Capítulo 10. Mi razón para quererte

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La lluvia paró a altas horas de la noche del día siguiente, en una de las habitaciones del templo, Winel comenzaba a abrir los ojos con pesadez y temblando de frío a pesar de estar bien arropado, apartó a un lado el paño húmedo de la frente y con paso vacilante se levantó de la cama, cogió del armario otra manta y regresó a la cama tapándose con todo lo que tenía, en ese mismo minuto la puerta se abrió.
-¿Winel? ¡¿Cómo se te ocurre taparte tanto?! Tienes mucha fiebre y no debe empeorar – Ekadel le quitó la manta bajo las quejas del rubio.
-T-tengo m-mucho frío…
-Eso es normal – el defensa recogió el paño y lo humedeció en el baño para colocárselo de nuevo en la frente – Aiel traerá algo para bajarte la fiebre.
-Arigato… - cerró los ojos dispuesto a dormir y tras un par de minuto procesando los abrió de golpe y se sentó - ¡¿Cómo he llegado hasta aquí?!
-De eso quería hablar contigo… ayer por la noche Belzebu del Makai vino al templo contigo en brazos, según él, te había encontrado inconsciente – lo miró serio – pero como comprenderás no podemos fiarnos de él, dime ¿qué pasó en realidad? ¿Por qué saliste sin avisar?
Entonces se acordó, el mismo había ido a Demon’s Gate para hablar con el demonio, debería haber hecho caso a Deasta pero le sorprendió que el peli-violáceo lo hubiese llevado frente a los demás arriesgándose tanto.
-Dijo la verdad, es todo culpa mía, salí sin avisar porque sabía que Ael insistiría como siempre en acompañarme y quería ir solo para pensar en todo lo que ocurrió ese día, cuando andaba por el sendero me empecé a sentir mal y a perder la vista, pedí auxilio y cuando sentí que no aguantaría más, Belzebu me cargó y me dijo que él me traería al Heaven Garden, lo cumplió.
-Vaya… entonces no mentía como creíamos… y nosotros lo acusamos de dañarte…
-Es mi culpa por irme así como así… - llamaron a la puerta – adelante
-¡Nii-san, que bien que te despertaste! ¡Estaba muy preocupada! – la rubia entró y dejó la bandeja con comida y un vaso con un extraño bebida en la mesa para correr a abrazarlo – con esto y algo de comer mejorarás pronto.
-Arigato nee-san.
-Descansa, mañana volveré a ver cómo estás, ahora iré a explicar a todos lo que ocurrió, vamos Aiel, deja a tu hermano.
-Hai, si te sientes mal llámame – ambos salieron de la habitación del rubio.
Winel suspiró aliviado y tomó la bebida algo asqueado, esa “medicina” asquerosa le había quitado el hambre y peor de lo que ya estaba, dejó la bandeja en la mesa de nuevo y se acostó cerrando los ojos.
-Belzebu… te hecho mucho de menos…
-Yo también te echaba de menos… pero ni se te ocurra volver a acercarte a Demon’s Gate.
El rubio se sorprendió y abrió los ojos encontrándose con el demonio mirándolo con ternura, los abrió mucho más y se abalanzó sobre él para darle un abrazo que el otro correspondió.
-No te vayas onegai, nunca te marches – susurró escondiendo sus ojos llorosos en el pecho contrario.
-Winel… - le acarició con cuidado los cabellos – no llores o aumentará tu fiebre
-Fue muy bonito por tu parte el haberme traído frente a los chicos… -apretó los puños y bajó la cabeza – pero no sé qué haría sin ti…
-Tranquilo…. Lo que a mí me importa es que tú estés bien – le levantó la cabeza y lo besó – aún si tengo que dar mi vida por la tuya lo haría.
-B-Belzebu… - el mayor le tocó la frente y se puso algo serio mientras le tumbaba de forma que la cabeza de Winel se apoyara en su regazo - ¿q-que haces?
-Estás ardiendo, tienes que comer algo y descansar – cogió de la bandeja un trozo de fruta y obligó al menor a comerla.
-No tengo hambre… esa bebida que me han dado me la quitó con solo olerla.
El defensa rió y siguió obligándole a comer otro poco, lo sentó en su regazo abrazándole de la cintura mientras Winel apoyaba su cabeza en el hombro de Belzebu.
-Oye Winel… hablé con Deasta y me contó de vuestro engaño – el rubio lo miró confundido.
-¿Engaño? ¿De qué me estás hablando?
-Del embarazo de Sein – el ángel se tensó – me parece bien que lo hagas y todo eso… pero ni se te ocurra besarlo ¿entendido? Estos labios son solo míos – los besó y el rubio rió – es enserio.
-Lo sé baka, eres un celoso – volvió a apoyar la cabeza – me duele la cabeza…
-Duerme, aseguré la puerta para que no entre nadie, yo estaré aquí contigo toda la noche.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo – lo tumbó en la caña y le besó la frente tras echarse a su lado – estaré aquí incluso cuando te despiertes, cuidaré de ti – lo besó con cuidado.
-Te amo Belzebu… - se rindió al cansancio y a la fiebre cayendo en brazos de Morfeo.
-Yo también te amo Winel – sonrió mirándolo – sería bonito tener un hijo juntos… -cerró los ojos y se durmió a su lado sin dejar de abrazarlo.
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~*~Sueño de Sein~*~
Un llanto resonó por toda la habitación, Sein despertó algo asustado y aturdido sentándose en la cama de golpe, miró a todos lados de la habitación buscando de donde venía el ruido hasta que notó una mano en su hombro, se giró encontrándose con un Deasta mirándolo cansado.
-Yo me encargo de él – el peli-rojo miró sin entender, cómo el demonio se paraba de la cama e iba hasta una cuna que no había visto antes para coger en brazos un pequeño bulto – ea~ ea~ deja de llorar, onegai pequeño, mamá y papá necesitan dormir.
El corazón de Sein latió muy rápido ¿acaso ese era su hijo? Sintió una sensación cálida llenarlo e intentó pararse pero por alguna extraña razón sus piernas le fallaron haciéndolo caer tumbado en el suelo, cuando el llanto del bebé pasó a ser pequeños sollozos, Deasta miró al ángel y posó al niño en la cuna para ir rápido al lado de Sein y ayudarlo a sentarse en la cama.
-Sein, no te esfuerces, tu cuerpo aún no se ha recuperado del parto.
-Deasta, tráeme a mi bebé… - el castaño sonrió con ternura y le besó.
-Por supuesto, quizás tu logres dormirlo – fue a por el pequeño y lo puso entre los brazos del peli-rojo con delicadeza.
Sein se quedó fascinado al ver su pequeño bebé peli-rojo mirándolo con sus grandes ojos cobres algo cristalizados que amenazaban con derramar lágrimas, lo acunó en sus brazos con suavidad sin apartar la mirada mientras Deasta sonreía viendo la escena y rodeó la cintura del ángel para atraerlo hacia sí, el bebé al ver a su madre dejó de llorar completamente calmándose.
-Se parece mucho a ti mi angelito…
-Pero los ojos cobres y las alas de demonio las sacó de ti.
-Algo mío tenía que tener – el mayor sonrió y miró al bebé – pequeño diablillo, conque prefieres a tu mamá que a tu papá ¿eh? – le hizo cosquillas haciéndolo reír y sacándole una gran sonrisa a Sein – parece que alguien no tiene ganas de dormir – bostezó y lo abrazó antes de devolvérselo al oji-azul – ayer en Demon’s Gate me tuvo todo el día despierto.
Al escuchar eso el ángel suspiró, era cierto, si el niño era demonio, Deasta se lo llevaría consigo y lo era, pero por lo menos sabía que estaban bien.
-Y… ¿cómo se llama?
-Sein, fuiste tú quien le puso el nombre ¿enserio no recuerdas el nombre de tu hijo? – al menor se le subieron los colores, solo a él se le ocurría preguntar eso – jajajajaja, debes estar cansado, nuestro hijo se llama…
~*~Fin Sueño de Sein~*~
El peli-rojo despertó lentamente y se sobó los ojos cansado, una a mejilla y sonrió al reconocer a su demonio, recordó el sueño y no puedo evitar abrazarlo.
-¿Sein? – miró la tierna sonrisa que tenía – te ves feliz ¿Qué te pasó hoy?
-Nada importante
-Entonces me alegra que hoy no tengas la mala leche de siempre – el ángel lo miró mal de reojo – etto… mejor ignora lo que dije
-Baka – sonrió otro poco – pero sé que serás un buen padre
-¿enserio? – el uke asintió – me hace feliz que pienses eso, prometo cuidaros con mi vida a ambos.
-Lo sé… - el ángel miró al techo – Deasta… ¿de verdad me amas? – el castaño se atoró con su propia saliva.
-¡Por supuesto! ¡¿cómo puedes dudar eso?!
-Lo digo porque… realmente no entiendo nada, yo también te amo y debo confesar que me gustabas incluso hace mucho pero… los dos somos hombres, tú demonio y yo ángel, no sé que te gusta de mi como para amarme… tú lo dijiste, soy un amargado…
-Esto no te lo diré más veces que esta así que escúchame bien – levantó la cara del menor y le plantó un beso rápido – a mí me gusta todo de ti, por supuesto que me gustan tus ojos, tus labios y tu hermoso cuerpo… pero lo que más me gusta de ti es tu carácter, tu forma de ser, me gustas todo tú, el poder sacarte un “te amo” cuando estás enojado es un reto que adoro ganar, o un sonrojo cuando estás triste y a pesar de que seas tan tosco conmigo, de vez en cuando el poder tenerte entre mis brazos para poder besarte.
-D-Deasta… eso fue realmente hermoso…
-Lo sé –lo abrazó – pero luego tendré que lavarme la lengua con sal y vinagre, tanta cursilería me terminará matando.
-Baka – el peli-rojo rió.
-¿yo baka? Bueno, el caso es que dejes de tener tonterías.
-E-es que no sabía cómo me elegiste a mí teniendo a chicas como… Arachnes…
-¡Oye, oye, oye! ¡Para el carro angelito! ¡Antes muerto, quemado y enterrado seis metros bajo tierra que con ese bicho! Además, no se despega de Barbatos y que así se queden, pero ni se te ocurra emparejarme con esa… esa… ¡cosa!
-Pero…
-Pero nada, yo te quiero a ti y así será siempre – se colocó encima de él con cuidado de no apretarle el vientre y le acarició la mejilla – yo haré que no lo olvides – bajó repartiendo besos y lamidas por el cuello del ángel.
-¡Ngh… n-ni se te ocurra Deasta!
-Venga~ no seas así~ - le lamió la oreja aprovechando para morderle el lóbulo.
-Mmm… ah… p-para, el bebé…
-No le hará daño que sus padres se diviertan un poco – bajó sus manos acariciando el cuerpo del ángel sobre la ropa.
-E-eso no lo sabemos
-Confía en mí – le bajó la cremallera del uniforme y coló sus manos para comenzar a estimular lo botoncitos rosados del oji-azul – además, se ve que lo disfrutas
-A-ahhhh… e-estúpido baka ahhhh…
El castaño sonrió y cuando se confió de que el menor se había rendido a sus caricias un fuerte golpe lo tiró al suelo.
-¡No pienso estar dos o más días con dolor de trasero! – Sein colocó la almohada y se subió la cremallera del uniforme tras colocárselo correctamente - ¡baka! – se tumbó de lado dándole la espalda al demonio quien lloraba estilo ánime.
-Tan cerca… pero lo peor es que ya ha empezado con los cambios de humor…
-¡¿Qué cambios de humor ni qué narices?! ¡por tu culpa no me podía parar, ni siquiera sentarme en la cama!
-Pero no puedes negar que te encantó que te hiciese el amor dos veces en las que no te resististe mucho que digamos y en las el gran Sein gritaba y rogaba por más – Sein se puso rojo y Deasta rió.
-¡B-BAKA!

Continuará

Rompiendo las reglas (DestraxSein BelzebuxWinel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora