Todos en el comedor estaban observando como ese alfa tenía por el cuello al omega. Desde lejos parecía que ese pequeño omega no iba a sobrevivir ante el adolescente que lo tenía tomado de la remera, elevándolo unos centímetros del suelo.
Pobrecito, no va a poder escapar.
Nadie lo va a defender frente a ese alfa, está acabado.
Esos eran los pensamientos de las personas que miraban la escena, no obstante, ignoraban que en realidad el omega era más fuerte de lo que aparentaba.
Dylan miró de reojo a aquellas personas que los rodeaban, debía deshacerse de ese idiota en celo lo más rápido posible. El celo al alfa lo estaba volviendo loco y no sabía cómo iba a reaccionar los próximos minutos, nada impedía que lo atacara, golpeara o violara en frente de todos los alumnos, Dylan no quería arriesgarse.
Miro una vez a su alrededor tenía que tener algo a mano para poder distraer unos segundos al alfa. Lo tenía entre la mesa y su cuerpo, por lo tanto no podía moverse mucho, además de estar prácticamente flotando unos centímetros del suelo. Y lo vio, la bandeja que su amiga Maia había estado usando en ese lugar hace unos minutos para almorzar, bingo. Ahora solo tenía que distraer al grandote que lo tenía preso.
─ Sabes, la verdad... ─ comenzó a decir Dylan llamando la atención del alfa. Este último lo miraba con odio, cada vez apretando más su mano, levantando al omega del suelo unos centímetros más ─ Creo que deberías controlarte un poco, idiota ─ termino de decir Dylan.
El alfa enojado por las palabras, lo arrojó con violencia a la mesa, soltando y dejándolo tirado sobre esta. Dylan vio su oportunidad, tomó la bandeja que estaba perfectamente a su alcance. El alfa se dio cuenta de lo que estaba por hacer el omega, pero era demasiado tarde.
Un ruido se escucho, todos los presentes miraban atentos, como el omega golpeo una vez al alfa en el rostro con la bandeja, sorprendiendolo, haciendo que retroceda unos pasos. Dylan no desaprovecho los pasos que el grandote alfa retrocedió, sin dudarlo ni un segundo salió corriendo del comedor, con una sonrisa de victoria. Pudo escuchar como el alfa trataba de alcanzarlo, pero por suerte, uno de los profesores se hizo presente para retener al alfa en celo.
Dylan corrió lo más lejos que pudo y se escondió, nadie lo iba a buscar. Fue para la parte trasera del edificio, cerca de uno de los galpones que utilizaba la escuela para guardar cosas.
Maldito alfa en celo. Pensó Dylan, son unos monstruos, idiotas. Mientras trataba de recuperar el aliento luego de correr tanto.
No iba a volver a clases, no quería arriesgarse a que uno de los amigos del alfa en celo tratara de vengarlo.
─ Ni que lo hubiera matado... ─ dijo Dylan. Pensó que debía quedarse ahí hasta que las clases terminen, seguramente Maia iría a darle sus cosas, ella era la única que sabía de ese lugar.
Por suerte tenía su celular para escuchar música, era lo único para lo que servía, paso un poco más de una hora en ese lugar, hasta que escuchó unos pasos acercarse.
─ Dy... ─ dijo la voz de una chica.
─ Aquí estoy Mai ─ respondió Dylan, mientras vio como el cuerpo de su amiga se asomaba detrás del galpón.
─ No puedo creer lo que pasó, ese alfa sin control se abalanzó en medio del comedor ─ comenzó a hablar su amiga.
─ Si, lo se Maia... ─ dijo con diversión ─ Yo fui la victima aquí ─ terminó dramáticamente.
─ No entiendo que es lo divertido, estoy indignada ─ reprocho su amiga.
─ Es lo normal en omegas ─ Dylan, eso era normal.
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Asesino [HIATUS]
General Fiction¿Quien dijo que los omegas eran débiles? ¿Quien dijo que un omega no podía matar para sobrevivir? Esta es la historia de Dylan, un omega que debe matar para vivir, es la historia de un muchacho desesperado quien hará lo que sea para escapar.