#O1 ;; abrazo.

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V

ioleta y sus amigos habían decidido salir a algún lugar. La diferencia de edades entre sus amigos era de un año a sólo un par de meses. En cambio, con su hermano Dash; era de tres años la diferencia.

Violeta seguía agarrando sus cosas, para meterlas en su bolso, mientras su hermano le miraba desde la puerta de su habitación; — Te dije que salieras.

— Por favor, déjame ir con ustedes~ —pidió el rubio.

— No. —suspiró, rendida.— ¿Por qué las ganas tan repentinas de venir?; ésta mañana te dije si querías salir con nosotros y dijiste que no.

Ella tenía razón: — Es que, debía confiarme de los que iban, no quería ser una molestía.

— ¿Querías saber, cuando te dije específicamente que Kathya, Joe y Maya irían? —preguntó, volteándose con una ceja arqueada.

Ella volvía a tener razón: — Si, bueno; pero... ¿No era que querían ser cinco?; contándote a ti son cuatro y, conmigo, seríamos cinco. —sonrió, su hermana rió un poco con sarcasmo, entonces, su hermano si le había oído hoy en la mañana.

— Bueno, pero ya somos cinco.

— ¡Conmigo!

— Sin ti. —sonrió, buscando un saco.

— ¿¡Qué!?, ¿¡quién robó mi lugar!? —refunfuñó.

— Rydinger. —musitó.

— ¿Tony? —los ojitos del rubio brillaban, su hermana volteó.

— Si quieres ir... —murmuró, sabiendo lo que su hermano sentía por su ex crush.— ...Cambia ésas sucias ropas, no te llevaré así conmigo.

Dash se miró de arriba a abajo unas tres veces en el espejo y salió disparado hacia su habitación. Hace dos años atrás, Violeta estaba en su anteúltimo año de secundaria, estando Dash en segundo año.

La de cabellos largos sonrió al recordarlo. Cuando estaban en quinto año, Tony confesó con su grupo de amigos, que era gay. Éso no le impidió a Violeta seguir amándole, no como su crush; pero sí como su mejor amigo. Cuando estaban en sexto, el de cabellos marrones le confesó a Violeta que había un chico que le gustaba, aunque aún no podía decir si era cierto o no lo que sentía.

Luego de unos meses de raras conversaciones entre Violeta y Tony, ésta llegó a la conclusión de que el chico que le gustaba a su mejor amigo podía estar cerca de ellos siempre, porque él se ponía muy nervioso cuando estaban en lugares con mucha gente, aunque no sabía de quién se trataba.

Hace un año atrás, luego de ver el valor de Tony, el hijo de en medio de la familia Parr confesó ser gay, aunque no estaba seguro en su momento. Tal vez, sólo tal vez; había una extraña conspiración detrás de éstas dos confesiones, siendo Dash el que la sacó de toda duda, confesándole a Violeta que el chico que le gustaba era Tony.

Ésta, al saberlo; se emocionó demasiado, gritándole al mundo lo lindo que era el amor gay de su hermano pequeño con su ex crush... Si, para muchos sonaría raro, pero ¿qué había de malo?; hacía más de ocho años que la legalización de la Comunidad LGBT en Estados Unidos había siendo aprobada, todo estaba bien, nadie debía esconderse; no más.

— ¡Se hace tarde! —gritó Violeta, desde los últimos escalones de la escalera que guiaba a las habitaciones.

Dash bajó corriendo con una camisa a cuadros roja con negro y gris, una sudadera por si hacía frío más tarde, unos pantalones ajustados y algo rasgados de color negro y unas converse blancas más sucias y viejas que un trapo de piso.

— Estoy listo. —sonrió, arreglando un poco su cabello.

— Ahá. —miró sus zapatillas nuevamente y salió de la casa sin más.

Una vez en el auto de Joe, se dirigeron a la cada de Maya, dónde le esperaron unos treinta minutos, mientras tanto; hablaban.

Joe comenzó con un: — Será divertido ver a Ry esta noche. —sonrió de lado, viendo cómo Dash se ponía un poco más nervioso cada que le mencionaban.

— Si, me pregunto cómo estará. —sonrió Violeta.— Espero que le esté yendo bien en la Universidad.

Tony se había transferido a unas ocho horas del lugar del que había nacido por una beca. Sus padres lograron trasladar su restaurante hacia aquella gran ciudad para que las cosas no cambiaran mucho, y las cosas iban bien desde que se habían ido hace tres años atrás.

— Será bueno volver a verle. —sonrió Dash.

Las bromas de Joe no se hicieron esperar, hasta que Maya entró al auto. Se dirigeron al lugar al que acordaron, el cual estaba a una hora del lugar inicial; la casa de los Parr.

Un pequeño parque cerca de un gran supermercado que estaba cerrado a ésas altas horas de la noche. Unos veinte minutos más tarde, habían llegado Kathya y Tony, siendo ella quién gritó avisando su llegada.

Los otros cuatro voltearon a ver a la muchacha de vestido floreado y corto hasta sus rodillas y al muchacho con un gran saco negro decorando de sus hombros a sus pantorrillas. Ambos estaban saludando a los que estaban volteados, pero Tony paró en seco al ver a Dash.

Juntó sus manos a ambos lados de sus mejillas y gritó con fuerza; — ¡Dashiell!

— Dios, si.

Antes de que alguno pudiera darse cuenta, Dash estaba corriendo "cómo una persona normal" hacia el de cabellos marrones, siendo éste quién corría hacia él, también. Ambos iban riendo, a la vez que uno de ellos estaba por llorar de los nervios y la emoción que le provocaba ver al otro.

El más alto, sin pensarlo, se lanzó a los brazos del rubio, siendo éste quién le abrazó de la cintura para mantenerlo envuelto entre sus brazos, aunque el peso del mayor y su altura le traicionaron, cayendo ambos al suelo; con un ataque de risa.

"Bᴜᴛ  ᴀs  ʟᴏɴɢ  ᴀs  ʏᴏᴜ  ᴀʀᴇ  ᴡɪᴛʜ
ᴍᴇ﹐ ᴛʜᴇʀᴇ·s  ɴᴏ  ᴘʟᴀᴄᴇ  ɪ·ᴅ  ʀᴀᴛʜᴇʀ  ʙᴇ"
Rather be — Clean Bandit ft. Jess Glynne.

((O1 O2 2O19))

🔞 ❬= "Tonash/Higuel" || 3O días Challenge;ೃೀ pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora