Capítulo 5. Lo bueno siempre acaba

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El demonio miraba la luna con cansancio, hacía poco que había caído la noche y su naturaleza nocturna lo obligaba a permanecer despierto por mucho que tratase de conciliar el sueño, suspiró y de un salto bajó del ventanal para después meterse en la cama con su pareja, la cual, yacía dormida y le abrazó de la cintura, sonrió al sentir las manos del otro colocarse en su pecho acurrucándose en él y comenzó a acariciarle las hebras rojizas que ahora se encontraban esparcidas por la almohada dispuesto a sumergirse en sus pensamientos.

***Pov Deasta***

Es tan lindo, cómo me gustaría estar aquí con él por siempre… la verdad es que aún no puedo creer que con lo maniático que es Sein con las reglas, haga el esfuerzo de olvidarlas por mí, no sé ni por que existen son solo estupideces, solo espero que el puercoespín al afeminado no les dé por venir a buscarme…

***Fin Pov Deasta***

Sein se movió un poco y frunció el ceño, a lo que el mayor rió en sus adentros mirándolo con cariño y le besó la frente atrayéndolo hacia sí con más fuerza.

-Hummm… - el peli-rojo abrió los ojos encontrándose con los orbes cobres del otro.

-Por fin despiertas – dijo depositándole un pequeño beso en la comisura de los labios -¿te encuentras bien? – preguntó al ver que el menor estaba un poco pálido.

-Hai, solo estoy cansado – respondió sentándose en la cama pero un punzante dolor en la retaguardia lo hizo caer de nuevo en la cama con un gruñido de dolor, lo que provocó que el demonio estallase en carcajadas.

-¡No te rías baka! – le reprendió mirándolo mal.

-Parece que alguien se ha levantado de mal humor~

-¡¿De quién es la culpa?!

-Mía~- si las miradas matasen, seguramente Sein ya lo habría tirado al volcán – jejejeje.

El peli-rojo decidió ignorarlo y con todo el esfuerzo del mundo, logró pararse de la cama y ponerse su ropa interior mientras su ahora novio se estiró en la cama sin intenciones de levantarse, Sein lo miró y puso los ojos en blanco entrando en el baño, pero en ese momento un fuerte mareo lo paró en seco, soltó un quejido y las ganas de vomitar lo invadieron obligándolo así a sentarse en el suelo.

-De-Deasta… - llamó casi en un susurro pero el agudo oído del castaño no lo pasó por alto.

-¿Pasa al…? ¡SEIN! – al ver el menor en el suelo, corrió y lo sentó en su regazo mientras lo sacudía con suavidad - ¡¿Qué te ocurre?! ¡Reacciona!

-¿Eh? – el nombrado volvió en sí, mas al sentir las constantes sacudidas volvió a sentirse mal – pa-para, me estás mareando – el otro se detuvo.

-¿Qué ha pasado?

-Nada, solo fue un pequeño mareo.

-¡¿Pequeño?! ¡Casi te desmallas!

-No seas exagerado – el otro frunció el ceño enojado – Deasta… es enserio, no fue nada, solo un movimiento brusco – se enterneció al ver la preocupación del demonio y se levantó con dificultad- ¿quieres darte una ducha?

La preocupación del castaño desapareció al instante cambiándola por una mirada lasciva que provocó un escalofrió al peli-rojo.

-Si es contigo… - Sein le golpeó con fuerza en la cabeza – vale, vale, ya me callo – dijo sobándose el golpe – que amargado eres.

-Ya sabía yo que no aguantarías mucho… ¡Y no me llames amargado! – bufó molesto e iba a sacarse el bóxer si no fuera porque… - ¿puedes dejar de mirarme? – le preguntó a Deasta con la poca paciencia que tenía y una venita en la sien al ver a su novio prácticamente babeando.

Rompiendo las reglas (DestraxSein BelzebuxWinel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora