Marzo 9, 2016 / 6:30 a.m
Escuché la alarma, sí ese fastidioso aparato que todos detestamos, me levanté sin muchos ánimos pero con un presentimiento de que algo diferente iba a pasar; pero lo ignore, era muy temprano como para pensar en ello.
Después de entrar al baño y estar listo me dirigí a la cocina para prepararme el desayuno pero me di cuenta que iba tarde y salí corriendo, no podía llegar tarde al trabajo de nuevo me iban a despedir (lo siento me acabo de dar cuenta de que no me he presentado, mi nombre es Matthew Pierce tengo 22 años, no soy muy bueno con las presentaciones así que me despido).
Ya en la estación de trenes me choque con alguien, al voltear para disculparme quedé atrapado por unos inefables ojos grises, en ese momento sentí atracción pero también sentía que ella no era de aquí, no sé cómo describirlo pero algo en esa chica me causaba conflicto esa vibra de misterio que la rodeaba me hacía querer saber más de ella; parecía que la había mirado por mucho tiempo ya que me habló.
- Fíjate por donde vas inútil _ dijo con su ceño fruncido.
- Si tú fuiste la que se atravesó _ dije un poco confundido.
- Lo que tú digas, no tengo tiempo para esto _ lo último era más para ella que para mí.
- Discúlpame ¿cómo te llamas?
- Estas loco si crees que le daré mi nombre a un extraño.
- Tranquila, no te haré daño _ dije con mi mejor sonrisa.
- Mm... está bien, mi nombre es Katherine.
- Un gusto Katherine, me llamo Matthew.
Antes de que me pudiera decir algo más una voz en el fondo aviso que mi tren ya se iba, me exalte por un momento había olvidado que estaba llegando tarde al trabajo.
- Lo siento me tengo que ir, fue un placer hablar contigo Katherine _ dije mientras me preparaba para subir al tren.
- Si ajá lo que tú digas _ dijo asistiendo.
Tomé eso como una despedida, ya en el tren seguía con la esperanza de volver a ver a esa chica tan cautivadora e indiferente.
Ya en mi apartamento después de un largo día de trabajo por suerte logré llegar sin que nadie me viera.
Ya estando acostado mirando al techo me doy cuenta que no he podido sacar a esa chica de mi mente, en eso recibo una llamada.
- ¿hola?
- Matt ¿dónde estás?
- ¿Alberth?
- Obvio soy yo ¡idiota!
- ¿Qué quieres?
- Voy a pasar por ti en 20 minutos, está listo.
No pude responder porque colgó, suspiro y me levanto de la cama, imagino que iremos a una fiesta, por mi está bien además sé que Alberth me va a obligar.
Ya listo me miro al espejo, mi cabello rubio casi castaño, ojos café claro, mi tez casi bronceada, de repente algo raro pasa, creí haber visto a la chica de la estación detrás de mí pero volteo y no hay nada.
En eso escucho la bocina del auto, despejo mi mente y salgo encontrándome con mi amigo, realmente no podíamos ser más diferentes, su cabello negro, ojos del mismo color que a veces me daban miedo pero aun así es mi mejor amigo, no era muy alto a comparación de mí.
- ¿Cómo vas enano? _ dije con una sonrisa burlona ya que le molesta que le diga así.
- ¡No me digas así! No soy enano, tu eres muy alto _ dijo haciendo un puchero.
- Si, si lo que tú digas enano.
- No voy a pelear contigo _ dijo cruzándose de brazos.
- Ok, ok _ dije levantando las manos _ ¿a dónde vamos?
- A una fiesta duh _ dijo como si fuera obvio.
- Si, pero ¿de quién es la fiesta?
- Ni idea, solo vamos así es más divertido
Solté una leve risa y nos dirigimos al auto. Resulta ser que la fiesta era en una cabaña en la mitad del bosque, ¡¿a quién se le ocurre hacer una fiesta aquí?! pero había mucha gente no exageradamente pero había, cuando entramos quedé aturdido por la música, para cuando me acostumbro Alberth ya no está a mi lado, empecé a buscarlo hasta que lo vi a lo lejos bailando con una chica, me hizo una señas para que me divirtiera, cambie mi dirección hacia afuera de la cabaña no sé porque pero sentí la necesidad de hacerlo, cuando empecé a caminar pasé por el mini bar y tomé una botella de vodka, tenía que divertirme ¿no?
Ya afuera me senté en las escaleras de la entrada; duré un rato viendo a la gente irse o acostarse en la hierba de lo borrachos que estaban, hasta vi a una pareja pelearse fue muy divertido ver la cara de frustración del chico tras los reclamos de la chica, en eso Alberth salió.
- ¿Qué haces aquí? ¿Qué pasó con la chica?
- Resulto que tenía novio _ dijo con la mano en la mejilla.
- No puede ser, te golpearon _ dije rompiendo en carcajadas.
- Que gracioso _ dijo con ironía _ será mejor que nos vayamos.
Me levante y estoy seguro de que vi Katherine entrando a lo que parece ser un invernadero ¡¿desde cuándo esta eso ahí?! Le dije a Alberth que me siguiera, me miro confundido pero no dijo nada, entramos al invernadero en silencio.
- Katherine _ grite cuando no la vi.
No recibí respuesta, de repente la puerta detrás de nosotros se cerró, Alberth se sobresaltó.
- ¡¿Qué demonios?! Está cerrada _ dijo intentando abrir la puerta.
En eso Katherine apareció de la nada pero se veía diferente como con un aura más oscura.
- Perdóname por eso _ fue lo último que escuché luego de que arrojara un polvo azulado que me hizo perder la conciencia, a mi lado pude ver a Alberth en el mismo estado antes de que todo fuera oscuridad.
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La magia en tu mirada
Pertualangan¿Sabes por qué para los humanos la magia son solo fantasías? Te aseguro que tu eres de esos que no cree en nada mágico o sobrenatural. En este libro te mostraré lo equivocado que estas al no creer, la magia esta en todos lados, solo tienes que saber...