Diez

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Es lunes por la mañana y ya quiero volver a reiniciar la semana.

Me quedé dormida a las dos de la madrugada, probablemente porque estaba muy ocupada obsesionandome acerca de la exposición de historia universal que tengo durante el segundo bloque. Odio hablar en público y aunque me gusta la historia, tiendo a decir cualquier cosa cuando estoy bajo presión. Me olvido de mis líneas, me vuelvo un desastre. Y con mamá gritándole a papá de fondo, no podía llamar a ninguna de mis amigas para pedirles apoyo moral.

Como resultado, me dormí tarde, me desperté muy tarde y terminé perdiendo el bus. Por un momento, consideré pedirle un aventón a Kyle, pero mi orgullo es de proporciones astrales. Sin dinero para un Uber y el transporte público pasando cada dos horas, tuve que caminar hasta la escuela, lo que me tomó casi cuarenta minutos. Cuando llegué al colegio, ya había terminado el primer bloque e iniciado el de historia universal. Me pusieron una falta completa por llegar tarde. Y cuando me dejaron entrar a clases, estaban un grupo de chicas ya presentando su exposición. 

Por las miradas en sus rostros, no les gustó mucho que las interrumpiera. La profesora me terminó retando enfrente de todos, ocasionando varias risas y susurros. 

¿Se puede acaso odiar más los lunes?

Mi exposición termina yendo mejor de lo que creía, pero de igual formas muero un poco por dentro al ver como Kyle me mira fijamente, con una expresión indescifrable en el rostro. Cuando termino de hablar, aplaude y no deja de mirarme hasta que tomo mi asiento al otro lado del salón. 

Cinco minutos después, me llega un mensaje de él. 

"¿Perdiste el bus?"

Subo la mirada y me lo encuentro observándome, esperando a que le responda. Quiero decir, he ignorado sus llamadas y sus mensajes por ya más de una semana. Sería tan fácil seguir haciéndolo...Pero ya no quiero.

"Si"

"Mi estúpida alarma no sonó"

Miento, porque no lo quiero sermoneando acerca de cómo no debería preocuparme acerca de hablar en público o de la opinión de los demás. Es jodidamente fácil decir eso cuando te ves como él y todo el mundo desea ser tu amigo. 

"Déjame llevarte de nuevo. Al menos por las mañanas"

Lo vuelvo a ver, pero ahora tiene la mirada puesta en su escritorio como si este fuera muy interesante. Quiero decirle que lo extraño, que quiero olvidar todo, dejarlo en el pasado, que no me importa lo que dijo, pero estaría mintiendo. Porque si lo extraño, pero tampoco puedo simplemente dejar que me siga haciendo daño. Aunque él ni siquiera se dé cuenta de lo que me hace.

"Está bien"

No lo digo que quiero hablar, ni le pregunto cómo está, pero cuando él me manda un sticker de un perrito sonriendo, no puedo contener mi sonrisa. Kyle lo nota, sonriéndome levemente desde el otro lado del salón y por un momento, es como si estuviéramos solos, en medio de un océano, a punto de colisionar. Y aunque aún estoy molesta, dolida, confundida, me pregunto si lo mejor es simplemente dejar todo atrás. Volver a ser los amigos de antes. Después de todos, él es un excelente amigo el 99% de las veces ¿Debería de verdad alejarme de él por un estúpido comentario?

(...)

Soy un fiasco maquillándome. 

No me malinterpreten; adoro maquillarme. Me fascina el hecho de que hayan chicos menores que yo, unos incluso prácticamente en pañales, capaces de crear obras de arte con maquillaje y usando su propio rostro como lienzo. Porque yo...yo soy un desastre maquillándome. Incluso si siguiera algún tutorial, igual apestaría. Y ni siquiera puedo seguir un tutorial porque los gurus siempre usan marcas demasiado caras, o cosas simplemente fuera de mi alcance. Apenas tengo un delineador, un compacto, un par de lápices labiales, algunas sombras que no combinan con nada y un poco de base. Si voy con suerte, mamá me deja usar su rímel. 

Ojalá pudiera amarte, siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora