Diez minutos

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-Y cuando te enteraras, maldita cabezota,de que no puedes esperar de los demás lo mismo que tu das!

Me mira enfadada y yo,hecha un ovillo sólo puedo llorar desconsoladamente.

- Si no tratas de cuidarte,no será la única vez que te vea así.

Quito las manos de mis ojos y como puedo,saco valor para mirarla...no había visto nunca una mirada como la suya.
Ella es fuerte,los daños no le hacen mella y nada la derrota. Su cuerpo se acostumbró a los golpes que recibía y ahora,nada ni nadie puede con ella.

Me levanto de la cama y voy al baño...mis ojos están rojos y me duele la cabeza. Me maldigo una y otra vez por ser tan ilusa,por dejarme conquistar por sus ojos marrones,por su pelo rizado y su suave boca. Me lavo la cara y me visto, me quedan veinte minutos para entrar a trabajar y no puedo ir con estas pintas.

El día en el trabajo es agotador....me pierdo entre facturas y nóminas y en los descansos sólo se me viene la misma frase a la cabeza....《esto es imposible, me quieres demasiado y yo,justo estoy empezando a hacerlo. No podemos seguir juntos》 y me destroza, y vuelvo a llorar y a tener los ojos rojos.

A la salida del trabajo fantaseo con la idea de que vuelva...recuerdo las veces que nos hemos comido a besos en el portal,las eternas despedidas antes de volver a casa,las llamadas que siempre acababan con un te extraño....todo se agolpa en mi mente y tan sólo quiero llegar a casa para comer helado y dormir....dormir para olvidar el día de hoy.


CausalidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora