20 Puntos | YoonMin

II 🌹 +1

Yoongi no acostumbraba llegar temprano a la escuela, de hecho, uno de sus problemas más constantes con los que lidiaba eran los retrasos. Algo muy contrario a Jimin, quien estaba obsesionado con la puntualidad. Así que significó un gran esfuerzo por parte del alfa encontrase a primera hora de la mañana en la escuela, podía sentir el cansancio azotando su cuerpo mientras luchaba con el constante parpadeo de sus ojos que deseaban ceder ante el sueño. No era secreto para nadie de su circulo cercano que el dormir era una de sus tareas favoritas, a pesar de ello, estaba decidido a no fallar en su trato con el que su mente ya había proclamado como su futuro omega y padre de sus cachorros.

Miró la flor que se encontraba en sus manos mientras se removía inquieto en su lugar a un lado de la entrada del edificio donde estudiaba Jimin. Esperando a que el omega de azulados cabellos llegara para entregarle la primera rosa, repasó una y otra vez en un monologo interno las palabras que utilizaría para no fallar en el intento de pedirle que comiesen juntos después de clases.  La idea de poder pasar tiempo juntos y llegar a conocerse mejor aceleraba el corazón del alfa, pero a su vez inevitablemente sus pensamientos catastróficos se encargaban de susurrarle maliciosos que el omega quizá se negaría a su propuesta, pero no podía retroceder ahora, ya había dado el aterrador primer paso, el cual para su sorpresa había terminado en el mejor de los resultados posibles, cosa que aun resultaba alucinante para el pelioscuro.

De un momento para otro sus instintos despertaron sacándolo de sus pensamientos al sentir una tenue pizca del aroma del omega de azules cabellos. Levantó sus ojos de la rosa que sostenía, mirando al chico que se acercaba hacia él con pasos relajados, ante aquella vista su agarre sobre la flor se fortaleció. Sonriendo con nerviosismo contó cada uno de los pasos que Jimin daba. Esto parecía otro de esos sueños antes de que la alarma lo despertara, así de disimuladamente se dio un pellizco y quiso llorar de emoción al darse cuenta que, efectivamente, estaba despierto.

—Buenos días, Min Yoongi —saludó el menor con una pequeña sonrisa disimulada.

—Buenos días, Jimin —contestó el alfa sin poder evitar sonreír encantado con la adorable imagen del omega frente a él— Esto es para ti, como prometí.

Acercó su mano donde sostenía la hermosa y perfumada rosa en dirección a Jimin, quien con sumo cuidado la tomó entre sus suaves manos y la acercó hasta su nariz para captar con mayor intensidad el agradable y característico aroma de la flor. Pero algo que sorprendió al menor fue la pequeña nota oculta entre el aroma, ese tenue olor a café, menta y un poco de jazmín. ¿Jazmín en una rosa?

—¿Qué pasa? ¿Huele mal? ¿YA PERDÍ EL PRIMER PUNTO? —preguntó Yoongi intentando mantener la calma y comenzando a fallar en ello al no recibir respuesta mientras veía como el ceño de Jimin se fruncía. No podía ser que ya la hubiese cagado en su primer intento.

—Huele delicioso —contestó el omega en un murmuró— En realidad muy delicioso —suspiró.

—No me asustes de esa forma, creí que ya había arruinado todo —lloriqueó el alfa con evidente alivio para después terminar riendo de manera nerviosa. Realmente había visto pasar por su mente los escenarios mas catastróficos posibles en cuestión de segundos.

—Gracias —habló Jimin mirándolo de frente mientras sonreía de esa forma tan adorable que escondía sus ojos y formaba dos medias lunas, esa sonrisa que aceleraba el corazón enamorado de Min Yoongi.

Bien, ya había pasado la primera parte, ahora tenia que lograr con éxito su segunda misión del día. Rascó una de sus orejas en un intento de aliviar esa sensación de nerviosismo que comenzaba a ascender por su pecho y miró al omega a los ojos. Tuvo que hacer un esfuerzo descomunal para que sus palabras previamente ensayadas no se desvanecieran en la nada.

—Yo...Me gustaría invitarte a comer después de clases, así podemos hablar y conocernos más —pidió el alfa sonriendo nervioso y agachando su vista, aun así volvió a subirla de nuevo pues sus instintos de alfa le reclamaban su orgullo. 

Odiaba ese rasgo orgulloso de su segundo genero, así que intentó que la molestia sobre sus instintos no se viera reflejada en su rostro; no quería que Jimin llegase a malinterpretar su expresión.

—Me parece bien —aceptó el peliazul sin dejar de sonreír mientras comenzaba a caminar hacia el interior del edificio, despidiéndose del alfa con un ligero movimiento de mano.

Yoongi se quedó parado en su lugar sonriendo de manera casi comparable a la del gato de Alicia en el país de la maravillas. Si los demás estudiantes que entraban al edificio le dirigían una mirada, seguro pensarían que había perdido la cordura por estar tan feliz a esas horas de la mañana, pero al alfa no podía importarle menos, la emoción de saber que todo había salido bien parecía estar a punto de explotar su corazón en miles de pedazos. 

Comenzó a darse la vuelta para dirigirse a su propio edificio donde tomaba sus clases, pensando en como por primera vez desde que había iniciado el semestre se presentaría mucho antes de la hora de inicio. Pero antes de que se hubiese alejado si quiera un metro de done había estado parado escuchó como una melodiosa voz llamaba su nombre.

—Hey, Yoongi —llamó el omega desde la distancia mientras sonreía ligeramente y sostenía contra su pecho la flor que el alfa le había entregado — Tienes un punto más.

El alfa se dio cuenta que tal vez tendría que visitar pronto al cardiólogo, porque no creía poder sobrevivir mucho tiempo si seguía siendo bendecido de aquella manera.

A ver cuéntenme que ha sido de sus vidas en todos estos años en los que me desaparecí jaja