capítulo 5

47 3 0
                                    

- la misma persona..

De pronto alguien interrumpió al azabache.

-oye ulquiorra, deberías dejar de beber tan temprano.

Un chico de estatura alta, piel pálida.
Ojos color celeste, y cabello castaño entraba sin previo aviso interrumpiendo a un chico de hermosos ojos color esmeralda.
-¿te ocurre algo malo ulquiorra?.
¿por qué no me atacas con tus regaños extraños?.
Te...¡ulquiorra!.

El azabache lo ignoraba por entero.
Asta que el castaño gritó demasiado fuerte para que le prestará atención.
-¡ulquiorra!..

-¿si?.

-Pues, ¿qué te pasa?.
No me estás prestando nada de atención.
E venido por el manuscrito.

-¿tu?..
¿Un escritor?.

-si.
Ya entregue el mío, y por supuesto me Di cuenta que el tuyo aún no llegaba y me ofrecí a venir yo mismo.
Pero, supongo que de nuevo la pasaste mal.

-todos los dias muramasa.
El joven suspiro y tomó asiento frente a su mesita de noche.

- Deberías dejar el pasado atrás hermano.
Eso te lastima aunque no lo admitas.

-¿pasado?.
Mi hermano no esta.

-ulquiorra.
Eso no fue tu culpa.

El castaño lo veía con preocupación notoria.

- entonces...¿de quién?..

Eso lo dijo en un susurro.
Que por cierto, su amigo lo escucho.

-¡por supuesto que de nadie cifer!.
Hablaba con enfado mientras sus puños se encontraban cerrados.

-No quiero hablar de ello.
Toma, llevate el manuscrito.

Muramasa tenía el manuscrito de ulquiorra entre sus manos con un poco de molestia.

-Sólo espero que te encuentres mejor.

El azabache no dijo una sola palabra, tomó la pequeña cajita con la inicial y la tiro al contenedor de basura que se encontraba en ese lugar.
Muramasa lo noto enseguida, la sacó de la basura y trato de entregarsela.

-No la quiero...

-Pero ulquiorra!..

-Si no te interesa, déjala en donde pertenece.
Completa mente, en la basura.

Muramasa lo guardo en uno de sus bolsillos y salió sin despedirse.
Pasaron algunas horas, minutos y claro segundos. Se dieron las 8 de la noche.
Ulquiorra salía de la ducha, mientras que llevaba sola mente una toalla que lo cubría y dejaba ver su abdomen.
De pronto tocaron a la puerta de su gran casa, era un departamento, pero sin duda era uno muy grande y demasiado con lujos.
Tenía algunas sirvientas, pero ellas sólo hacían el aseo temprano y se marchaban ya que el mismo podía cocinar.
El timbre seguía insistente, no dejaba de sonar, asta que una voz se hizo presente.

-ulquiorra,¡cariño habreme!.
Esa voz sonaba seductora y demasiado irritante.
¡vamos a divertirnos!..

Ulquiorra se acercó a La puerta sin nada más que su toalla.
La abrió de mala gana, dejándose ver una peli morada,piel morena y ojos color verdes claros.
Y un cuerpo envidiable.

-¡largo!..

Cerró la puerta sin decir nada más, se dio media vuelta pero el timbre volvió a sonar.
Se regresó molesto y abrió de nuevo.
-¿¡qué qiieres!?.

-¿No me dejaras pasar cariño?.
nos la pasamos muy bien el fin de semana.
Deberíamos repetirlo más seguido.

Sonrió pícara mente al joven de ojos esmeralda.

Nuestro Amor a Despertado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora