III 🌹 +1

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Después de que las horas de clases de cada uno habían terminado, se encontraron en una pequeña plaza situada en el centro del campus

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Después de que las horas de clases de cada uno habían terminado, se encontraron en una pequeña plaza situada en el centro del campus. Ambos expectantes por su primera salida, Yoongi había hecho su mejor esfuerzo esconder el leve temblor de sus manos, luchando también con las ligeras nauseas que el nerviosismo generaba en su cuerpo. Claramente no sería nada agradable terminar vomitando frente al omega, aquello en definitiva generaría la impresión mas alejadamente posible de buena.

Cuando el hermosos chico había llegado al lugar, posicionándose frente a él con un ligero rubor en sus adorables mejillas; entre vergonzosos tartamudeos -por parre del alfa- discutieron sobre cual sería un agradable lugar para ir a comer. Evidentemente si querían conocerse mejor, sin duda el lugar al que decidieran ir tenia que ser uno en el que ambos pudieran sentirse cómodos. A Yoongi no les gustaban demasiado los lugares muy bulliciosos, así como también no consideraba que fuesen la mejor opción para ir si lo que deseas es charlar de manera tranquila. Mientras Jimin le decía que también estaba de acuerdo con buscar un lugar con ambiente pacífico, el pelioscuro había recordado la pequeña cafetería al aire libre que no se encontraba muy lejos de la universidad. 

Al llegar a la cafetería ambos se sentaron en una de las mesas que se encontraba cerca de un gran ventanal, el cual tenia la maravillosa vista hacia un jardín lleno de una gran diversidad de flores que adornaban los alrededores de una elegante fuente que se encontraba en medio. El lugar no se encontraba muy lleno, por lo que la atención fue rápida. En un inicio el ambiente entre ambos había sido incomodo, pues ninguno de los dos sabia como romper el hielo. Esta situación cambió cuando como si fuese obra del destino una leve melodía conocida para ambos sonó desde los parlante esparcidos al rededor del lugar. Cuando Jimin comentó casualmente que aquella era una de sus canciones favoritas, Yoongi explotó y ya no se pudo callar. Si aquello había sido la ayuda divina de algún ser que omnipresente los observaba, el pelinegro se encontraría eternamente agradecido, pues si algo de lo que el alfa podía hablar sin parar era la música. Después de eso, como si de una compilación se tratase, los temas de conversación no faltaron. Cuando la incomodidad inicial pasó, les trajeron sus ordenes y ambos estuvieron de acuerdo en que sabían deliciosos, todo se había sentido tan ligero y normal, como si aquello fuera algo que hicieran con frecuencia. No lo era, pero silenciosamente ambos esperaban que con el tiempo si.

Si bien uno era consciente de la existencia del otro, nunca habían entablado una conversación como la que habían tenido esa tarde. Las veces en las que se habían dirigido las palabra con anterioridad no pasaban de los saludos mayormente unilaterales del alfa hacia el omega, pero esta primera convivencia sorprendentemente se había encontrado llena de risas, sonrisas tímidas y anécdotas divertidas, junto a uno que otro dato curioso e importante sobre ellos.

—Muchas gracias por todo —habló el omega mientras caminaban de regreso al estacionamiento del campus, donde ambos habían decidido dejar su autos, pues la cafetería no se encontraba realmente lejos.

—El que tiene que agradecer soy yo, en verdad me la pasé muy bien —contestó Yoongi sonriendo alegre, le era inevitable no hacerlo— Eres un chico muy divertido e interesante.

—Tú también lo eres, me alegra confirmar que todos esos rumores tontos son sólo chismes sin fundamento hechos por gente con vidas aburridas —dijo el omega con alivio.

—Aunque, si has escuchado sobre mi tendencia a llegar tarde, tengo que confirmarte que es verdad. Debo confesar que estoy muy feliz de que hayas aceptado esto y también quiero aprovechar para disculparme por todas esas veces que me acerque ti pero terminé volviéndolas incomodas, soy muy torpe para socializar —expresó el mayor rascando su nuca con nerviosismo.

—Sí, lo eres, pero eso te hace adorable —habló Jimin encogiéndose de hombros con simpleza.

—¿Crees que soy adorable? —cuestionó Yoongi sorprendido, sintiendo como sus mejillas se calentaban y su lobo se removió emocionado por tal declaración.

Dirigió su vista hacia Jimin, notando como el omega también se encontraba sonrojado.

—Yo no he dicho eso.

Yoongi río enternecido ante tan adorable imagen, pero su risa se fue apagando al ver que ya habían llegado a su destino.

—Hemos llegado —anunció mirando su auto a unos cuantos metros.

—Gracias de nuevo...por todo —habló Jimin mirando hacia su auto.

—Ni lo digas, soy yo quien debería agradecerte una vez mas —contestó el alfa— Nos vemos mañana —se despidió antes de darse la vuelta y comenzar a dirigirse hacia su auto.

—Un punto más, Min Yoongi —gritó Jimin mientras observaba al alfa alejarse. Riendo al ver como este tropezaba con sus propios pies al escuchar sus palabras.

 Riendo al ver como este tropezaba con sus propios pies al escuchar sus palabras

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Yo en realidad debería estar limpiando mi habitación jaja 

20 Puntos | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora