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Ese característico olor de almendras, coco y miel que siempre podría reconocer en cualquier lugar sin importar que descubrió su camino hasta el alfa en cuanto este dio la vuelta en el pasillo y se encontró con la gloriosa vista de ese hermoso omeg...

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Ese característico olor de almendras, coco y miel que siempre podría reconocer en cualquier lugar sin importar que descubrió su camino hasta el alfa en cuanto este dio la vuelta en el pasillo y se encontró con la gloriosa vista de ese hermoso omega de cabellos tal cual hebras sacadas de un cachito de cielo y aquellos enigmáticos ojos grises de los cuales silenciosamente solo imploraba una efímera mirada amorosa.

—Hola azulito —saludó con entusiasmo. No podía creer la suerte con la que se había levantado hoy para que su insípida existencia fuese bendecida con un vistazo del omega.

—Adiós Min —contestó el peliazul intentado seguir su camino sin prestar mucho interés. 

Al ver que el omega tenia todas las intenciones de irse, como ya era común cada vez intentaba acercarse a él, pues siempre que esto pasaba Min parecía no poder conectar su boca con su cerebro, haciendo que de esta salieran las cosas mas bochornosas e idiotas como si de un concurso de avergonzarse a si mismo se tratase.

—Hey, espera —se interpuso el alfa en el camino del omega, haciendo que este disimuladamente, en realidad no tanto, se quejara por el inconveniente que parecía ser el tener que hablar con él—. Quiero pedirte algo.

—Que sea rápido —pidió el omega cruzándose de brazos mientras le miraba con impaciencia.

Al escuchar que por primera vez el peliazul había accedido a escuchar sus palabras y no simplemente alejarse como era su rutina ya establecida cada vez que el alfa aparecía frente a él, fue inevitable que los nerviosismos no se hicieran presentes. A pesar de que el primer paso para tener esta conversación había sido por su propio pie, verdaderamente no había tenido fe en que el omega le prestase atención, estaba tan acostumbrado a que Jimin no gastara mucha energía en notar su existencia que el hecho de que aceptara lo dejó descolocado y ahora no sabía qué hacer.

—Cielos, nunca había llegado tan lejos —murmuró moviendo sus manos de manera nerviosa mientras tímidamente posaba sus ojos sobre la sobresaliente figura del omega que esperaba impaciente frente a él.

—Bueno, si solo eso tienes para decir... Yo me voy —declaró el omega intentando avanzar una vez más, pero Yoongi nuevamente se interpuso en su camino de manera automática. 

Esa acción lo sorprendió tanto a él como al omega, pues todas las veces anteriores en las que había intentado entablar una conversación con Jimin, o al menos lograr que este lo viera por mas de tres segundos, después de su primer fracaso inmediatamente siempre se rendía.

—Lo siento, no quiero hacerte perder el tiempo, es que estoy nervioso —se explicó apenado mientras rascaba su oreja con nerviosismo.

los instintos omega del pequeño peliazul dieron un brinco en su interior, la imagen de aquel alfa le resultó tan tierna que su corazón comenzó a acelerarse enternecido. Las veces anteriores en las que el chico frente a él había intentado acercarse también había habido cierta reacción de sus instintos, pero se apagaba casi al mismo momento en que se hacia presente, tal vez esta ocasión era distinta por el hecho de que el alfa estaba mostrando determinación sin sobrepasar la raya de los respetuoso. Eso le agradó, pues la gran mayoría de alfas que usualmente se le acercaban en la escuela siempre buscaban el imponerse sobre él. Le agradó saber que existían alfas decentes, pero no podía demostrarlo.

—¡Quiero pedirte cortejo! —anuncio el pelioscuro con voz fuerte y decidida sobresaltando al peliazul al sacarlo de sus pensamientos tan de repente.

De todas las cosas -entre esas muchas estupideces- que pensó Jimin que podrían salir de los labios de Yoongi, lo que nunca se esperó fue escucharlo pedir su cortejo.

El omega lo meditó, tenía una muy larga lista de alfas pidiendo su cortejo, alfas muy molestos para ser exacto -uno que otro beta también- pero por una extraña razón ninguno de ellos había logrado que sus instintos mostraran un poco de interés como ocurrió hoy.

Jimin no conocía a Min Yoongi mas allá de las veces que este había intentado acercarse a el, o comentarios esporádicos que escuchaba de vez en cuando de sus amigos o  en los pasillos. Con solo eso no podía saber que tanto le convenia el alfa, pero, ¿Cómo iba a descubrirlo si no le daba si quiera una oportunidad? A pesar de lo espontaneo de su petición, su intuición no encontraba ningún tipo de señal que desmotara malicia. Aun así no podía confiar sin mas, por lo que decidió que debía haber una forma de arle una oportunidad al alfa de demostrarle que sus intenciones eran sinceras y que a su vez le permitiera a Jimin conocerlo mejor.

—20 puntos y las rosas —anunció el omega sorprendiendo a Yoongi y a él mismo al escuchar sus palabras—. 20 puntos, Min. Eso es lo que necesitas para qué acepte ser cortejando por ti. No puedo aceptar un cortejo solo porque me lo acabas de peor de manera inusual en medio del pasillo e la escuela, aparte de que a penas y hemos convivio, por lo que no te conozco lo suficiente, ¿Lo comprendes, verdad?

—¿20 puntos? ¿Cómo un videojuego? —cuestionó el mayor confundido—. Pero lo comprendo, porque tendrías que estar muy loco para aceptar el cortejo de un alfa que a penas conoces y te lo acaba de pedir, como tu dices, a la mitad de un pasillo —se rascó su oreja avergonzado ahora que analizaba con mas detenimiento lo que acababa de hacer y pedir—. No comprendo esto de los 20 puntos, pero si eso significa que puedo conocerte mas y tu conocerme a mi, estoy mas que dispuesto a aceptarlo. 

—Empezaremos a interactuar más, a conocernos. En ese tiempo tienes que irte ganando puntos con cada acción que me conmueva y me haga ver que eres alguien que realmente quiero a mi lado, cuando llegues a los 20 puntos yo te diré si acepto o no ser cortejando correctamente para ser tu omega —explicó Jimin con una pequeña sonrisa al ver los ojos sorprendidos del alfa y su boca abierta— también tienes que hacer eso típico de las rosas. Tomémoslo como un pre-cortejo.

—¿Así de fácil? —preguntó Yoongi sin salir aún de su estado se sorpresa. Pues le parecía muy impresionante que realmente el omega hubiese aceptado tal cercanía, pero como ya lo había expresado, estaba mas que dispuesto a seguir todas las condiciones del peliazul.

—Pero...—declaró Jimin levantando su dedo índice en su dirección—. Si llegas a hacer algo que me disguste, te quitaré puntos, obvio, dependiendo de que tan malo sea. Si eres un idiota mas con los que ya he tenido que lidiar, olvídate de esto en ese instante. Yo no doy segundas oportunidades.

El alfa no necesito meditarlo, esa parecía ser la oportunidad más buena que tendría en su vida, con méritos y esfuerzo él iba a lograrlo.

—Me parece perfecto, mañana mismo empezaré con ello —aceptó el mayor intentado calmar el impulso de dar brincos y gritar tal cual niño en navidad viendo el arbolito rebosante de regalos.

—Por ahora ya tienes un punto al atreverte a pedirme esto —dijo el omega reprimiendo una sonrisa encantadora al ver los ojos brillosos y emocionados de Min Yoongi.

—Por ahora ya tienes un punto al atreverte a pedirme esto —dijo el omega reprimiendo una sonrisa encantadora al ver los ojos brillosos y emocionados de Min Yoongi

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¿Hay alguien ahí? 

Cierta personita me ha convencido de volver a publicar esto, pero cuando acepté no creí que me daría cuenta que lo que consideraba uno de mis mejores trabajos estaba tan mal escrito jaja

Pero bueno, ¿No puedo comparar a mi yo de 19 con la de 24 verdad? ay como pasa el tiempo.

20 Puntos | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora