Memory Cry

Manchado con culpa

Narra Takato:

-Nozomi ya llegué- habré la puerta principal de la casa.

Las luces estaban apagadas, no me extraña; desde lo que paso, el está siempre encerrado el la habitación.
La comida que le deje a Takato junto con las pastillas aún se encuentran intactas en la mesa, no a tocado su plato; ya no sé que hacer para ayudarlo si él no pone de su parte. Quiero ayudarlo pero el no quiere mi ayuda.

Toco la puerta de la habitación pero no hay respuesta sin más me adentro al cuarto.

Al entrar estaba oscuro, prendí la luz y vi el cuarto desordenado. Alarmado salí en medio de la lluvia gritando su nombre.

Corrí por los alrededores intentando buscarlo, más no lo encontre. Fui al pueblo cercano, más fue en vano; solo encontré pueblerinos que al preguntarles si vieron al Alvino respondían negativamente.

Mi busqueda termino en la madrugada, todas mis prendas terminaron mojadas y tal vez me dé una neumonía. Todo esto pudo valer la pena si lo hubiera encontrado; frustrado retorne el camino a casa.

Narra autor:

En un sucio callejón donde botan desechos, se encuentra un muchacho alvino intentando vivir y pelear con los monstruos de su mente. Estos no dejan en paz al pobre chico, lo atormentan constantemente.

El alvino vive de lo que roba pero aveces sobrevive de la basura que bota la gente; lo que es basura para unos, es tesoro para otros.

-Mami, hay un chico ahi- el niño señala el asqueroso callejón donde se encuentra el alvino rebuscando entre la basura.

La mujer al ver a muchacho le dio lástima pero no quería entrometerse -no lo veas- jala al niño para alejarse del callejón.

Todos los que ven a Nozomi hacen lo mismo, no quieren entrometerse, no quieren problemas; todos lo abandonan.

Narra Nozomi:

Últimamente es difícil encontrar comida, me da miedo robar; la última vez que lo hice ese tipo me golpeó tan fuerte que me dejó inconciente.

Flashback

Estaba caminando por una zona donde hay mercados, estaba ambriento así que quería buscar en la basura de los puestos de comida rápida; aunque igual iba a saber horrible.

Vi a un hombre salir de uno de esos puestos, la amburgueza se veía apetitosa. Sin dudarlo corrí hacia el sujeto y rápidamente tome la comida y salí huyendo. No contaba con que el tipo tenía más musculatura y fuerza que la mía.

Me atrapó en un callejón horrible y comenzó a patear me.

- Personas como tú no deberían existir- dijo y siguió patendo - si no tienes nada solo muere.

No podía escuchar nada más de lo que dijo mi mente quedó en blanco y poco a poco perdía la visión y veía solo oscuridad.
Más tarde al levantarme por suerte el ya se había cansado y se marchó, pero me dolía tanto el cuerpo que no podía moverme.

Eres débil- las voces de nuevo atacan.

Debiste matarlo.

Por eso eres una desgracia.

-Callate!- le grité - No volveré a lastimar a nadie.

Te refieres a lo que le pasó a tu hermana?

O lo que casi se transformó en un homicidio con ese sujeto que te dio hogar?

Ya no tienes las manos limpias, mataste a tu sangre, mordiste la mano que te dio de comer; ya no eres un santo.

Tiene razón, estoy manchado; lo que hice es algo irreparable.

Continuará: