Capitulo 11. Castigo.

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Hola, aquí traigo un nuevo cap, en este alguien se revela un poco y por favor a las que os guste Adler dejad mi vida tranquila, estoy muy bien vivita y coleando.

Bueno como esta es la última parte de la trilogía estoy haciendo una baraja de cartas del Tarot con los personajes, voy a poner una foto cada seis ya tengo las seis primeras, a mi me encantan, espero que os gusten. Ire subiendolas cada seis.

Y ya esta (espero vuestros encantadores comentarios y preguntas por si tenéis)

Adieu;)

Clavó sus garras en el suelo, sus ojos estaban infectados en lágrimas, sentía el dolor, era como estar directamente ante el sol, miró sus brazos estaban rojos y llenos de unas enormes ampollas blancas, algunas incluso expulsaban un líquido transparente y repugnante.

Scarlet apretó los dientes, no era capaz de detener sus gritos, seguramente Cathleya estaría aterrorizada en el cuarto de descanso, pero a la rubia le daba lo mismo, que le den, todo aquello lo estaba haciendo por ella; ya había renunciado a mucho para tener un feliz final de psyco, a sus amigos (amigo), a su familia (Guil), su hogar, todo y lo único que le quedaba eran sus creencias, creía en ella misma y no se dejaría abatir, lucharía y resistiría, puede que estuviese casada con Oriel, pero ella no era una mujer florero que hacía lo que le decían, ella era posiblemente una de las psycos más poderosas de la Tierra y no se rendiría tan fácilmente.

Entonces lo sintió.

Aquel hormigueo que le recorría todo el cuerpo, arqueo la espalda y notó sus huesos crujir bajo su piel. Su piel fue volviéndose más dura como una capa de acero, unas escamas rojas comenzaron a surgir por todo su cuerpo sustituyendo a aquellas horribles ampollas; su mandíbula fue ensanchándose; el suelo rechino cuando sus garras se clavaron aún más en el suelo; en su sien notó dos dolores punzantes que dieron a un par de pequeños cuernos; las pupilas de sus ojos se tornaron en vertical; una larga cola surgió por detrás, aquello era nuevo creía ella, era larga y recubierta de escamas rojas, al final había unas cuantas hileras de pinchos negros y por último oyó un Crack, sus enormes alas de demonio salieron a la luz, relucientes y comenzaron a achicharrarse por los rayos de zafiro.

Scarlet luchó y luchó, pero aquellos rayos le provocaban tan dolor que la dejaban sin fuerzas; unas cuantas llamaradas fueron contra la puerta de salida, pero no ocurrió nada, habían preparado la sala para psycos con poderes de fuego, una sala anti-Scarlet. 

Ella volvió a chillar al sentir los rayos contra su espalda, intento cubrirla con sus alas, pero era imposible, sus alas yacían contra el suelo, inmóviles por aquellos rayos.

La rubia lo recordó, aquellos días:

Miró a ambos lados, estaba en un cubículo en movimiento, unas cadenas brillantes la colgaban del techo, sus pies no llegaban a rozar el suelo, le dolía todo el cuerpo y era capaz de escuchar las gotas que chocaban contra el suelo, era su propia sangre.

 

Notaba sus muñecas achicharrarse, sentía la piel quemada, al igual que todo el cuerpo.

 

Con dificultad miró hacia arriba, como suponía sus cadenas eran de zafiros tallados.

 

Bajo su mirada.

 

Sus gemelos estaban atravesados por lanzas de zafiros.

 

Intentó moverse, pero un dolor espantoso atravesó su columna y rugió.

Crónicas Elementales 3: Viento Diamantino. © [PRÓXIMA REEDICIÓN EN AGOSTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora