—¿Te gustaría salir conmigo esta tarde? —preguntó Yoongi a las espaldas de Jimin mientras por un costado ponía la rosa de ese día frente al omega. Cual quiera que los vera des las lejanías pensaría que el alfa se encontraba abrazando al peliazul.Esa acción tiempo atrás habría sido muy osada, pero con el pasar de los días, cada vez se hacían más cercanos. Parte de esa cercanía era hasta de manera inconsciente, pues ahora, con total naturalidad se saludaban cada vez que se encontraba en los pasillos, inclusive cuando tenían un poco de tiempo se detenían para tener una pequeña charla antes de continuar con sus caminos.
Era mas que claro que en la actualidad ambos chicos se sentían tan cómodos con la presencia del otro que poco a poco las incomodidades y la distancias fueron desvaneciéndose.
La posición en la que se encontraban hacía que sus cuerpos quedaran muy cerca uno del otro. Podrían haber tomado distancia de inmediato, pero en el fondo ambos anhelaban la cercanía. Jimin tomó la rosa entre sus manos, mientras se daba la vuelta con una leve sonrisa para encarar a ese atrevido alfa que últimamente se escabullía con mayor frecuencia en sus pensamientos.
—¿A dónde iremos? —preguntó el peliazul.
—Es una sorpresa.
De los labios del omega escapó un divertido sonido quejumbroso al escuchar aquellas palabras.
—Me gustan las sorpresas, pero no esperar por ellas —comentó Jimin haciendo un lindo puchero.
Al ver aquella imagen los instintos del pelioscuro se vieron alterados, solo quería acabar con la distancia que los separaban y probar de esos dulces labios. Anhelaba comprobar si eran igual de suaves y dulces como siempre lucían. Seguro que si. Pero Yoongi tenía que ser fuerte y resistirse a una tontería provocada por sus impulsos.
—A menos que quieras saltarte las clases, tendrás que esperar —contestó el alfa con una risa que intentaba ocultar su nerviosismo.
—Supongo que tendré que esperar entonces —se resignó el menor, pero aun así sonrío al ver la rosa en sus manos. Su madre ya había hecho un comentario sobre como su habitación comenzaba a convertirse en una floristería.
Se concentró de nuevo en terminar lo que estaba haciendo en su casillero antes de que el alfa llegara, pues no faltaba mucho para que iniciaran las clases.
—Vaya, sí que eres un chico comprometido con la escuela —halagó Yoongi.
—Obviamente, Min. No voy a desperdiciar el esfuerzo que hacen mis padres por tenerme en una escuela de tal prestigio como esta. Lo menos que puedo hacer es esforzarme y dar lo mejor de mí —contestó sonriendo orgulloso de sí mismo mientras guardaba la flor en su casillero antes de cerrarlo y volver a mirar al pelioscuro-
La admiración brilló en los ojos del mayor y una gran sonrisa boba se formó en su rostro. Por mas bobo que sonase, estando cerca de Jimin las sonrisas siempre eran fáciles de conseguir. tal vez era algún talento oculto que tenia el omega, o simplemente Yoongi había caído muy profundo por el peliazul.
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20 Puntos | YoonMin
Hayran Kurgu-¿20 puntos? ¿Cómo un videojuego? -cuestionó el mayor confundido-. Pero lo comprendo, porque tendrías que estar muy loco para aceptar el cortejo de un alfa que a penas conoces y te lo acaba de pedir, como tu dices, a la mitad de un pasillo -se rascó...