En el tiempo a habido historias que una persona descubre la verdad sobre algo que fue formado por mentiras, pero que es más fuerte? la verdad de uno o la mentira de millones?
Pues he aquí la historia de Lincoln por su mala suerte sino que está tambi...
En un sitio donde la oscuridad reina se encuentra dos personas un chico de cabello negro, con una vestimenta compuesta por una gorra negra, una playera blanca con un estampado de marca de autos japonesa, un pantalón de mezclilla azul y unos tenis Converse clásicos color negro. El joven tiene una edad de 16 años y una pre-adolescente de 13 años de cabello castaño con un peinado en cola de caballo y con ropa deportiva de color rojo.
Ambos se miraban con diferentes rostros, el chico con un rostro serio y ella con un rostro de odio.
–¿Que hiciste maldito contaminado?– grito la castaña.
–No hice nada, no me culpes de algo que no hice, Oh, espera ya lo hiciste con tu hermano– dijo sin exaltar sus emociones.
–De todas maneras perdiste y eres mio– dijo con un tono de victoria.
–Si, ganaste dopandote de mi energía para ganar, se nota que te empeñaste en tomar la ruta de los tramposos– se burlo el pelinegro.
–Callate, tu trajiste al mala suerte contigo– grito con ira la castaña.
–No necesito un amuleto para ganar Lynn, sólo el esfuerzo, es por eso que te gane en el segundo Round, además la mala suerte no existe– exclamó con un tono exaltado.
–Callate, callate, callate, tu no sabes nada, por culpa de ese mala suerte los dioses de la suerte no están con mi familia– grito tapándose los oidos y después señaló con su mano derecha.
–De las mayores estupideces que he escuchado está es la mayor. No existe eso tales dioses que tu crees y lo que tiene tu familia es lo más común del mundo llamado mala racha–
–No es eso, yo nunca he perdido, mis hermanas tampoco, es obvio que si es mala suerte–
–Escuchate, sólo dices eso porque no quieres reconocer una derrota en tu vida. Perder no te hace peor te hace mejor porque ves tus defectos y los mejoras pero tú maldito orgullo y egocentrismo te hace mostrar lo peor de ti–
La discusión se calentaba más y más. El que ganaba la disputa era Erick, ya que todo lo que decía cala en el interior de la deportista. Sólo están a un paso de entrar a los golpes y la atleta es la que pegaría primero.
–Lynn, entiende solo es una mala racha, yo lo tuve, tus amigas lo tuvieron o lo tendrán, es más las marcas de autos que a mí me gustan tuvieron malas rachas por decisión o por otra cosa, pero nunca dijeron que fuera la culpa de otro– dio una suspiro esperando que ella entendiera, esperando que reflexionen de sus actos.
Agachó su cabeza para ver el suelo del lugar por un momento, la levantó y miro a la chica que agachó igual su cabeza, su fleco tapó sus ojos ella presiona sus puños con fuerza.
–Yo....– dio una pausa la deportista sin levantar su cabeza
–uhm...– escucho su voz, espero respuesta.
–Yo.....no pierdo contra nadie– grito levantado la cabeza y mostrando un rostro de ira.
Corrió rápido para arremeter contra el muchacho. Salto para dar un puñetazo, el pelinegro pone sus brazos en defensa así evitando el daño que podría ocasionar, la fuerza del golpe lo empujo hacia atrás, sus pies hacían fricción en el suelo para frenar su retroceso y tuvo que quitar su defensa para mantener el equilibrio. Paró y ya enojado miro a la castaña.
–Eres una grandísima estupida– sus palabras sonaron dominantes y llenas de enojo por la acción de Lynn.
–Te di una última oportunidad y no la aprovechaste, Lynn–
Los ojos de Erick se tornaron azules sin pupilas y su ojo izquierdo le broto una llama de color azul turquesa.
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