Capítulo 2

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Era mi mamá, al menos este año si se acordó. Pero la verdad no tenía ganas de escuchar a mi alocada madre así que me preparé otro vaso de jugo con vodka.
Vacíe todo lo que tenía dentro de mi bolso sobre la mesa, habían entradas al cine, notas de restaurantes, servilletas, mentas, plumas, labiales, tarjetas, entre otras cosas, así que comencé a separar lo que aún me podía servir y lo que no. De pronto, una servilleta con algo escrito llamó mi atención. Era un número de celular y una frase escrita abajo "Clave: ¿Estás libre ésta noche?" Entonces recordé la conversación que tuve con una chica en el baño de aquel bar al que fui con unos compañeros de trabajo. Yo ese día me quejé frente a esa chica de la poca atención que tenía de mi novio, ella sacó una servilleta y anotó estos datos. "No te vas a arrepentir, solo di la clave y estarás en el paraíso, el chico es un Dios".
Mire fijamente la servilleta, la leí varias veces. Era una locura, citar a un completo desconocido solo por la inmensa soledad que sentía y, además fines, no iríamos a cenar precisamente. Esa chica me había dejado un claro cuáles eran las habilidades de su "amigo". ¿Y que más daba hacer una locura en mi cumpleaños?, siempre he sido una chica muy correcta así que al diablo todo, tenía derecho a divertirme, además ya estaba maquillada y arreglada.
Nerviosa tomé el teléfono, marqué los números pero al momento de presionar los números me acobardé, entonces colgué. Repetí varias veces mientras mi corazón se aceleraba. Bebí mi ultimo trago de bebida y me dió el valor que me faltaba, así que finalmente llame con mi cuerpo tembloroso. Sonó una vez, dos, tres, pero... ¿en qué estaba pensando?, era martes y seguramente tenía una vida y asuntos que atender.
Estaba por colgar cuando una hermosa voz me dijo "Hola", me quedé muda, mis manos sudaban y temblaba de nervios -Hola- volvió a decir el extraño ahora con una voz más sensual.
-¿Estás libre esta noche?- dije cerrando los ojos como si él me estuviera viendo.
-Si, ¿en dónde nos vemos?- respondió y casi puedo jurar que sonreía.
-No lo sé, tú dime.- no iba a citarlo en mí departamento, alguien podría verlo.
-¿Te queda cerca el Hotel Rose?-.

Será amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora