Parte #22

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Sofía P.O.V 10:30am.

Cameron y los Jacks me esperaban ya en el coche, me senté en el asiento del copiloto y Cam arrancó y aceleró. Saqué mi pistola y le puse el cargador nuevo. Hoy nos esperaba una misión complicada. Teníamos que entrar al centro comercial pero a los aparcamientos. Necesitábamos más coches y allí era donde más iba a haber seguro. No tenía miedo, en las últimas semanas había mejorado mucho mis técnicas de pelea, pero quería volver a casa para la hora de dormir.

-¿Cómo lo vamos a hacer?- preguntó Gilinsky desde el asiento trasero.

-Aparcaremos fuera como vía de escape. Dejare las llaves puestas por sí algo sale mal. Bajaremos por las escaleras traseras. Saca el plano de la guantera- me pidió Cam aún conduciendo.- Sí, estas escaleras -dijo señalándolas con un dedo. Debemos fijarnos en qué coches cogemos, deben de consumir poco y tener al menos cinco plazas. Iremos en parejas a investigar, después nos reuniremos arriba. ¿Preparados chicos? Ah, una última cosa, Sofía tu conducirás este coche una vez los demás tengamos el resto. Si pasa algo, lo que sea, corred y no miréis atrás. A las 9 estaremos en casa.- dijo en un tono potente, el chico tenía madera de líder. Me quedé mirándole durante un rato intentando descubrir que pasaba por su cabeza en esos momentos pero no conseguí descifrar nada en su mirada.

Nash P.O.V 10:30am.

Los chicos y Sofía habían salido a hacer las tareas pronto esta mañana. Hayes no estaba en el cuarto cuando desperté, supuse que estaba con Colett, como anoche.
Desperté a Sky haciéndole cosquillas y decidí que iba a dejar el día solo para los dos como solíamos hacer antes. Le hice el desayuno y le hice reír, aquella niña era tan risueña...
Subimos a la azotea y nos sentamos en las hamacas del solárium y saqué el cuento con el que Skylynn estaba aprendiendo a leer: consejos para sobrevivir a un Apocalipsis zombie. A ella le resultaba la mar de divertido, como cualquier otra cosa a los cinco años.
En aquel libro cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia.
"Seguro que el autor no ha sobrevivido" pensé. Pasados seis minutos, empecé a perder la concentración, al contrario de Sky que parecía tomar notas, seguro que estaba dibujando un pequeño poni con superpoderes contra los zombies. Siempre lleva la pistola de spray pimienta que John le regaló en una cartuchera de juguete y se lo toma súper en serio, no nos deja tocarlo a nadie.

-Bueno Sky.... Creo que basta por hoy... Hagamos algo diver...- mi mano izquierda cayó al suelo tocando algo peludo. Lo mas parecido a un ladrido resonó por todo el valle. Me levanté sobresaltado.

-¡¡Mira Nashy, es un perrillo de las praderas!!- dijo Sky muy contenta de ver animalitos allí arriba.

-Es una marmota Sky- raro, muy raro, realmente raro, estos animales deberían de estar empezando a hibernar ya... De pronto como sí contestaran al ladrido de la primera, decenas empezaron a ladrar. Estaban por todos lados, subidas en la barandilla, en la cúpula, en los brazos de Sky...

-¡Sky! ¡Suelta eso que estará lleno de pulgas!- ordené. De pronto lo vi todo claro, los animales no estaban en el valle, porque estaban huyendo de lo que sea que esté en el valle. Preferían morir de frío antes de enfrentarse a lo que este ahí abajo. Tengo que avisarles.

-¿Le puedo poner nombre?- fruncí el ceño y agarré a la pequeña por los pies mientras se reía a carcajadas y la colgué a mi espalda mientras bajaba las escaleras en busca de Hayes. Cuando me aseguré de que Sky estaba a salvo fui corriendo a la cabina del teleférico y me envontré con dos gorilas armados.

-¿Dónde te crees que vas?- me dijo uno.

-Ehm... Uhm... Tengo que preparar el regalo de Cameron...

-Tranquilo, Milla se encarga de eso chaval.- me contestó el otro.

Deshice lo andado y volví a la azotea, sólo había otro camino. Abrí la puertecita de madera, sólo el chirrido que hizo al abrirla ya fue un presagio.... Me asomé a un sendero vertical mitad pedregal, mitad precipicio, con lo que parecía un ángulo de 45º de pendiente. Seguro que aquello era mucho más sencillo con esquíes que con unas simples Nike... Me lancé montaña abajo intentando no pensar lo que estaba haciendo. A veces corría, a veces andaba, a veces rodaba, pero lo hacía lo más rápido que podía, esperaba llegar a tiempo. No sé cuánto tiempo estuve bajando, sólo sabía que las piernas me ardían.

Sofía P.O.V 11:00am.

Ya habíamos llegado al edificio y nos disponíamos a bajar al garaje, me puse la última detrás de Johnson, Cameron iba el primero y Gilinsky en el medio. Mire una última vez el coche y entré por la puerta que daba a la planta baja. Recordé una de las reglas de una absurda película de zombies y puse una caja trabando la puerta para conservarla abierta por sí era nuestra única salida, a su vez hacía que entrase algo de luz en aquella inmensa oscuridad.
Oía los pasos de Cam delante del todo, después sentí que las escaleras se acababan. Un penetrante olor a estiércol nos paralizó a todos.

-Chicos, creo que nos hemos equivocado, este es el parking de tractores- dijo Gilinsky bromeando.

Una mano agarró la mía, al principio me asusté:

-Vamos- dijo Cameron tirando de mi. Pude apreciar los pasos de Johnson y Gilinsky a lo lejos. Ante mis ojos se abria una oscuridad absoluta, sin soltar a Cam metí la mano en la mochila y saqué una bengala y se la pasé a él. No tenía miedo, pero ya sabéis que esas tranquilidades absolutas me inquietaban.

El verano que vivimos peligrosamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora