Parte 7

14 1 0
                                    


─ Vamos ─ dijo Alfred. Y se dirigió a la puerta, lo siguió, no necesitaban decir nada más, ambos conocían como era el trabajo. 

El omega llegaba, entraba al hotel y a los pocos minutos salía y entraba al auto, luego los secuaces de su tío se harían cargo del cuerpo.

─ ¿Como te fue hoy en la escuela? ─ preguntó Alfred quitando de sus pensamientos a Dylan. Era raro que hablara, pero había veces que lo hacía. 

Miró a su tío, estaba nervioso, algo le molestaba.

─ Como siempre ─ respondió desviando la miraba a la carretera. Quizás él sabía lo que paso, seguro se entero por Dexter.

─ Debes tener cuidado ─ dijo Alfred ¿Porque le decía todo eso? Nunca se interesaba en él, algo estaba mal. Se limitó a asentir con la cabeza sin mirarlo.

Estaban cerca, por lo que el auto se detuvo. ¿Quizás le dijo eso por lo que estaba a punto de pasar...? Una vez que se detuvo el auto bajo, no se despido porque iba a volver.

Carajo, se estaba poniendo nervioso. ¿Acaso los nervios de su tío se le pegaron? Mierda. Todo iba a estar bien. O eso esperaba.

Camino hacia el hotel, entró directo, la recepcionista ya lo conocía. Le agradaba, una beta que no se metía en los asuntos de nadie. Llegó al ascensor y lo llamó, una vez dentro se tranquilizó.

─ Idiota, cálmate ─ se dijo a sí mismo.

Una vez en el piso correspondiente se digirió a la habitación. Su cliente ya estaba ahí, lo podía sentir. Toco la puerta, y el beta abrió.

Sonrió con malicia, el beta le respondió con otra sonrisa descarada. Pobre de él. Iba a morir a manos de un omega.

____

El beta agarró su vestido, arrastrándolo hacia dentro de la habitación, cerró la puerta de forma violenta. Comenzó a tocar y besar su cuello. Sentía sus manos recorrer su cuerpo desesperadamente.

─ Hueles bien, lindo ─ decía el beta mientras lo tocaba, guiandolo hacia la cama sin cuidado.

Dylan lo único que hacía era fingir escasos sonidos de placer. Por dentro no sentía nada.

Sintió las manos del beta tocar sus piernas, para luego ir a sus glúteos. Lo tiró sobre la cama y comenzó a quitarle el vestido, el maldito estaba apurado. Pobre, solo se iba a encontrar con la muerte.

Comenzó a besarlo en los labios torpemente, Dylan seguía fingiendo gemidos y tomaba la cabeza del beta mientras este lo besaba.

Las manos del extraño tocaban cada parte de su intimidad. No podía soportarlo más. Quería irse de ahí. No había tenido un buen día. Odio era lo único que sentía en ese momento.

Noto como la saliva del beta recorría su garganta cada vez que este besada esa zona. Iba y venía de su cuello hacia su boca. Podía sentir el gusto tabaco y alcohol del hombre. Asco. Quería vomitar. Una de sus manos estaba en uno de sus pezones y la otra seguía jugando con su trasero.

─ Vamos cielo, tu puedes tocarme también ─ dijo el beta.

Realmente quería matarlo, tenía que esperar un poco más.

Dylan comenzó a tocar el cuerpo del beta. Sus manos tocaban su espalda y pecho. Hasta que lo sintió. La mano del beta había pasado su ropa interior y se asomaba la parte más íntima del omega.

Suficiente.

Dylan comenzó a besar al beta fingiendo desesperación. El otro reacciono complacido ante la buena voluntad del omega.

No le tomo ni medio segundo para agarrar la jeringa que ocultaba en el doblez de su peluca.

─ No debiste enfrentarte a Alfred... ─ dijo seriamente. Sin gemidos y ni una pizca de sentimiento.

El beta se detuvo, mirándolo de frente a Dylan, extrañado intentó hablar pero era demasiado tarde. Dylan clavo la jeringa en el cuello del beta,

¿Que haces maldito? ─ gritó con claro enojo no sin antes darle una cachetada al omega. Se paro y quito la jeringa ya vacía de su cuello.

Dylan lo miro. De a poco el hombre se daba cuenta de la situación el la que estaba.

¿¡Que mierda!? ─ grito desesperado ─ ¿Que me pusiste? ─ siguió insistiendo mientras arremetía contra el omega sacudiéndolo ─ Te voy a matar, maldito ─

Eso fue lo último que dijo.

El beta comenzó a quedarse sin aire, trataba de hablar y era peor, intentó escapar pero se tropezó, sus piernas ya no iban a responderle. Poco a poco, sonidos guturales salían del beta. Hasta quedar inmóvil.

Dylan miró la escena como algo cotidiano. Por suerte, esta vez solo tenía la mejilla morada por el cachetazo, otra veces era peor. Arreglo su ropa y salió de la habitación.

Fue igual a cuando entro, solo que esta vez en la recepción estaban a un costado los hombres de su tío. Los miro, y ellos inmediatamente sabían que debían hacer. Apenas cruzó la puerta al salir, vio de reojo como los hombres entraban al ascensor para hacer su trabajo.

Era de tarde en la noche. Vio el auto de su tío con las balizas encendidas. Al entrar se dio cuenta se este estaba escuchando la radio. Se limitó a sentarse y esperar que su tío ponga en marcha el auto para volver al departamento y sacarse todo ese disfraz.

─ ¿Como te fue? ─ preguntó, ya no se lo notaba nervioso. Entonces ¿que había sido lo de antes?

─ Bien ─ respondió sin mirarlo.

El recorrido lo aburría, por suerte llegaron rápidamente al departamento, se cambió y pudo volver a su casa.

No sabía si alegrarse o no, no pertenecía a ninguno de los lugares en los que estaba. No era bienvenido en su casa tampoco se sentía a gusto en lo de su tío. Y en la escuela... bueno lo único bueno era su amiga.

Que ironía que el único momento en que lo apreciaban era para cogerlo.

Era tarde, al entrar a su casa nadie lo esperaba. Intuía que todos sabían de su "trabajo" pero como siempre a nadie le importaba el omega.

Su día había terminado, decidió saltarse la cena ya que esta era inexistente y fue acostarse.

─ Espero que mañana, sea un día un poco menos de mierda ─ dijo Dylan antes dormirse. 


___

Hola! Si me tomo mucho tiempo actualizar (literalmente años) pero estoy de vuelta! 

Espero que les guste, voy a actualizar mas seguido, nos vemos! 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 10, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Asesino [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora