Ex Novio Posesivo | YoonMin | ADAPTACIÓN

DOCE

Suspire.

Rindiéndome ante biología.

No podía concentrarme. Yoongi estaba en mi mente más de lo que quería admitir, no lo había visto en dos días, ni había ido a la escuela. De repente, escuche unos golpes en la puerta, me volví sobre la silla y ví a mi padre entrar, con una camisa y una corbata colgando de su cuello.

- ¿Por qué tan formal?-pregunté.

El preguntó al mismo tiempo que yo.

-¿Porque tan serio?

Nos sonreímos el uno al otro.

-No sé la maldita definición de una célula.-susurré.

Se encogió de hombros.

-A mí no me preguntes, sabes que no se me dan bien esas cosas.

-Ya.

-Sé lo que te puede levantar el animo.-sonrió.

-No.-negué sabia lo que quería decir.

-No sabes ni lo que ibas a decir.

-Jimin. ¿me haces de cenar?-imité su voz.

-Tu padre está hambriento.

-Siempre tienes hambre, papa.-reí.

-De todas formas, no puedo, soy muy malo en la cocina.

-Tengo una solución a nuestros problemas.-dijo con voz entrecortada.-La familia Min nos invito a cenar.

Fruncí el ceño.

-Creo que puedo hacer la cena.

-No, no seas tonto, ya acepte. Date prisa y prepárate, tienes diez minutos -río mientras salía de la habitación.

-¡Papa!-grité tras de él, ¿diez minutos?

¿Como se suponía que iba a estar listo en diez minutos? Suspire, levantándome y abriendo el armario, saqué una camiseta en degrade plomo y blanco, unos pantalones negros rasgados y unas tenis simples negras, procedí a prepararme. Lo bueno del tiempo limitado era que apenas tenia tiempo para pensar acerca de lo que podía suceder cuando llegara a casa de Yoongi.
Quince minutos mas tarde, estaba listo. Baje las escaleras donde mi padre estaba de pie frente a la puerta.

-Vamos.-me cogió la mano, sacándome de la casa, cerro la puerta y comenzamos a caminar.

Unos minutos después, estábamos llamando al timbre de su casa. La puerta se abrió para revelar a Min Sun Hee, la madre de Yoongi, sonrió mientras ella nosotros también sonreíamos, era una mujer bonita y agradable, tenia una personalidad muy dulce.

-Dong-sun, Jimin, entren.-abrió más la puerta y nos permitió la entrada.

-Hola Sun Hee, ¿donde esta Kwan?-pregunto mi padre.

-En la cocina.-contestó.

Mi padre suspiro y corrió hacia la cocina.

-Ni se te ocurra, Kwan.-gritó

Sonreímos al mismo tiempo.

-Nunca cambian.-suspiro ella.

-Gracias por invitarnos.-contesté.

Sonrió.

-No me des las gracias. Somos casi como una familia, eres como otro hijo para mí.

Sonreí.

-Y tú eres como una madre para mí. -se río, acariciando mi mejilla.

-Gracias, querido, ahora vamos antes de que terminen con la comida.