#O9 ;; El Misionero.

475 10 1
                                    

;; 🅃 🄾 🄽 🄰 🅂 🄷 ;;

;; 🅃 🄾 🄽 🄰 🅂 🄷 ;;


Aún no saben cómo han llegado a ésto, ni yo lo sé; pero ha sido algo cómo ésto;

Hiro había vuelto de la Universidad, estaba medio cansado, pero más cansado estaba por que aquellas muchachas de su aula estaban completamente enamoradas de su profesor y se sentaban lo más cerca de Hiro posible —el cual estaba detrás de todo—, para hablar de aquel profesor sin ser interrumpidas o algo por el estilo.

Miguel, en cambio, había ido caminando desde la florería dónde trabaja, hasta la pastelería que está en la esquina para comprarse un café. Vendió más de dos docenas de flores y cuatro o cinco pequeños ramos. A su vez, unos niños vinieron a visitarlo y, cómo si fuera el destino, eran de México, así cómo él. Estuvo hablando con ellos y su madre, hasta que se marcharon. Sin duda, había sido un día asombroso.

Llegó al departamento que compartía con su novio, ayudó a una abuelita a sacar sus bolsas de basura y a otra a subir las escaleras, en todo ése camino; nada pudo sacar ésa sonrisa. Excepto llegar a dónde su amado se encontraba cocinando casi sin ganas.

— ¿Qué sucede, pequeño? —preguntó leve, mientras le abrazaba por la espalda.

— Nada, cariño; ¿cómo te ha ido en el trabajo? —sonrió leve, mirándole.

Miguel sonrió nuevamente, apoyando su rostro sobre el hombro de Hiro: — Hoy una familia que vino de México pasó por la florería. 

— Me alegra saber que te diviertes en el trabajo. —comentó, algo decaído.

— No te ves muy feliz... —dijo, mientras tomaba las muñecas de Hiro y le obligaba a dejar los utensilios, para voltearlo y hacer que le mirara.— Cariño, si ha pasado algo, deberías decirme; puedo ayudarte o puedo repararlo.

— Entonces has algo para que las estúpidas y calientes de mis compañeras cierren su maldita boca. —estaba tan enojado que no midió sus palabras, avergonzándose al escuchar las pequeñas risitas de Miguel.— Y-Yo... No quise...

— Está bien... ¿Tu enojo se fue?

— Aún no. Estoy irritado.

— Pero yo estoy feliz. —dijo, dándole besitos en los labios y las mejillas.— Así que te pasaré mi felicidad~

Oh, si; ya recuerdo cómo todo ésto empezó.

Un par de besos bastaron para que la cocina se prendiera fuego, de forma literal, ambos muchachos habían comenzado a toquetearse, cosa que hacía la habitación más caliente. No duró mucho, ya que uno de ellos logró rozar el miembro del otro, y se miraron por unos segundos, sabiendo que hacer cuando sonrieron posesiva y pervertidamente.

Miguel subió las piernas del azabache a su cintura y, a ciegas, caminó hasta su cuarto, mientras sus manos iban poco a poco acariciando la parte trasera de su novio.

El azabache estaba completamente sumido en sus besos que no se había dado cuenta cuando cayó a la cama. Un leve suspiro salió de sus labios, algo parecido a un gemido. El de cabellos amarronados se quitó su camisa quedando con su remera a rayas, seguido de sus pantalones y los del contrario, ambos quedaron en ropa interior, excepto por el menor, quién, además de aún tener su camiseta de rayas finas, miraba con ojitos brillosos cómo el cuerpo de su novio estaba marcado, al subirse un poco su camiseta.

Unos pocos minutos faltaban para que aquella persona que se encontraba arrodillada en la cama, se inclinara hacia adelante. Metió uno de sus dedos a su boca y luego a la entrada del menor, haciendo que éste se arqueara un poco, logrando así, que Miguel pudiera verle un poco más el rostro.

Dos minutos más tarde, que para Hiro parecían horas, Miguel introdució su miembro en la parte trasera del menor, lenta y dolorosamente —ya que Hiro quería más acción—, hasta que se inclinó más, poniendo su pecho sobre el de su novio, con una pequeña sonrisa.

Besos volaban por la habitación, mientras que Miguel hacía pequeñas embestidas en el interior de su amado.

— M-Más. —susurró sobre el oído de su amado, quién aumentó sus embestidas mientras oía los gemidos de su pareja sobre su oído.

No había otra cosa que se escuchara en aquel momento, sólo las voces de ambos muchachos y los golpes que las pieles producían, el sudor se juntaba en uno solo y los mordiscos o chupones se hacían presentes.

Miguel cayó sobre el pecho de su novio un poco después de haberse corrido dentro de él. Ambos cuerpos intentaban regular su respiración, mientras que Hiro abrazaba a su pareja y avariciaba su espalda.

— Te amo.

— Yo te amo aún más. —susurró Miguel, para luego mover su cabeza y aspirar el olor del cuello de Hiro, que sorpresivamente el perfume que le había regalado, aún estaba impregnado en su piel.

— Estoy feliz.

— Y yo estoy mas feliz que antes. —sonrió, depositando un beso en el cuello de su amado, para luego sentir cómo sus manos se aferraban a su cuerpo.

Había sido un día grandioso, más que nada por que, al final de cuentas; ambos habían logrado estar felices, no sólo el uno con el otro, sino que felices en todo ámbito.















×;🍓!¡^🍒?|<》🌻

¡Hola!; lamento haber desaparecido por tanto tiempo, más que nada por haber dejado la historia y no continuarla, pero verdaderamente pido disculpas por no haber actualizado.

La fecha correspondía al 8 de marzo y literalmente estamos a 23. No importa lo que sea, haré todo lo posible para que en éstos últimos días, antes de que el mes acabe, poder publicar todos los días que no había publicado.

Verdaderamente lo siento, prometo compensarlos con todo mi esfuerzo y amor.

Antes de despedirme, ¿cómo han estado?; espero que bien, si no es así, pronto pasará y todo volverá a la normalidad; se los prometo ♡.

Les amo, los leo luego~~ ☆

🔞 ❬= &quot;Tonash/Higuel&quot; || 3O días Challenge;ೃೀ pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora