La melodía de un viejo piano [YM]

Capítulo 8: "Hyung"

Estaba tranquilamente revisando las publicaciones que Twitter traía a mi celular, intentando distraerme un poco y hacer mi espera menos aburrida. Odiaba venir al psicólogo, pero supongo que era necesario, o eso me decía mamá.

—Park JiMin —Alcé la vista hacia la secretaria al escuchar mi nombre y ella sonrió— Ya puede entrar.

—Muchas gracias —agradecí y después de hacer una pequeña reverencia, atravesé la puerta que antes estaba cerrada y que conocía bien.

—JiMin —dijo el psicólogo— Me extraña volver a verte por estos lados nuevamente, ¿cómo has estado? Ya había pasado tres semanas desde la última vez que nos veíamos, ¿tú mamá ha vuelto a preocuparse por ti?

—Sí, según ella, fui a su cama llorando y rogando que se despertara. Sin embargo, no recuerdo nada —comenté recostándome en el familiar sillón de la consulta— Honestamente no entiendo por qué lo hice, ni siquiera lo recuerdo. He estado tomando mi medicación, sin excepción.

—Puede que hayas tenido una de esas pesadillas que tenías de niño, ¿las recuerdas? —preguntó y mi vista se mantenía clavada en el blanco techo.

—No, todo se haya muy difuso. No recuerdo mis sueños y gran parte de mi niñez. Intento recordar, principalmente por la curiosidad, pero nada viene a mi cabeza. Es como si se encontraran cubiertos por algo, o como si una nube los tapase, volviéndolos invisibles ante mis ojos —Suspiré algo cansado, creí que ya no vendría más a este lugar.

—¿Has hecho algo inusual esta semana? Algo que sobresalga de tu día a día.

—Fui a ver una obra de teatro con unos amigos, se llama "Casa de muñecas", es muy buena, debería verla —recomendé mientras trataba de hacer memoria— También toqué una canción a piano que no practicaba hace mucho —añadí vagamente al recordarlo.

—¿Y a qué se debe ello? Recuerdo que en una de tus primeras sesiones dijiste que jamás volverías a tocar un piano —preguntó haciendo énfasis en lo último que mencioné.

—Pues, un amigo toca muy bien el piano —Traté de darle mucha simpleza para así dejarlo pasar, pero al voltear a verlo noté que seguía atento a mis palabras, esperando a que continuara— Y yo quise sorprenderlo tocando la única canción que conocía.

—¿Quién es ese amigo? No lo habías mencionado antes —cuestionó viéndome, provocando que volviera a mirar el techo.

—Es un sunbae, lo conocí hace meses, pero no creí que debía mencionarlo ya que no éramos cercanos.

La sesión siguió normal, como la mayoría que había tenido últimamente. Me recordó que no debía dejar mis medicamentos y que siguiera intentando hacer memoria de lo que mi cabeza no me dejaba recordar. Como siempre, le dije que lo haría y fui a tomar transporte público para volver a casa, ya que mi mamá no venía conmigo a las terapias por su trabajo.

Me puse mis audífonos y comencé a esperar. Disfruté la fresca brisa que corría el día de hoy y que alborotaba mis cabellos. Respiré hondo, cerré los ojos y dejé caer mi cabeza hacia atrás, dejándome llevar por la sensación del viento fresco acariciando mi tibia piel. Hasta que me sentí tan observado, que me fue imposible no abrir los ojos y mirar hacia todos lados, buscando la raíz de ese sentimiento. Encontrándolo a él, con una mirada curiosa pero lo suficientemente seria como para hacer latir a mi corazón frenéticamente.

—Hola, JiMin. ¿Qué haces aquí? Deberías estar en clases —preguntó acercándose al verificar que era yo— Creí que te confundía, pero no, eres tú.

—Sunbae —murmuré algo descolocado aún al verlo— No esperaba verlo aquí y mucho menos ahora —dije una vez ya más consciente del entorno y contexto— Estaba esperando el transporte para ir a casa, estaba en el médico.