#1O ;; en cuatro.

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Hiro estaba un poco estresado, las cosas en su Universidad no estaban yendo bien. Aunque Callaghan fuese un idiota y casi arruina todo por su hija, le harían un día en su conmemoración.

Aunque todo entre ellos estuviera arreglado, ya que Callaghan tiene nuevamente a su hija y Hiro pudo recuperar a Baymax, pero algo de resentimiento aún estaba ahí...

— Vamos, mi amor; no te enfoques en éso. —Miguel, el novio de Hiro, se aferró a sus hombros y besó uno de ellos para mantenerlo tranquilo, brindándole protección.

— Sé que si algo pasa, tú estarás a mi lado para partirle la madre a alguien. —frunció el entrecejo cuando Miguel casi se atraganta con su propia saliva— ¿Así se decía, o no?

— Si, sí... —rió leve, abrazándose a su espalda.— No me interrumpas, lo que quiero decir es que deberías relajarte un poco, tomarte el tiempo de intentar llevarte bien con él.

— ¿Y qué hay de Tadashi? —se volteó, para verle.

— Hiro, no quiero que te enojes conmigo; pero Tadashi no está aquí. —sintió a su novio bufar secamente y rascó su nuca— Mira, ¿no crees que, aunque Tadashi se haya sacrificado por su profesor y que él no estuviera dentro del edificio, querría que te llevaras bien con él?; era su profesor favorito, e incluso él se puso a la obra con la estatua que hay de tu hermano en la puerta de la Universidad. —le sonrió, frotando sus brazos de arriba hacia abajo, brindándole calidez.

— Tal vez tengas razón... —Miguel arqueó una ceja.— ...Pero, éso no hará que él regrese, y tampoco que yo ame a Callaghan.

Y sin mediar otra palabra, se marchó a paso decaído a su habitación, abrió la puerta y lentamente la cerró, sabía que su novio iría corriendo a buscarlo, pero mientras me se recostaba en la cama, se cubría con las sábanas y casi se dormía; supo que su novio no iba a venir a socorrerlo como las otras veces.

Cuando estaba por dormirse ya, sintió algo a su lado y se volteó para ver a su novio guardando el cuaderno que estaba leyendo, dejándolo en su mesa de luz, junto a sus lentes de noche; — Ah, cielo; estás despierto...

— Acabo de despertar... ¿Qué hora es?

— Cómo las dos. —vió su reloj antes de dejarlo sobre la mesa, para volver y mirarle, recostándose a su lado— ¿Todo está bien?

— Tuve un sueño extraño, éso es todo... —murmuró.

— ¿Quieres algunos mimos? —le sonrió, abrazándose a él.

Movió un poco su cabeza, dando a entender una afirmación, se aferró a los brazos de su novio y dejó que éste besara cada parte de su cuerpo; sus hombros, sus mejillas, sus manos, sus codos, sus ojos, su pelo, su frente, sus labios...

— Detente, por favor. —murmuró, haciendo que el de cabellos marrones quedara encerrado entre el cuello contrario y su hombro— Quiero hacerlo. —volvió a susurrar.

— ¿Eh? —levantó su rostro para verle.

— Vamos, tonto; no me hagas repetir lo que quiero, ni explicarlo. —se sonrojó, tan hermosamente cómo jamás lo había visto su novio antes.

Una suave risa salió de sus labios y, mirándole a los ojos, comenzó a meter una de sus manos por su camisa. Suspiraba suave en cada toque e intentaba poco a poco ir besando su cuerpo, cada pequeña parte, cada lunar.

Besó y acarició sus piernas, su abdomen, su cuello, su espalda; poco a poco las ropas se desprendían y todo quedaba de a poco sumergido en el olvido, habían peleado ésta mañana y, aunque algo de enojo aún seguía ahí, ellos dos sabían cómo amarse bien.

Los besos jamás se intensificaron, no hasta que el azabache todo de las mejillas a su novio y un beso francés se posó en los labios de ambos, ése asqueroso sonido se escuchaba por todos lados, pero Hiro parecía sumido en las caricias cómo para darse cuenta de que su "ruido" menos favorito inundaba todo la habitación.

Lo habían hecho muchísimas veces ya, era normal el amase lento y luego rápido para ellos dos. Un pequeño gemido había salido de sus labios, así que se dispuso a simplemente voltear la vista y dejar a su novio reír por unos segundos.

Sin mediar palabra, se acercó a él y lo volteó con suavidad, obligándolo a sostenerse de sus rodillas y codos, se aferraba a su almohada mientras el miembro de su novio se introducía lentamente en él. Un suave gruñido salió de los labios de su novio, mientras Hiro aún intentaba acostumbrarse, se movían ambos con suavidad, luego el mayor movía sus caderas con algo más de intensidad, haciendo gemir al otro, quién se encontraba aún aferrándose a la almohada.

No voy a explicar mucho de cómo siguió éste pecado. Ambos, agotados, cayeron en la cama de forma tranquila, tan suaves cómo una pluma; Hiro se aferró a Miguel y éste lo abrazó con algo de fuerza antes de acomodarse.

— ¿Cómo te sientes ahora?

— Estoy mejor. —sonrió.

— Ah, me alegra saber éso. —rió leve.— Vamos, a dormir.

— Buenas noches, cielo. —sonrió Hiro.

— Buenas noches, mi amor. —susurró Miguel.

La mañana siguiente fue perfecta, asombrosa no sólo para los dos que se habían levantado y lo primero que habían hecho había sido agarrarse de las manos, sino para toda la demás gente; una estatua de Callaghan había sido inaugurada en su honor y un reconocimiento a Tadashi se encontraba ahora al lado de la estatua principal.

Miguel estaba orgulloso de su novio, todo lo que estaba haciendo, daba frutos al fin.

🔞 ❬= "Tonash/Higuel" || 3O días Challenge;ೃೀ pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora