Capítulo 3

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-Como a 20 minutos- dije no muy segura.
-Te veo en el lobby en media hora, ¿te parece?-
-Si, claro-
-¿Cómo te reconozco?-
-Mido 1.60, cabello largo castaño y tengo un vestido negro hasta las rodillas. Y yo... ¿Cómo te reconozco?-
-Simplemente lo sabrás, en media hora te veo- colgó.
Metí lo indispensable en mi bolso, como labial, mi monedero y mis llaves, tomé mi abrigo y salí.
Mientras bajaba por el ascensor pensaba en lo que estaba apunto de hacer. Era una total locura. Una cita en un hotel con un desconocido que podría ser un psicópata. Pero ya lo había hecho y mi número había quedado registrado en su celular y si no aparecía seguramente me llamaría para reclamarme.
Tome un taxi y le indique la dirección. En 20 minutos ya estaba cruzando la puerta del hotel. Tomé un gran respiro mientras caminaba nerviosa de un ldo a otro, ¿y si todo era una broma?, la chica que me dió el teléfono solo había visto una vez en mi vida y por lo que recordaba, ya estaba borracha.
Definitivamente era una locura. Estaba por salir del lugar cuando alguien me susurró en el oído.
-¿Estás libre esta noche?- su voz  erizó mi piel. Asentí con la cabeza, esa sensación que produjo en mi no le dejó hablar. Volteé y me encontré con el hombre más guapo que había visto; alto, piel blanca, ojos color miel, cabello oscuro,una sonrisa encantadora y además de guapo, olía delicioso. Vestía un traje negro impecable, en verdad era un Dios. Me ofreció su brazo y nerviosa lo tomé. Caminamos en silencio al elevador. Subimos al último piso y recorrimos al pasillo hasta llegar a la última habitación. Puso una tarjeta y la puerta se abrió. Me dejó pasar primero y entró detrás de mi, prendió la luz y cerró la puerta. Yo estaba de espaldas viendo la habitación cuando escuché que puso seguro a la puerta, mi corazón se aceleró. No sabía con precisión lo que estaba apunto de pasar pero lo que si sabía era que este chico lograba sensaciones y emociones en mí que nunca Nadia había podido.
-¿Cómo me contactaste?- preguntó
-Una... amiga me dió tu número-
-¿Te explicó las reglas?-
-No, solo me dió la clave-.

Será amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora