Quinto Capitulo: "Ojos que ven el alma"

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   El sol resplandecía, una tarde muy tranquila , ya muy lejos de la aldea Onogoro se encontraban Zetsu y el abuelo Hun, caminando a paso firme sin descansar, su viaje había comenzado ya hace una semana y aún pareciera jamás terminar, y ahí es cuándo la comida comienza a escasear, el sol comienza a arder la tierra en las ardientes sierras de Kan y no lograban encontrar aunque sea un árbol en este basto lugar. Zetsu comienza  a alucinar, a ver espejismos por la falta de hidratación y cae al suelo rendido. El abuelo Hun se da cuenta, voltea a verlo y regresa unos pasos hacia Zetsu, no puede creer que el siguiente heredero de la energía de la Luz es Zetsu. Lo recuesta en su pierna y le da un poco de agua mientras lo alienta a seguir ya que estaban cerca, a lo que Zetsu al oír esto se para con todas sus fuerzas y continúa con su puño en alto con su cara de niño esperanzado. Lastimosamente luego de unos cuántos minutos Zetsu vuelve a caer ya muy cansado, Hun entonces le advierte que los animales cazadores de estas zonas huelen un cadáver, siempre en manada las bestias lo cazaran si no sigue su camino, acto siguiente el abuelo Hun continúa caminando mientras Zetsu se arrastra hacia delante con sus brazos, lentamente continuaba su camino, entonces una tormenta por suerte los atrapa, lluvia cristalina y fría, nunca se había sentido tan feliz de ser mojado por la lluvia, suspira con calma y una pequeña sonrisa, nuevamente con su puño apuntando al cielo dice que lo logrará, lentamente se para y continúa caminando, hasta encontrarse con una cueva así que decide descansar por primera vez en una semana, en esa cueva significativamente grande, una cortina de lluvia funciona como cortina para tapar dicho agujero, al entrar allí se hallaba el abuelo Hun.

  Al fin te dignas a llegar, pequeño.- habla el abuelo Hun con un tono de enojo

Zetsu no responde y se queda en el suelo húmedo, para dormirse

 ¡¡¡Grooowg!!!.- se escucha un gruñido ronco, fuerte y espeluznante en lo más recóndito de la cueva. Zetsu se sorprende por terrible sonido y se para con mucho esfuerzo ya que apenas tiene fuerzas para respirar.

 Eres muy débil, Zetsu ¿cómo es que no puedas soportar este viaje por falta de comida?- preguntaba Hun sintiendo decepción por su nieto, obviamente sin decir una palabra, para no desalentar a Zetsu. Hun sigue su camino en la obscuridad sin esperar que Zetsu le siguiera el paso ya que si se quedan en la cueva por más tiempo morirían de hambre y él sabe que no ah llegado su momento aún.

Al empujar algunas rocas se escucha otra vez el gruñido ronco, entonces el abuelo Hun decide apretar el paso para evitar cualquier enfrentamiento con una bestia ya que están fuera de la nación Kan y la región que sigue es una desatibada por civilización, las bestias de ese lugar son totalmente desconocidas por la humanidad. 

El abuelo Hun llega entonces al final del camino, cubierto totalmente por rocas que tapan la salida de la cueva, es cundo recuesta el rostro en dichas rocas para sentir si del otro lado había viento y así confirmar que esa era la salida de la cueva. así que lo hizo, y en efecto confirmaron sus sospechas, ese era el final de la cueva y lo debía atravesar si quería salir al exterior. Desesperado canaliza sus pequeña energía en su puño y golpea las duras rocas que ni siquiera temblaron ante el golpe del abuelo Hun.

¿Será que me eh vuelto más débil? ... No, las rocas tienen algo.- Reprocha de una manera graciosa.

Entonces escucha un ruido seco, cómo un pequeño golpe. Entonces luego de oír varios golpes, el abuelo Hun camina hacia su origen, descubre así que es Zetsu. Hun se acerca en silencio hacia él para saber bien cuál era el motivo de hacer tanto escándalo. Y escucha detenidamente a Zetsu.

  Maldita sea, voy a ayudarte con todas mis fuerzas, voy a sacarte de aquí amiguito.- Grita Zetsu mientras golpea algunas rocas grandes con sus puños.

 Quizá no sea capaz de llegar al Templo pero, te liberaré aunque me tome años.- Vuelve a hablar Zetsu con sus manos heridas de tanto golpear las rocas y ya con lagrimas en sus ojos.

 ¡¡Maldición!! soy un inútil, nunca puedo lograr mis malditas metas por que soy débil ¿por qué demonios me otorgan poderes si jamás las puedo usar en momentos cómo este?- Grita mientras sus puños sangran, sus brazos tiemblan, sus lagrimas se vuelven llantos y sus fuerzas se acaban. Mientras el abuelo Hun lo observa desde lo alto de una roca a escondidas.

Es entonces cuándo Zetsu cae arrodillado ante las invulnerables rocas con sus manos destrozadas, sus ojos hinchados de tanto llorar, su túnica manchada de tierra y gotas de sangre. Al instante se oye nuevamente el gruñido ronco de hace unos momentos proviniendo del cúmulo de rocas. Éste gruñido ahora es visible, es cómo un humo obscuro con partículas rojas y violetas, éste aliento es al instante reconocido por el abuelo Hun ya que él había oído de las historias de los dragones, fácilmente podría reconocer uno aunque jamás los haya visto alguna vez. Automáticamente Zetsu empuja el aire con su palma derecha enviando energía de luz lo suficientemente fuerte cómo para reducir las rocas a escombros. Hun se sorprende y salta hacía Zetsu, dándose cuenta así de que se encontraba inconsciente y esa fue la única razón por la que por fin liberó su energía. Trató de despertarlo pero entonces recordó que ahora la bestia ahora está libre, así que volteó la mirada hacía los escombros y pudo apreciar una mirada penetrante y gigantesca sobre ellos. Dos ojos gigantes viéndolos detenidamente, uno con la pupila color rojo sangría con una pequeña llama del mismo color, mientras su iris es color violeta, el otro ojo era de color morado en su pupila con una pequeña llama del mismo color pero su iris era color rojo escarlata. Ambos ojos con pupilas dilatadas observan a Hun y Zetsu, alertando todos sus sensores. El abuelo entonces trata de pararse con Zetsu en brazos quién despierta por el gruñido que ahora era aún más fuerte que antes, ambos se paran y se preparan para recibir a la bestia de frente. Al cabo de unos segundos que parecieron una eternidad, la bestia lentamente se acerca hacia ellos olfateándolos a ambos, similar a un gran león la bestia comienza a rondar a ambos de una manera imponente, es entonces cuándo la bestia color carmesí salta sobre las rocas más altas y con un rugido abre paso con una velocidad creando un camino libre de rocas, destruyendo todo a su paso. La bestia los observa y continúa su camino hacia la salida de la cueva. El abuelo y Zetsu no pueden creer lo que acaba de suceder pero, continúan su camino, al llegar al final del camino ven que la salida de la cueva es una caída al vacío, se podía apreciar el muro que rodea el templo pero aún así, hay que bajar de este acantilado enorme en el que se había convertido la cueva. El abuelo Hun miraba que es lo que había más abajo pero parecía no tener fin esa caída. Es entonces cuándo la bestia aparece detrás de ellos y los levanta con su hocico dejándolos caer en su lomo, acto siguiente, la bestia salta lejos del acantilado a una velocidad impresionante, mientras Zetsu y el abuelo Hun tratan de no salir despedidos por el viento. Al caer destruye árboles mientras se abre paso en el suelo dejando un camino de tierra removida. Zetsu y Hun bajan del lomo de la bestia tratando de volver en si mientras la bestia se desvanece lentamente hasta desaparecer dejándolos anonadados y luego se dan cuenta que se encuentran en una selva gigantesca.

 Presiento que este sera un largo viaje.- Dice el abuelo Hun con un suspiro profundo. 


Final del quinto capitulo de Alma Genocida.

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