Volví!!! Estoy super emocionada con esto, adoré escribir este capitulo, ya entenderán porqué, creo que el titulo lo dice todo, jeje, espero vuestro comentarios.
Más de una se va a alegrar, es seguro.
Comentad y...
Adieu;)
Guil miraba dudoso a Damian, le había pedido permiso para marcharse unos días y él se lo estaba pensando, estaba algo molesto porque aún no se había declarado a Ginger, suspiro resignado él no era el único que necesitaba un respiro, miro directamente a los ojos de Damian.
- Tienes suerte de que necesitemos parar unos días porque los motores estén hechos polvo, venga vete, pero espero verte en tres días.
Damian con una sonrisa asintió y se marcho, se lo había concedido, después de todo lo que había ocurrido se lo había concedido, estaba más que feliz.
Preparó un simple saco con mudas limpias y dos camisetas, no le hacia falta nada más, puede que comida, trotó hasta el comedor para recoger provisiones, sonrió de nuevo, tenía la sensación de que algo bueno pasaría.
***
Scarlet estornudó y se dejo caer al suelo verde, había volado durante un par de horas y estaba algo cansada, después de tanto tiempo sin volar largas distancias aquello era agotador, pero al mirar al frente se encontró con su tierra prometida; una villa con vistas a la costa y por detrás la entrada al bosque; perfecto, sin contar el olor a océano sonrió.
Más que una casa de campo era una mansión de campo y toda para ella sola.
Tenía una fachada de piedra gris con ventanas con rejas a lo cárcel y un enorme portón de madera que era la entrada. Scarlet avanzó hasta las escaleritas de la puerta, al lado de la puerta había un panel táctil, ella posó su mano y el panel la escaneo.
Automáticamente las puertas se abrieron para ella y se cerraron tras ella.
Todo estaba limpio y oscuro.
Como las indicaciones del papel dio unas palmadas y todas las luces se encendieron. Ella se sorprendió.
A pesar del exterior rustico, el interior era la mar de moderno.
El suelo era de mármol blanco y las paredes de un gris perla, los muebles de lo más modernos y negros. Justo en la entrada había dos escaleras opuestas con moqueta negra, que seguramente darían al piso superior; al pasar el hall por un enorme arco se encontró con un enorme salón/comedor, paredes grises, suelos blancos y muebles negros; ella rodó los ojos.
Como estaba sola Scarlet dejó caer la mochila en el suelo y la empujo con el pie, hizo lo mismo con su chaqueta de cuero negra. Ahora solo llevaba una ajustada camiseta de tirantes roja con los costados de encaje rojo de flores y unos pantalones de pitillo negros atados por un cinturón marrón a juego con sus botas de cuero marrón.
Y como era de esperar, Scarlet llevaba sus guantes sin dedos.
Hecho a un lado su larga melena rubia y se encamino a inspeccionar el lugar.
Una puerta que se encontraba allí se corría y daba a una cocina de lujo con cachivaches de cocina de acero inoxidable, por curiosidad Scarlet miró la nevera, estaba repleta de comestibles, alzó las cejas, Oriel había pensado en todo. En la cocina había un ¿ascensor?, ella se montó y la llevo a la planta superior.
La llevó a un ancho pasillo con muchas puertas, se encontró con cuatro habitaciones y cuatro baños, cada baño en un cuarto. Entonces llegó hasta la última puerta la más grande.
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Crónicas Elementales 3: Viento Diamantino. © [PRÓXIMA REEDICIÓN EN AGOSTO]
FantasyTercera parte de crónicas elementales