en un tono muy dulce.

-Sofía- contesté muy cortante.

De repente su amigo el de los ojos azules dejó el teléfono un segundo para protestar:

-¿Puedo yo también?

-Como quieras...- le dije en tono sarcástico poniendo los ojos en blanco.

Lo que me faltaba..., dos creídos que fingen ser famosos, definitivamente no soy yo la esquizofrénica...

Después me devolvieron el billete, le eché un vistazo por si alguno de los dos tenía una firma bonita, eso siempre ha sido un punto a favor....

En una ponía:

With love for a gorgeous girl,

CAMERON DALLAS.

Y en la otra:

Drive safe; Wear your YEETBelt

on the plane,

NASH GRIER.

El caso era que los nombres me resultaban extrañamente familiares. Al final sí que puede que fueran famosos...

Las dos primeras horas de vuelo fueron interminables, durante las cuales simulé estar dormida para escuchar la conversación de mis nuevos compañeros de viaje. Ellos se reían y tecleaban frenéticamente.

La voz de los altavoces interrumpió mis pensamientos:

-Señores pasajeros les habla el comandante Barroso, les doy la bienvenida al vuelo de AmericanAirlanes con destino Los Ángeles. Lamentablemente no nos va a ser posible aterrizar en el LAX debido a razones que aun desconocemos. En unos minutos realizaremos maniobras de aproximación al aeropuerto de Omaha donde recibiremos mas información. Gracias por su atención y por volar con nuestra compañía.

Aquello realmente eran malas noticias, no me gustaban las sorpresas.

Miré a "Nash" que escribía con gran agilidad en su móvil. A los tres segundos encontró lo que buscaba y dijo:

-Hey Cam, yo sé porque no vamos a LA, mira lo que está pasando.

Pude ver como el video comenzaba y la cara de su amigo cambiaba instantáneamente. El terror se reflejaba en sus ojos.

-¿Qué pasa? ¿Es el big one?- pregunté estirando el cuello intentando ver que era lo que pasaba.

Mi sueño dorado de un verano perfecto en LA se había ido al traste junto con todos los ciudadanos de California. Ellos temían que la falla de San Andrés se abriese y el pacífico devorase su preciosa ciudad, pero yo temía que ocurriese durante mi estancia allí. LA: la ciudad sumergida en el pacífico...

-No, mucho peor, echa un vistazo- me dijo Nash mientras me pasaba su móvil.

Lo siguiente que vi no se puede expresar con palabras...

Una legión de lo que parecían ser personas comportándose como una jauría de animales durante una cacería, perseguían a ciudadanos indefensos, que nunca habrían esperado toparse con sus vecinos en ese estado cuando sacaban el coche para ir a trabajar. Todo lo demás eran vísceras y sangre, detalles escatológicos que me ahorraré.

-¿Y ahora qué va a pasar?- pregunté con miedo.

-Vamos a morir- contestó Cameron mordiéndose el labio inferior con inquietud.

-Vive rápido, gana mucho dinero, muere joven y deja un bonito cadáver- bromeó Nash.

Me entró la risa tonta , nerviosa e histérica, pero a Cameron no le hizo tanta gracia.

-Cállate Nash, esto va a doler más que aquellos trece puntos- contestó su amigo.

El verano que vivimos peligrosamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora