Capítulo 4

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-Bien, la regla número 1) No nombres; no me dirás el tuyo ni yo te daré el mío. Regla número 2) No preguntas personales; nada que pueda dar saber quienes somos en realidad. Regla número 3) No lazos afectivos; no nos podemos enamorar, esto es solo placer ¿entendido?-
-Si. No nombres, No preguntas personales, No lazos afectivos- repetí.
-¿Te gusta el vino?- preguntó con una suave pero sexy voz.
-¿A quien no?- lo miré y sonreí.
Soltó una risa, de esas que intimidan y te ponen nerviosa.
-Por favor, ponte cómoda- me dió la copa de vino y me dirigió a la cama para que me sentara.
-Salud- dijo él.
Yo no podía quitar la mirada de sus ojos, eran tan profunda la manera en la que me miraba y solo sonreí tomando un poco de vino.
Comenzó a caminar lentamente a mi alrededor y no dejaba de recorrerme de pies a cabeza, yo no sabía que decir. Me miró fijamente a los ojos y me tomó la mano para que me levantara haciendo que yo dejara la copa de vino en una pequeña mesa. Se acercó a mi y me quitó el abrigo poco a poco sin quitar su vista de mis ojos, sentía como acariciaba mis brazos con la yema de sus dedos. Yo cerré los ojos y sentí sus cálidos labios recorriendo mi cuello mientras me sujetaba por la cintura. Lo abrace por el cuello, estaba perdiéndome en sus caricias. ¿Cómo era posible que un completo desconocido me excitara de esta manera?
Bajó sus manos lentamente hasta llegar al cierre de mi vestido mientras sus labios subían por mi mentón hasta llegar a mis labios, me besó lentamente dándome pequeñas mordidas en mi labio. Me estaban matando sus caricias y sus besos. Le quité el saco y lo tiré al piso, él comenzó a bajar mi vestido lentamente mientras yo desabrochaba su camisa sin dejarnos de besar. El vestido cayó al suelo y yo aventé su camisa a alguna parte del cuarto.
Entonces, el besó uno de mis hombros mientas desabrochaba mi sostén y lo quitaba por completo. Besó uno de mis senos mientras acariciaba el otro con su mano. Subió por mi cuello con besos cortos hasta volver a besarme los labios y me dió un pequeño empujón a la cama.

Será amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora