Estaba un poco consternado desde la última vez que Potter había llegado hecho una furia a la casa, para hablar con Granger, la cual no había vuelto a visitarle ni por error. Y eso no era lo peor de todo, oh claro que no.
Por lo menos no para Draco.Lo peor de todo era el hecho de que Potter no había ido a casa a dormir, ni a comer…ya por dos noches seguidas.
Estaba totalmente solo, y no es como si no pudiese salir, pero no era estúpido, sin barita era mejor no arriesgarse de esa manera y ni loco se incursionaría solo al mundo muggle, ni más faltaba.
¿Qué demonios había sucedido? Al parecer sus planes se estaban yendo al demonio por algo que se escapaba de su comprensión y eso le ponía de muy, muy mal humor.
Podría preguntarle al elfo por Potter, podría, de no ser por las pequeñas crisis de ansiedad y de pánico que le daban cada vez que intentaba hablar.
Granger le había pasado un libro de psiquiatría que trataba un poco del tema postraumático y a decir verdad, le parecía una mierda que inconscientemente siguiera siendo tan cobarde.
Quería hablar, quería expresarse, quería así fuera insultar a Potter al aire, pero sencillamente no podía, no lo lograba…y eso empezaba a asfixiarlo un poco. Eso y la aparente tranquilidad y soledad que estaba teniendo en aquella enorme casa que incluso ya había empezado a ordenar debido al exceso de tiempo de libre.El cuarto de Potter estaba sellado con algún encantamiento muy poderoso marca “Niño que vivió” y para Draco, claramente, era imposible hacer algo y más sin barita.
El hecho de que Potter sellara su habitación y desapareciera lo tenía increíblemente paranoico. ¿Acaso no volvería? ¿No quería verle más? ¿Habría pasado algo?En el Profeta no se decía nada que pudiese ayudarle con ese enigma y la conversación que Potter y Granger habían tenido un par de días atrás sólo había logrado espantar a la chica, sin si quiera despedirse o decirle algo si quiera.
Weasley.
Quizá el tipo era el que estaba siendo el problema. ¿Acaso Granger no lo había dejado ya? Necesitaba hablar con esa bruja, sólo ella podría explicarle qué demonios había pasado con San Potter.
Porque necesitaba saber de Potter.
Era su pieza más importante, la que más cerca necesitaba…por supuesto que era por eso, y no porque extrañara sus bromas absurdas, su manera tan desgarbada de actuar, su simpleza…y su poder.No, claro que no.
− Amo Malfoy, Señor. Va a quebrar el vidrio si sigue limpiándolo así. – Dijo Kreacher con las orejas agachadas.
Sólo hasta ese momento, Draco salió de sus cavilaciones y notó que andaba limpiando el vidrio de la mesa ratona de la sala de estar, una y otra vez.
Quién sabe desde hace cuánto tiempo y con más fuerza de la necesaria.
El vidrió ya estaba un poco maltratado y pudo escuchar entonces al elfo chasquear los dedos, arreglando el mismo. Suspiró con pesadez y se incorporó, caminando hacia el sofá para tirarse en este, rendido y algo enojado con Potter.
− ¿Algo le molesta, Señor? – Preguntó Kreacher, acercándose de manera respetuosa al rubio.
Éste le miró fijamente, con ojos gélidos, mas entonces una idea llegó a su cabeza. Asintió y se levantó, yendo hacia un armario en el que sacó una libreta y una pluma.
Escribió con una caligrafía elegante “¿Potter?” y se lo mostró al elfo. ¿Cómo no se le había ocurrido antes? Definitivamente tanto encierro lo estaba volviendo idiota.
−Oh. – Dijo el elfo, abriendo sus arrugados ojos mientras ladeaba el rostro. – El amo Potter, se encuentra en una misión en el trabajo. No vendrá en toda esta semana.

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After All This Time / Harco
FanfictionEl mundo se había abierto por completo para Harry Potter después de la guerra, todo parecía estar llevando un curso satisfactorio para el chico dorado, por lo que, en aquellos cinco años hasta cumplir los 21, él no se había preguntado qué habría sid...