Capítulo 3: "Tiene razón"

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Los días pasaban con normalidad, convirtiéndose en semanas y éstas se transformaban en simples meses que poco a poco dejaban de ser uno, o dos.

Supongo que cualquiera creería que después de pasar tanto tiempo a su lado, mínimo tendría su número telefónico o seríamos mucho más cercanos que la primera vez que cruzamos palabra, pero no. Aunque ya no éramos completamente extraños, actualmente éramos simples conocidos que se juntaban en una sala solitaria para escuchar la música que uno de los dos provocaba con aquel viejo piano.

—¿Ni siquiera su teléfono? —preguntó TaeHyung, un gran amigo que tenía desde hace bastantes años ya.

—Ni siquiera su teléfono —reiteré afirmando y suspirando con cansancio, mientras hundía mi rostro en su cama— ¿Cómo es posible que no me lo haya preguntado aún?

—No es del todo su culpa —dijo antes de que yo pudiera seguir quejándome de mis fallidos, pero nulos intentos de acercarme a Min YoonGi— Tú tampoco se lo has preguntado, y te has limitado a ser tan solo un simple público.

—Es que —Traté de excusarme, pero a pesar de siempre estar bromeando, en esto tenía mucha razón— No me siento capaz de preguntárselo.

—¡Por Dios, JiMin! —exclamó haciendo que me sobresaltara— Eres demasiado tímido, ¿cuánto tiempo llevas escuchándolo? ¿Un mes, dos meses? ¡Incluso me atrevería a decir que tres!

—Seis.

—¡Seis! —Una sonora risa se hizo presente en todo el cuarto, haciendo que me sentara en la cama y lo mirara con reproche mientras sentía como mis mejillas comenzaban a tornarse mucho más tibias de lo usual.

—Ya, cállate —dije tirándole la almohada con fuerza, en la cara, provocando que sus risas cesaran— Eres muy ruidoso cuando te lo propones.

—Perdón, mi amor. Es que no logro asimilarlo aún —contestó dejando la almohada a un lado, aguantando las notorias ganas de seguir burlándose de mi timidez— Yo en una semana ya tenía el teléfono de JungKookie en mi poder —dijo haciendo una pose de "victoria".

—Pero tú eres mucho más —Hice una pausa buscando las palabras apropiadas— ¿Extrovertido?

—¡Excusas! Eres un esposo demasiado lento. No sé si de esa forma seas capaz de cuidar a nuestros futuros hijos —dijo cruzándose de brazos— Además, estás contándole a mí, tu cónyuge, los problemas que tienes para acercarte a otro hombre, o sea, ¡estás contándome de tu futuro amante! —exclamó haciendo una expresión divertida, simulando estar ofendido.

Reí ante sus exagerados gestos de indignación y seguí con el chiste.

—¡Yo no te he reprochado nada en cuanto a Jungkook! —dije haciéndome el herido— Siempre escuchando sobre sus citas y demás, me lastimas TaeTae, eres un hombre muy cruel —Desvié mi mirada con un llanto notoriamente fingido— Supongo que no esperas obtener la custodia de Yeontan y Daegoebum, porque me los quedaré yo.

—¡No puedes apartar a nuestros hijos de mí!, me aman —dijo acercándose de rodillas— También son mis hijos, no puedes hacerme esto.

—Pero yo tengo la custodia legal de Daegoebum, y Yeontan se queda en mi casa siempre que tú sales con JungKook.

—Eres un esposo realmente cruel, pero aun así te amo —respondió parándose mientras sacudía ligeramente el polvo de sus rodillas— Pero dejando de lado el tema de Daegoebum y nuestra infidelidad mutua. Creo que YoonGi ¡jamás!, dará el primer paso hacia ti.

—Lo haces sonar como si quisiera ser su pareja —respondí haciendo puchero avergonzado y desviando mi mirada de sus ojos incrédulos.

—JiMin, sabes lo mucho que te amo, pero no puedes decirme que no te gusta ese chico cuando de lo único que me hablas es él, y lo muy bien que toca el piano, y de que esta vez sentías que estaba deprimido, y que YoonGi ello, y que YoonGi aquello —reprochó— Supongo no te das cuenta, porque al parecer eres más ciego que yo hablando con Kookie. Pero ese chico te trae más que loco, y lo triste es que con suerte hablan.

Aunque TaeHyung se había equivocado en varias ocasiones en cuanto a sus hipótesis vinculadas con mi vida amorosa, esta vez, lamentablemente, sí tenía razón.

La melodía de un viejo piano [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora