C A P Í T U L O S I E T E

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Monserrat

Cinco minutos más por favor.

Estiró la mano para apagar el despertador, pero caigo en la cuenta de que no es mi despertador el que suena, es mi celular.

Es una llamada.

Mierda, mierda, mierda... Es mi papá. Va a matarme, olvide llamarlo para decirle que no llegaría a la casa. Pensaba hacerlo, pero supongo que me dormi ¿qué hago?, respiro un poco y me calmo.

-¿Hola?

-Hola Monse, ¿ya vienen? Carmen me dijo que se quedarían en casa de una amiga de Eli.

Suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo y respiro con alivio.

-En realidad, no lo se pa. Acabamos de despertar, hablaré con Eli y te aviso.

-Bueno cariño. Traten de no demorar.

Cuelgo. Parece que me salve. Miro la hora; son las siete de la mañana, ¡Dios! Mi padre si que madruga. Miro a mi alrededor y notó que estoy sola, no supe en qué momento Dominick se fue.

Recojo las colchonetas y las almohadas, doblo las mantas y las pongo en su lugar, y decido bajar.

Cuando llego a la primera planta lo primero que veo es un Dominick recien bañado con un Short negro hasta la rodilla y una camisa deportiva de color azul. Su cabello aún esta mojado, lo se por las gotitas que caen a lado y lado de su cara.

Me saluda con una sonrisa, mientras noto que sirve café en unas tazas.

-Ten, te ayudara a despertarte del todo -me dice poniendo una taza de café en la barra.

Tomo la taza, soplo un poco y bebo. Mmmm ¡Exquisito! Nada como un buen café para empezar el día.

-Gracias, creo que lo necesitaba.

El asiente en señal de apoyo, parece que también necesitaba café. Seguimos bebiendo en silencio, hasta que una muy despeinada y amargada Eli entra a la cocina.

Se sienta frente a la barra y coloca su cabeza entre sus manos, mientras hace soniditos de dolor fingido. ¡Vaya que es dramática!

-No puedo más -dice con voz patosa- odio el alcohol, odio al mundo, odio todo. Siento que mi cabeza va a estallar.

Dominick y yo soltamos unas risitas.

-¿Les parece gracioso? Porque a mi no, siento que estoy muriendo muy lentamente.

-No te sentirías tan mal, si no hubieras bebido tanto chica. -le dice Vilu entrado en la cocina- anoche mientras gritabas ¡Uaaaaa! estabas perfectamente.

Eli blanquea sus ojos y finge golpearla.

-Si vuelves a gritar te acabo.

Vilu le da unas palmaditas en la espalda como gesto de consolación.

Dominick sirve otras dos tazas de café en la barra y pone frente a Eli una aspirina y un vaso de agua. ¡Que considerado!

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